Con un dólar rezagado con respecto a la inflación, en los últimos meses de 2024 los costos argentinos se han ido incrementando, lo que preocupa a los exportadores, advierte un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea. En un contexto en el que varios precios de los productos que se exportan desde Mendoza han seguido una tendencia a la baja, plantean la necesidad de reducir las cargas impositivas, aduaneras y logísticas. Cuál es la situación particular del ajo.
Después del vino, el ajo es el segundo producto con mayor peso en las exportaciones mendocinas. Maximiliano Di Césare, gerente de Asocamen (Asociación de Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza), comentó que han tenido un aumento en los costos de transporte y, fundamentalmente, en las exportaciones en buque, ya que se hacen a través del puerto de Chile y, por estos días, le están dando prioridad a los envíos de productos estratégicos para el vecino país.
Este aumento de la demanda ha elevado el precio de los fletes y, además, deja en un segundo lugar a los bienes mendocinos, lo que provoca demoras. Asimismo, está planteando un problema adicional, que es la disponibilidad de contenedores, porque los exportadores mendocinos no son prioridad. “Estamos teniendo dificultades para contar con contenedores en el momento en que los necesitamos”, señaló.
Di Césare consideró que es oportuno preguntarse por qué los productores mendocinos no pueden exportar a través de los puertos argentinos de manera conveniente, ya que, si bien los de Chile están más cerca, en Argentina se podría tomar en consideración que el ajo es estratégico para el desarrollo de la economía local. Para eso, deslizó, es fundamental resolver algunas cuestiones de manejo portuario.
Subrayó que es muy poco el volumen de esta hortaliza que se destina al mercado local, por una cuestión de hábitos de consumo, por lo que sería importante “generar un sistema virtuoso de transporte hacia los puertos argentinos, que pueda atender las necesidades del sector”.
Los precios internacionales del ajo están en niveles normales. Esto, a diferencia de lo que sucedió la temporada pasada, cuando China y España, los principales competidores de Argentina en el mercado externo, tuvieron dificultades climáticas (lluvias), que afectaron notablemente su producción. Esta falta de abastecimiento por parte de los países del hemisferio norte abrió la puerta a los productores mendocinos para ciertos negocios adicionales, al punto que algunos compradores los contactaron para pedirles producto.
En esta temporada, en cambio, el hemisferio norte tuvo una cosecha normal y eso ha hecho que el precio tienda un poco a la baja, al menos en el comienzo de las exportaciones locales, porque se complementa el stock del mercado internacional con la cosecha local.
El gerente de Asocamen detalló que ahora se está abasteciendo a algunos destinos, como Taiwán, que requieren del ajo en esta época del año. Pero la temporada fuerte en Brasil, principal mercado para la hortaliza producida en Mendoza, comienza en marzo. Esto, sumado a las dificultades para conseguir contenedores, está motivando a muchos productores a almacenar los ajos en cámaras frigoríficas para exportar más adelante, cuando los precios suban un poco.
Añadió que, además de estas complicaciones logísticas, otro tema que impacta en los costos son las regulaciones, que, desde el sector, netamente exportador, vienen pidiendo se revisen desde hace tiempo. “Salimos al mercado externo a competir con países que no tienen esa presión burocrática que sí tenemos nosotros y nos eleva significativamente los costos”, resaltó.
Evaluó que es importante que las regulaciones sean eficientes y que apunten a asegurar la competencia leal dentro de la actividad, no a perjudicar la dinámica de comercio exterior. Precisó que algunas entorpecen los negocios, ya que cuando no se puede salir a tiempo por trámites burocráticos, se pierden embarques y competitividad.
Sobre los insumos, confió en que, con una economía saneada, donde no exista brecha cambiaria (o que sea mínima y no del 200%, como llegó a ser en 2023), los precios tenderán a regularse y no se producirán las distorsiones a las que estaban acostumbrados en los últimos tiempos.
