Laura Rez Masud se retiró de la televisión de Mendoza el 31 de marzo del 2023. Luego de 25 años, pateó el tablero para iniciar un nuevo camino lejos del medio que la vio crecer personal y profesionalmente.
Por cuestiones de agenda, esta entrevista se hizo telefónicamente. Aunque no puedo verla reconozco su voz del otro lado del teléfono, una voz que he oído incontables veces en las diferentes ediciones de Noticiero Nueve.
No solo es una voz familiar, es una voz melodiosa, una voz joven, y aunque no la esté viendo me doy cuenta de que, mientras me habla, está sonriendo.
—¿Extrañás la televisión?
—A ver, no extraño la televisión. Extrañaba entrevistar; extrañaba mi pasión que es justamente el contacto con la gente. No extraño la actividad que llevaba antes, esto es como nuevo lo que vamos a empezar a hacer ahora (ver aparte). No extraño el día a día. Sentía que había cumplido un ciclo y por eso decidí retirarme de la tele después de 25 años y empezar a probar otras alternativas, otros formatos y otras formas de hacer comunicación.
—Te mudás un barrio hoy y nadie sabe quién sos, ¿cómo te presentarías?
—Me presentaría como una mujer que siempre soñó y persiguió sus sueños desde chica, una mujer que siempre quiso ser periodista o comunicadora, que se le puso algo en la cabeza, que tenía un sueño y que lo cumplió. Una mujer que después de mucho tiempo se dio cuenta que también podía empezar con otros sueños, una mujer que es muy familiera, que ama Mendoza, a morir. Una mujer que le gusta mucho lo social, lo humano, el contacto con la gente.
Me gusta hablar hasta con las piedras porque siento que con las conversaciones y con la charla aprendo. Quizás por eso las vueltas de la vida me llevaron al lugar donde estoy hoy que es “el trabajo de preguntar”. Soy una mujer que todos los días se descubre como mamá y que trata de aprender y un poco eso y que sigue cumpliendo sueños a pesar de la edad. Por ejemplo, empecé a estudiar canto a los 40 años, algo que tenía como pendiente.
—¿Y esa veta artística la tenías de antes o la descubriste a los 40?
—No me animaba a empezar porque tenía algún prejuicio que solo cantaban los que sabían cantar y los que habían nacido con el don de tener una buena voz. Me llevó tiempo entender que se trataba de una actividad, de un hobby o algo que me hacía bien, que era terapéutico. En la pandemia, que fue cuando cumplí 40, dije: “bueno, a ver, acá las cosas tienen que cambiar” y me animé. Tres veces hablé con el profesor y en una me dijo “bueno, ya me he llamado tres veces ¿cuándo te vas a animar?”. Me animé y descubrí que todo se puede aprender como mí mi objetivo no es ser una cantante profesional, sino simplemente cantar con amigos con compañeros y pasar un buen momento, entonces me relajé y bueno hace cuatro años que estudio canto.
—El cambio del que hablás ¿lo hiciste porque cumpliste 40 años o por la pandemia?
—Me parece que porque cumplí 40. Empecé a hacer un balance de todo lo que había hecho hasta ese momento, que era un montón. Siempre voy a estar agradecida de lo logrado, de mi familia, de mis hijos, de mi carrera profesional. En ese momento empecé a evaluar los pendientes, que me gustaría hacer, que mejoraría. Fue un año bisagra.
—¿En ese momento empezaste a evaluar irte de la televisión?
—Eso fue un poco más adelante. Yo me fui hace un año y ocho meses, me costó un montón porque me cuesta salir de la zona de confort. Y yo estaba muy cómoda, con compañeros que eran como mi familia. Inicié un proceso de cerrar ciclos y empezar otros. Dije ‘me parece que tengo un montón de cosas por hacer todavía y no me animo quizás a dar el salto’. Y bueno, después de muchos años, me fui.
—Me imagino que te cambió la vida por completo, porque rompiste con una rutina de 25 años.
—Sí. Empecé a valorar el tiempo y empecé a entender a la libertad como algo que es maravilloso y que una de las cosas más preciadas que tiene la gente. Por supuesto que tenés que seguir trabajando y te vas reinventando y a lo mejor estás un poco más desordenada con los horarios, pero los manejo yo. Dejé de correr. Yo andaba al palo, ¿entendés? Me cambió la vida en ese sentido de ir más más lento, de hacer las cosas con más conciencia, no tan piloto automático.
—Muchas personas te dejaron de ver de un día para el otro. Ahora, ¿dónde te encuentran?
—A veces me encuentro con gente en la calle y me dice que me extrañan y que me quieren volver a ver. Me encanta el cariño que recibo. Hoy las redes sociales son una alternativa y un medio de comunicación. Yo utilizo mucho Instagram donde cuento bastante mi vida personal y de todo lo que hago. Es una herramienta de trabajo para los que somos periodistas. Hay mucha gente que no me ve en la tele, pero me ve a través de las redes sociales, interactúo mucho por ahí. Estoy trabajando en comunicación digital generando contenido para marcas y empresas, que hoy es un trabajo importante y necesario. Estoy con un proyecto que se llama Impulsate con dos amigas del canal, Daniela Galván y Luciana Campigotto, donde damos cursos de comunicación digital y también trabajo con mi marido que tiene un evento de vino muy grande en varios países. Estoy con él, ayudándolo en la comunicación de este evento que se llama Premium Tasting.
—¿Cuándo descubriste esta veta comercial de las redes sociales?
—Empecé con las redes sociales en el 2014 cuando Instagram se utilizaba solo como un álbum personal, y como a los 10 años o un poco menos empecé a monetizar. Nosotras empezamos a entender que las redes sociales se habían transformado en un negocio. Yo mostraba en mis redes un vestido que me había puesto para salir en la televisión y de repente me contaban que habían ido a buscar ese vestido al local. Y bueno, todo lo que nos poníamos se vendía.
—Existen muchas fantasías en torno a las personas que trabajan en televisión. ¿Cuál creés es que la más loca?
—Está el mito de que la gente que trabaja en la tele gana fortunas y no es así. Y también está esta fantasía de que la gente de la tele no tiene días malos. Eso es tremendo. Uno se convierte es una actriz o un actor. Te dicen ‘luz, cámara, acción’ y vos tenés que poner la mejor cara y maquillarte igual, a pesar de que hayas tenido un mal día o que no hayas dormido o de que haya pasado algo malo como cualquier persona. Lo que pasa es que te está mirando un millón de personas y vos tenés que ser profesional. Eso también genera estrés. Y también está la exigencia de lo estético.
—Cuándo te fuiste de la tele, ¿te pudiste relajar en cuanto a lo estético?
—Muchísimo, hasta me mejoró la piel porque yo me maquillaba tres veces por mañana. La imagen en la en la televisión es todo, entonces sí tenés que estar pendiente del pelo, del maquillaje, de las uñas, porque cuando estás con el micrófono se ven las uñas... es un montón. Cuando me fui de la televisión no podía creer que podía ir a buscar a mi hijo a la escuela casi en pijama y con buzo.
—Tenés dos hijos adolescentes, ¿tienen una relación estrecha con los medios? ¿Se quieren dedicar a esto?
—Cuando eran chicos me acompañaban a full. Aparte yo trabajé con los dos embarazos casi hasta el final, así que tengo un montón de videos y recuerdos con la panza. Así que un poco crecieron en este ambiente. A mi hijo Facundo le fascina el fútbol, escucha mucha radio y sabe muchísimo. No sé si va a terminar trabajando en una radio o se va a dedicar a los medios. Por momentos me lo imagino, pero bueno, todavía él no quiere manifestarse y a Delfina le gusta todo este mundillo, pero no sé si va a ser periodista. Recién está en el primer año del secundario.
Un 2025 con presencia en la pantalla de Los Andes
Laura se alejó de los medios tradicionales de Mendoza hace un año y ocho meses. Durante ese tiempo tuvo varias propuestas laborales, ya que por su larga trayectoria y su experiencia en la profesión era una figura deseada en el ambiente. Sin embargo, no fue hasta ahora que decidió volver a (como lo define ella) ´trabajar de preguntar´.
“La verdad es que estoy feliz. Recibí esta propuesta de volver y ‘vibré’ del minuto cero. Vamos a hacer una sección de entrevistas para diario Los Andes. Voy a volver a los medios tradicionales”, explicó Laura Rez Masud sobre “En la Cima”, tal como se llamará su espacio, que se podrá ver por el canal de YouTube de este medio a partir de 2025.
En este ciclo de entrevistas, que se va a realizar en la redacción de Diario Los Andes, Laura hablará con referentes de la provincia, al país y el mundo. “Nos pareció muy importante que se vea lo que está pasando atrás, en la redacción del diario. Estamos muy entusiasmados y creemos que va a ser una sección que le va a gustar mucho a la gente”.
Íntima e interactiva
El momento más bizarro como periodista: Cada vez que me disfrazada para hacer un móvil temático me sentía una ridícula. ¡Lo hice muchas veces! Lo daba todo. Después me arrepentía.
La entrevista que más te hizo reír: Martín Bossi me hizo reír mucho durante una entrevista.
Un evento histórico que hayas cubierto: Me tocó dar la noticia de la muerte de Diego Maradona. También logré entrevistar a Cristina Fernández cuando era Presidenta (algo que era bien difícil en ese momento).
Una entrevista pendiente: Fito Páez.
Un referente profesional: Me gusta la forma y manera de entrevistar de Luis Novaresio, Cristina Pérez, Mónica Gutiérrez y Laura Santillán.
Un referente social o espiritual: Mi mamá es mi referente espiritual.
Una meta que aún no hayas cumplido: Como cada taurina, lo que se me pone en la cabeza lo intento cumplir. Hasta ahora las cosas se me han dado. Siempre pensando en nuevos desafíos.
Tu mayor logro: Mi mayor logro es haber formado la familia que forme. Me siento orgullosa y afortunada. En lo profesional también siento que toque el cielo con las manos. Soy muy agradecida.