En un contexto donde el Malbec sigue siendo la bandera indiscutida de la vitivinicultura argentina, otras variedades comienzan a ganar protagonismo. El Pinot Noir, con su elegancia y versatilidad, está encontrando su espacio en el mercado local e internacional gracias al trabajo minucioso de bodegas que apuestan por su potencial.
José “Pepe” Galante, Chief Winemaker de Bodegas Salentein, durante la presentación de Cornelie, el nuevo Pinot Noir de lujo de la bodega, compartió su visión sobre este varietal y su potencial en Argentina. Con más de una década liderando los vinos de la bodega en el Valle de Uco, Galante, junto a su equipo, ha impulsado la innovación en el manejo de clones y el perfeccionamiento en el viñedo y la bodega, de hecho, los tres vinos que presentó tienen como nombre el número de su clon 115, 667 y 777.
A lo largo de la conversación, Galante reflexionó sobre los desafíos de cultivar Pinot Noir en un clima desértico como el de Mendoza, la evolución del paladar del consumidor argentino y el potencial de otros varietales como el Cabernet Franc. Además, analiza cómo se proyecta la nueva cosecha y los movimientos en el mercado externo.
-El pinot comienza a ganar lugar en Argentina como varietal...
-Sí. Lo que estamos presentando es el fruto de todo “el saber hacer” que hemos acumulado en estos años. Cuando llegué a Salentein en 2010, uno de los objetivos que nos propusimos fue entender cuáles eran las mejores condiciones para elaborar el mejor Pinot Noir posible. Salentein, desde su inicio, ya tenía una relación muy especial con esta variedad. De hecho, el primer vino que la bodega presentó en el mercado en 1999 fue un Pinot Noir.
Siempre digo que el Pinot Noir está en el ADN de Salentein, y eso genera un compromiso enorme con esta cepa. Estos tres vinos que presentamos hoy son el resultado de 14 años de aprendizaje y trabajo. La cosecha 2021, en particular, marca un hito porque fue la primera vez que decidimos, junto con el equipo de marketing, presentar estas selecciones clonales de Pinot Noir al mercado.
Comenzamos con microvinificaciones y descubrimos que cada clon se comporta de manera diferente, tanto en el viñedo como en la bodega. Ese aprendizaje nos permitió desarrollar estos tres vinos que reflejan la esencia de cada clon. Para nosotros, es un placer compartir este trabajo que, en muchos sentidos, simboliza nuestra evolución como bodega.
-Si hablamos de Pinot Noir, inevitablemente pensamos en lugares como Borgoña o incluso Oregón en Estados Unidos. ¿Qué tiene Argentina para aportar a los clones que han traído de Francia?
-Es un desafío enorme. Estamos hablando de una planta que viene del norte de Europa, de un clima más fresco, nuboso, con mayor humedad relativa, y la traemos a nuestro desierto mendocino, con un clima continental y árido. Aprender a cultivarla y a elaborarla en estas condiciones requiere mucho esfuerzo y experimentación.
El Pinot Noir es una variedad muy particular porque no tiene un estándar de calidad fijo. Su expresión depende enormemente del lugar donde se cultiva. En nuestro caso, hemos aprendido mucho de estos clones, y cada año es una oportunidad para entenderlos mejor y perfeccionar nuestro trabajo. Nuestro objetivo siempre es ofrecer el mejor Pinot Noir que podamos, adaptado a las particularidades de nuestra tierra.
-¿El argentino está empezando a entender la calidad y el potencial del Pinot Noir? Durante mucho tiempo se lo pensó principalmente como una variedad para hacer espumantes...
-Creo que lo que sucede con el Pinot Noir refleja un cambio más amplio en toda la industria vitivinícola argentina: el consumidor está evolucionando. Hoy en día, la gente toma menos, pero elige mejor. Eso implica descubrir variedades como el Pinot Noir, que requieren tiempo y paciencia para ser apreciadas en toda su dimensión.
Sin haber realizado campañas específicas para incentivar su consumo, hemos visto un crecimiento constante año tras año. El Pinot Noir está ganando terreno en el gusto del consumidor argentino, y este proceso seguirá en la medida en que entreguemos productos de mejor calidad. Es un camino gradual, pero el potencial está ahí y es emocionante ver cómo se consolida.
-Estamos a mediados de noviembre, y ya comienza la temporada. ¿Cómo ves el desarrollo de los viñedos hasta este momento? ¿Qué prevés para la próxima cosecha?
-Hasta ahora, el panorama es excelente. Tuvimos vientos, pero ocurrieron en el momento adecuado, lo que fue beneficioso para el viñedo. Además, contamos con una buena cantidad de agua, y los pronósticos de irrigación indican que no tendremos problemas este año. Afortunadamente, parece que el riesgo de falta de agua ya quedó atrás.
Ahora debemos rezar para que no caiga granizo. Por el momento, el cuaje está muy bien, y la agroprotección ha funcionado. Si todo sigue como hasta ahora, espero un gran año desde el punto de vista productivo.
-¿Qué está pasando hoy con el Malbec, nuestra variedad insignia?
-El Malbec está atravesando una etapa diferente. Los consumos han disminuido tanto en el mercado interno como en las exportaciones. Esto ha generado un exceso de stock en las bodegas. Si tenemos una cosecha normal este año, los precios reflejarán la realidad del mercado.
Es un momento de ajustes y de ver cómo evoluciona la situación. Habrá que esperar y adaptarse a lo que venga
-¿Qué estás viendo en el mercado externo? ¿Seguimos siendo “Malbec” o hay espacio para otros varietales?
-Es cierto que Argentina está muy asociada al Malbec, pero también hay otras variedades que están ganando terreno. Los Cabernet argentinos, como el Cabernet Sauvignon y el Cabernet Franc, tienen un gran potencial. En particular, el Cabernet Franc es una oportunidad muy interesante, al igual que el Pinot Noir.
Sin embargo, todavía hay poca disponibilidad de estas variedades en comparación con el Malbec. Por ejemplo, en la última cosecha, las variedades más demandadas fueron Chardonnay, Pinot Noir y Cabernet Franc. Y creo que este año vamos a ver una tendencia similar.
El Malbec sigue siendo abundante y central, pero esos otros varietales están creciendo.
Nosotros, por ejemplo, tenemos 150 hectáreas de Pinot Noir y hemos decidido plantar más porque está ganando relevancia en nuestro portafolio.