Zucchero: el rasguño del gato

El popular cantante italiano desafía la suerte en “Black Cat”, que trae a Mendoza hoy en el Arena Maipú, a las 21.

Zucchero: el rasguño del gato
Zucchero: el rasguño del gato

En italiano, su nombre significa literalmente "Azúcar". Pero por sus venas no corre almíbar complaciente sino más bien una sangre cercana al anarquismo. O al menos así se ha definido. Zucchero hace música filosa y es bastante prolífico, además.

En su sombrero de copa (tiene más de 350) guarda nada menos que 26 discos. Algunos de ellos marcaron incluso una época.

Avanti, nostálgicos: ¿alguno habrá comprado "Bluesugar", que tuvo ventas récord y escaló a los primeros puestos de las listas de toda Europa, con la canción "Senza una donna" (grabada con Paul Young en 1991)? ¿U "Oro, Incenso & Birra" (1989), por ejemplo, que ha sido el álbum más vendido en la historia de la canción italiana? O habrá cantado "Baila morena", grabada en 2001 y vuelta a lanzar en 2006, con una colaboración de Maná.

“Ahora estoy en Tucumán, por partir a Córdoba, donde tocaremos esta noche”, explicaba ayer a través de mail el star italiano, nacido hace 62 años bajo el nombre de Adelmo Fornaciari.

Él, por estos días, es uno de los cantantes populares más seguidos de su país. Ha hecho de sus recitales (en la mítica Arena de Verona) un clásico. Siempre, su paso por ese anfiteatro, supone más de una noche. A veces más de veinte.

Ahora aterriza en otra arena muy distinta: aquí no hay cielo abierto, pero sí brazos. Por Mendoza ya pasó en 2012, y ahora vuelve para presentar su último disco, “Black Cat” (Universal Music Oy, 2016). Hoy en Arena Maipú, a las 21.

- El gato negro es mala suerte en Occidente, pero buena suerte en otras partes del mundo como África. ¿Por qué elegiste este nombre? ¿Hay alguna contradicción al interior de este disco?

- El gato negro significa mala suerte en Europa, pero cuando estaba en Estados Unidos grabando el disco descubrí que en New Orleans y Nashville por ejemplo, es algo que trae fortuna. Entonces me gustó titular así el disco. Las canciones fueron grabadas con tres de los mejores productores musicales del mundo: Don Was, Brendan O’Brien y T Bone Burnett.

Zucchero cultiva un estilo que linda con el rock, el blues y el pop, y en este disco retoma la vena de sus inicios, dando como resultado “un álbum muy negro, libre, sensual”.

Es que siempre que prepara un disco intenta no repetirse, ni en el sonido ni en la aproximación, ha confesado varias veces.

“Nunca hago un disco igual, huyo de los clichés”, ha dicho a un periódico español. En el sur de Estados Unidos se empapó de sonidos ancestrales: “Me imaginé las viejas plantaciones con los esclavos cantando ese blues desesperado y poco a poco fue apareciendo el sonido que buscaba”, dijo del momento en que se grabaron canciones como “13 buone ragioni” (“13 buenas razones”), “Ti voglio sposare” (“Me quiero casar contigo”), “La tortura della luna” y “Terra incognita”, entre otras nueve que componen “Black Cat”.

- Has colaborado con tantos cantantes e instrumentistas, ¿pero cuál ha sido tu mayor desafío musical?

- En mi camino no he encontrado “desafíos musicales”, más bien he encontrado muchos músicos. Los que tengo mejor guardados en el corazón son Miles Davis, Eric Clapton, Ray Charles, Luciano Pavarotti y Ennio Morricone...

Para él el rock se ha vuelto un “vino aguado”. Ha perdido su contrapeso social, su denuncia. Se suma así a la gran ola que dice que el rock (o al menos el espíritu con el que nació) está disuelto. ¿Pero entonces dónde cree que está hoy la crítica social? “La fuerza subversiva del rock hoy se puede encontrar en el rap”, nos escribe categórico.

Él subraya una actitud inconformista y crítica: ha reconocido, en una entrevista reciente al diario La Vanguardia, que “últimamente hay muchos comunicadores y pocos músicos verdaderos. Es más importante para hacer un disco ser un gran comunicador.

Si tú eres un cantante mediocre pero eres un gran comunicador puedes obtener muchos más resultados que un verdadero músico que no le importa una mierda comunicar”.

Y en general el cantante, al que de niño su maestra llamada “zuccherino” (“pedacito de azúcar”), varias veces ha confesado que ve mal al mundo actual. Que no se siente sereno ni ve soluciones inminentes a lo que pasa.

Piensa que ya no hay líderes carismáticos a quien creerles, dijo en una entrevista concedida a diario La Nación a principio de mes, salvo el Papa Francisco. Él viene de una familia comunista de Emilia Romagna, pero también religiosa (sincretismo común en la península). Sin embargo, cuando Estilo le preguntó qué le diría a Francisco si lo tuviera en la cara, prefirió no contestar.

- El sombrero es tu indumentaria característica, y leí que tenés más de 350 sombreros. ¿Pero cuál es el más extraño que tenés? O al menos el que querés más...

- No tengo un sombrero preferido. ¡Usualmente es el último que compro, pero después llega otro y entonces cambio!

- No es la primera vez que te esperamos en Mendoza. ¿Qué buen recuerdo tenés de esta ciudad?

- Me gusta muchísimo el público de Mendoza y todo el público brasileño (sic), en el que encuentro afinidad con un público cálido, tipo de los países europeos que se miran en el Mediterráneo.

Para repasar su carrera

Un clásico. En 1984 escribió una de las canciones italianas más populares: "Non voglio mica la luna", que interpretó Marina Fiordaliso en el festival de San Remo.  En español, "Yo no te pido la luna" fue popularizada por Daniela Romo.

Con el más grande. En la canción "Miserere" (que da título al álbum homónimo de 1992) cantó con Luciano Pavarotti. La letra de esa canción fue traducida al inglés por Bono, un amigo suyo, además.

En compañía. En 2005 editó "Zu&Co", un disco interesantísimo por la mixtura y la riqueza musical, puesto que colabora con John Lee Hooker, Tom Jones, Sting, Ronan Keating, Cheb Mami, Dolores O'Riordan, Paul Young, Maná, Brian May y el gran Miles Davis.

Una anécdota. Es conocida la llamada que recibió un día a las 4 de la mañana, mientras estaba en las Islas Maldivas intentando superar una crisis matrimonial. Era Miles Davis, que había escuchado su canción "Dune Mosse" y quería tocarla con él en Nueva York.

Tuvo que tomar una difícil decisión ahí mismo, en medio del Océano Índico. Finalmente, acudió al llamado del mítico trompetista.

Reconocido. En 2006, el gobierno italiano lo nombró Comandante de la Orden al Mérito de la República Italiana. Es el honor civil más alto de ese país.

La ficha

Zucchero presenta "Black Cat"
Fecha y hora:
Hoy, a las 21.
Lugar: Stadium de Arena Maipú (Maza y Civit, Maipú).
Entradas: Arena Vip $ 1.000 / Platea Oro $ 800 / Platea Plata $ 600 / Platea Central $ 700. En fullticket.com, Tarjeta Nevada, Urban Peatonal y Alpaca.

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