Mi nombre es Celeste Polidori, tengo 43 años, un marido y dos hijos. Uno de 14 años y otra niña de 5. Desde el 20 de marzo cumplimos de manera rigurosa el aislamiento social y obligatorio. Salimos lo menos que podemos, hacemos operativo para ingresar al hogar y trabajamos muchísimo. Más que antes. Los dos somos periodistas de diario Los Andes y vivimos en San Martín, Mendoza.
Somos militantes de la cuarentena porque hemos visto lo que sucede en los países donde el aislamiento fue subestimado. Tenemos vecinos médicos, los vemos llorar, angustiarse, pedir auxilio para que se cumpla una cuarentena que desborda a los servicios policiales y de defensa civil. Nadie puede contra una plaga en la Zona Este. La de incumplidores seriales de una limitación que: o nos salva la vida a todos o nos enfrenta al peor desenlace.
Muchos funcionarios del Este nos han pedido ayuda como medio de comunicación. Que se queden en las casas, que se queden en las casas... Se dice por todos lados. Pero en San Martín las palabras no se entienden. El centro está lleno de personas. Todos apuestan su vida por poco... Para comprar algo, porque están aburridos, porque tienen que ir a cobrar sin demasiadas preocupaciones (la distancia social no se cumple lo que se debería).
Con este panorama, con este constante escenario de gente que vive como si todo fuera "normal" hemos perdido la primera batalla contra el coronavirus. La arrogancia y la soberbia han ganado en San Martín. Hay policías que duermen poco y nada desde que esto comenzó. Ellos tienen que llevar (casi de la mano) a la gente a sus hogares. ¿Quiénes se creen que son? ¿De dónde sacan que una pandemia que ya tiene 2 millones de enfermos en el mundo no les va a afectar? ¿Qué va a pasar cuando caigan a los hospitales y los desborden? La respuesta se vio en otros países, lo que va a suceder en ese escenario es que muchos van a morir sin respirador. No hay otra posibilidad porque los respiradores son limitados.
¿No les importa? Debería. Sus familias se juegan la vida en esto. En una charla con el Procurador General de Mendoza, Alejandro Guille, sobre el tema reinó el desánimo de saber que ninguna fuerza va a poder contra la ignorancia generalizada y contra el egoísmo social. ¿Y los bancos? Ayer el centro estaba lleno, según palabras oficiales, porque había mucha gente cobrando asignaciones. ¿Qué pasa con el control en las entidades bancarias?
La primera batalla contra el coronavirus está perdida en la Zona Este. Y quisiera no tener que estar escribiendo esta suerte de carta abierta pero aquí estoy. Triste, angustiada… Soy ciudadana de San Martín y por primera vez en mi vida desearía vivir en otro departamento. No es momento de negarnos a la realidad, no es tiempo de tapar ojos y oídos. La vida de todos depende de eso. ¡Miren! ¡Escuchen! El mundo se enfrenta a un virus, hasta el momento, sin herramientas. No hay droga, no hay vacuna, lo único que funciona es la conciencia colectiva. Por los tuyos, por los de al lado, por los ancianos… quédate en casa. No dejes que San Martín se convierta en el departamento más afectado por la enfermedad.
¿Qué no hay virus en la Zona Este? No lo saben. Nadie se anima a garantizarlo. Y tarde o temprano va a llegar. Hoy se sumó un muerto en Mendoza. Ya son 62 casos los detectados, los que sí tuvieron síntomas. Hay un gran porcentaje que es asintomático. Al acercarse a otro, al salir de la casa, al pensar que "esto no me va a pasar" apuestan con sus vidas. ¿Tan poco les importa? ¡Vamos San Martín despierta por favor!