Durante 2014 se denunciaron en la zona Este un promedio mensual de 20 casos de abuso sexual cometidos contra niños, niñas y adolescentes de hasta 14 años, donde el ámbito intrafamiliar ha sido una de las constantes como escenario de este tipo de delito.
Sin dudas y con el paso del tiempo, hay más casos denunciados ante la Justicia, lo que no implica necesariamente que exista una mayor cantidad de delitos sexuales en contra de los menores, un asunto en realidad difícil de determinar debido a la falta de estadísticas que aborden la problemática de manera interdisciplinaria.
"La situación es muy compleja y dinámica e intervienen diversos factores; por un lado es cierto que la gente se anima a denunciar cuando conoce las condenas para casos similares, pero también hay una erotización de la sociedad donde la promiscuidad y las familias ensambladas han ganado terreno", explica el juez del fuero penal Eduardo Orozco, integrante de la Primera Cámara del Crimen de la zona Este.
El magistrado forma parte de un grupo de profesionales de la Justicia, la Salud y la Educación que desde hace más de un año se reúne periódicamente en talleres de trabajo, para coordinar esfuerzos y apuntar así a una detección temprana de los casos.
"El abuso sexual infantil es la máxima expresión de violencia en contra de un niño y ocurre en el ámbito de la intimidad, donde en general el abusador es conocido o pariente de la víctima", explica el fiscal de Cámara Oscar Sívori, para quien una de las principales dificultades que hoy tiene la Justicia en el Este es la administración de los escasos recursos de que dispone, para el abordaje de los casos.
Efectivamente, en la región funcionan sólo dos Cámaras del Crimen y, más allá de la tarea de los magistrados y su personal, las denuncias por abuso se acumulan junto al resto de los delitos a la espera de un debate. A la hora de priorizar, siempre se tienen en cuenta aquellos expedientes donde hay detenidos.
"Desde el momento de la denuncia por abuso sexual y hasta que el caso llega a juicio, hay por lo menos un año de plazo", confirman desde los tribunales.
En este contexto y sólo considerando el trabajo realizado por la Primera Cámara del Crimen, en los últimos cinco meses se llegó a sentencia en una veintena de casos por abuso sexual infantil. A modo de ejemplo, uno de los últimos debates terminó con la condena a diez años de prisión para un joven rivadaviense que abusó en diversas ocasiones de un sobrino de sólo ocho años de edad.
El menor fue atendido en el hospital Saporiti y los médicos informaron al tribunal que el niño había perdido su capacidad de sociabilizar, de disfrutar de la vida y que incluso había tenido un par de intentos de suicidio.
"Es un problema social muy complejo y, sin dudas, el delito permite un mayor abordaje interdisciplinario, ya que pueden intervenir desde docentes y médicos, hasta psicólogos, trabajadores sociales, policías, funcionarios municipales y fiscales", explicó Orozco y siguió: "Es por eso que hay que estar atentos a los indicadores, donde la tarea de maestros, trabajadores sociales y enfermeros de centros de salud es crucial a la hora de detectar estos casos, que suelen demorar entre uno y cinco años en salir a la luz, lo que resulta un gran peso de sobrellevar para las víctimas".