El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, prometió ayer que presidirá el próximo congreso partidario, durante un discurso rodeado de militares y en el cual se esperaba que el nonagenario líder renunciara a la jefatura de Estado, lo que no ocurrió.
“El congreso (del partido gobernante) debe realizarse en las próximas semanas y voy a presidir los debates”, dijo Mugabe, de 93 años, quien está presionado por el ejército, la calle y su partido para que renuncie.
Poco antes del discurso televisado, un allegado a Mugabe --en el poder desde hace 37 años-- dijo que el presidente había aceptado renunciar, lo que finalmente no se hizo público en su mensaje.
El sábado hubo masivas manifestaciones para pedir la renuncia de quien fue héroe de la lucha por la independencia devenido un déspota y que en la última semana perdió aceleradamente sus apoyos.
Previamente, al margen de una reunión del Zanu-PF, el partido gobernante, un delegado indicó a la AFP que Mugabe fue destituido de la presidencia de la formación y sustituido por el exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, otrora rival de la esposa de Mugabe, Grace, para sucederle en el poder.