Un iluminado. Después de llenarse la boca de gol, de abrazarse con todos y cada uno de sus compañeros, el moreno levanta su camiseta y muestra la remera blanca que siempre lo acompaña. “La Gloria es de Cristo”, se lee en letras rojas.
Si esa es la luz de Cristo, más que nunca La Yoya la hizo brillar. Gloria a Jaime Javier Ayoví, quien en un abrir y cerrar de ojos se transformó en esa estrella fulgurante, capaz de modificar los nubarrones de un cielo encapotado y amenazante en un paraíso de ovaciones y aplausos para él y todos sus compañeros.
Las razones de la victoria de Godoy Cruz hay que empezar a buscarlas en el poder de fuego de La Yoya, claro está. Pero para que eso sucediera, Godoy Cruz necesitó mutar el poco convincente funcionamiento del primer tiempo en la agresividad expresa del complemento.
Porque desde que el equipo apoyó los tapones sobre la alfombra verde del Malvinas Argentinas para disputar el segundo tiempo, la actitud fue otra. Hubo movilidad, cambio de ritmo y una voracidad notable para presionar sobre la salida del rival.
La determinación fue tal que cuando el reloj marcaba un minuto y medio, el Cholo Benítez recuperó sobre la izquierda y metió un centro extraordinario, con rosca para la palomita del ecuatoriano.
Acto seguido, en otra jugada calcada, ‘Cuca’ Sánchez presionó sobre la salida Gastón Díaz, Silva robó el balón, se internó en el área, asistió y del resto se encargó La Yoya.
A partir de ahí, el partido se rompió. El Tomba mostró, quizá, su mejor versión en casa y fue una Tromba. El mediocampo se paró como un bloque de presión asfixiante que, por si fuera poco, tuvo juego asociado interior y por las bandas.
En la tremenda movilidad de los del medio estuvo la clave. Entonces, Aldosivi se vio obligado a moverse de su núcleo de acción y aparecieron los espacios. Este sistema de juego le permite a Godoy Cruz lucir más ordenado, ocupar mejor los espacios y no quedar tan expuesto en el retroceso.
A la hora de atacar, resigna tenencia pero es más directo que el equipo del semestre pasado. Y con un Jaime “AyoTRI” súper encendido como el de ayer, el Tomba hace la diferencia.
