Si hay algo que tiene la productora de modas y eventos Yamila Cassab es que no para. Y no se trata de que lo haga sólo en el sentido más literal del término, sino en que se caracteriza por redoblar cada apuesta, hacia una más superadora de lo ya conocido.
Ese “no parar” se ratifica en cada propuesta que suma en su vida profesional y esta vez lo hizo como responsable de la puesta en escena y coordinación del “Trendy & Wine 2016” desembarcado en Mendoza. El evento tuvo lugar en la Bodega maipucina Baudrón, en la tarde del sábado, con la presencia sólo de invitados selectos.
“La idea surgió de plantear una apuesta diferente respecto a lo que se viene haciendo en desfiles, con un formato más hacia afuera, europeo, al estilo de las pasarelas internacionales, con el vino como leitmotiv y en un marco especial, como es Bodega Baudrón” contó Cassab.
La idea fue una puesta al mejor estilo de las grandes capitales de la moda, con un desfile espontáneo sobre una pasarela que representó la auténtica belleza de una bodega con sus barricas y aromas.
En ese escenario se lucieron las presentaciones de las últimas creaciones de un seleccionado grupo de diseñadores, firmas locales, nacionales e internacionales entre las que se lucieron: Maureene Dinar, Guess, Victoria‘s Secret, y Franchesco Doyce.
También se sumó talento local independiente de la mano de varios diseñadores: Beatriz Allis, Lucerina, Simionato Méndez, Linda Pérez, Florencia Rivas, Alexandra Garelo, Oh! zada, Egle Piedrafita, entre otros.
El “Trendy and Wine 2016”, no se trató de un clásico desfile de ropa, sino de una verdadera realización acodada en lo artístico en donde las modelos desfilaron desde las entrañas mismas del área de produción y fabricación del vino. Allí incluso pudieron apreciarse las máquinas en pleno funcionamiento.
“Que las modelos salieran a escena no desde un back, sino a través de el propio contexto de producción del vino, y con las máquinas a pleno fue algo que gustó mucho. La idea primaria fue integrar moda, vino y arte, en un mismo espacio. Se trató de una gran puesta en escena más que de un desfile, con diversas intervenciones, en donde se arrancó desde el nacimiento del vino, hasta el proceso final en los toneles. Además no tuvimos público, sino invitados especializados y selectos en moda, que se sorprendieron con esta especie de ‘pasarela especial’ que recorrió la bodega, detalló Cassab.
-Además la propuesta sumó también autos antiguos clásicos...
-Sí, nos fascinó tenerlos como parte de la coreografía y en escena. De hecho formaron parte de esta fusión maravillosa como parte de la pasarela, y los diferentes cuadros que se armaron además de las pasadas.
-Te saliste del formato tradicional, a casi una puesta en escena teatral...
-Lo pensé así. De hecho combinamos arte y moda, sin banners, ni nada por el estilo. Sólo las marcas, colecciones y diseñadores independientes.
Impactó mucho cuando fueron llegando los invitados, el espacio que formamos estilo galería de arte, en donde las modelos posaron cual maniquíes en los diferentes autos de colección...
Como si se tratara de un verdadero cuadro. Los looks de Jesús López y su equipo de estilistas, y el make up de Vanesa Giménez potenciaron el efecto. Luego se mostraron las diferentes creaciones y diseños.
Siempre voy en búsqueda de lo nuevo, lo que no está o aún no se realiza aquí. Busco y persigo siempre el desafío. Trato de marcar siempre lo que emprendo al máximo, sin contaminarlo.
-Además diste espacio al diseño independiente...
-Considero que hay mucho talento local en diseñadores y creativos que no saben de qué manera llegar a tener visibilidad en el medio. Por eso realizamos con mi staff un concurso para que nos enviaran trabajos, y elegimos a diez de ellos para que formaran parte de este evento.
-¿Fue difícil este nuevo salto, lejos de los desfiles convencionales?
-Apostar a hacer algo distinto, con la complejidad del momento da vértigo pero vale la pena. Mi trabajo y cada nuevo proyecto es algo que me hace muy feliz porque me apasiona, y es lo que elegí para mi vida profesional, a pesar de que la realidad en la industria de la moda es muy dura.
-¿Cómo equilibrás esta pasión con ser una mamá todo terreno?
-Involucro mucho a Máximo él es lo más importante. Todo lo que hago lo realizo con el propósito de disfrutarlo con la gente que amo. Máximo está conmigo todo el tiempo, a sus 9 años es un compañero inigualable que me puede.
Lejos de la faceta de productora, soy perfil bajo, y disfruto mucho con él, ya sea en lo más doméstico, u ocio. En el trabajo está siempre conmigo entre bambalinas...
-¿Se vendrá un futuro productor?
-(ríe) ¡No sé! sólo quiero que sea feliz, y que siempre crea que puede elegir lo que le apasione, como su madre.