Ya son 398 los muertos y más de 1.800 los heridos por el terremoto de 6,5 grados en la escala de Richter que sacudió ayer a las 16.30 (5.30 hora en Argentina) el suroeste chino.
Alrededor de 4.000 militares llegaron en las últimas horas al condado de Ludian, epicentro del sismo en la provincia de Yunan, para unirse a los 5.000 que desde ayer trabajan en la zona, de acuerdo a fuentes del Gobierno central chino recogidas por la agencia Xinhua, citada por EFE.
Además, fueron enviados ocho aviones para ayudar a encontrar a los sobrevivientes entre los escombros y colaborar en las tareas de recate, que se ven dificultadas por la lluvia que comenzó a caer anoche, al tiempo que se teme por posibles réplicas.
El primer ministro chino, Li Keqiang, ya está en la región para supervisar las tareas de socorro, mientras que el presidente, Xi Jinping, instó a los equipos de rescate a "maximizar los esfuerzos para salvar vidas y garantizar el cuidado de los afectados".
En la zona afectada, una remota área exclusivamente agrícola, los equipos de emergencia se están quedando sin sangre para atender a los heridos, por lo que el Gobierno pidió a la población que acuda a donar a los centros instalados en varias ciudades cercanas.
Las autoridades pidieron a los habitantes que estén alertas para evitar que posibles réplicas causen más víctimas.
Tras el sismo, la zona sufrió más de 210 réplicas, tres de ellas de más de 4 grados Richter, y los expertos temen que se registren temblores de entre 5 y 6 grados en las próximas horas.
El terremoto, el peor que sufrió la provincia de Yunan en 14 años, tuvo el hipocentro a unos 12 kilómetros de profundidad y el epicentro en el condado de Ludian, un territorio con unos 400.000 habitantes y que pertenece a la ciudad de Zhaotong.
La mayoría de muertes y heridos ocurrieron en el condado donde se ubicó el epicentro, pero también se registraron víctimas fatales en el condado vecino de Qiaojia y Huize.
Por el momento hay 57.200 personas que están a la espera de ser reubicadas, una tarea complicada debido al mal estado de las vías de comunicación y al derrumbe de unas 12.00 viviendas.
El pronostico meteorológico anuncia que los aguaceros podrían continuar durante los próximos tres o cuatro días, lo que también dificulta la entrada de comida y medicamentos