Con la habilitación de un laboratorio y un sistema de filtros que depura el agua en la entrada y salida de las cisternas de almacenamiento, quedó inaugurada ayer la primera planta potabilizadora de Tupungato. En un sector del camping municipal funciona un nodo destinado a garantizar los controles y una mayor calidad del agua potable que consumen los vecinos de este departamento.
Este municipio es uno de los pocos en la provincia -junto a Maipú y Luján- que se ocupan de la provisión del agua potable a su población. Como la demanda ha crecido de la mano del desarrollo inmobiliario, desde la comuna firmaron un convenio con Irrigación que les permitirá aumentar el empadronamiento de agua destinada al consumo humano. Actualmente, esta prestadora municipal cuenta con unos 9 mil usuarios.
Años atrás se instaló en el camping de El Peral un circuito de nueve cisternas de almacenamiento -con una capacidad de 75 mil litros cada una- que posibilitó el proceso de decantación del agua. Ahora, la Municipalidad consolidó esa planta incorporando un sistema de filtros que aseguran la remoción de partículas indeseables, tanto en los puntos de entrada como de salida del circuito.
Si bien el agua que será saneada en esta planta de El Peral no abastece a todo el departamento, los controles sí serán extensivos a lo largo de todo el sistema. Es que para alcanzar a todos los distritos la empresa municipal se abastece de 10 perforaciones y 2 vertientes.
“En todos estos años hemos ido mejorando el sistema. Esta nueva planta y laboratorio nos va a permitir entregar agua de gran calidad”, apuntó el intendente, Joaquín Rodríguez.
Hasta hace poco, la comuna debía encargar gran parte de los controles periódicos a laboratorios de terceros. Ahora, los especialistas locales podrán realizar esos análisis en el moderno laboratorio recién inaugurado, con lo que se ahorrará en tiempo y costos.
Excepto los de metales pesados, todo el resto de estudios físicoquímicos y microbiológicos que se le hacen al agua para controlar que responda a los parámetros del Código Alimentario Argentino, podrán efectuarse en la nueva sede tupungatina. “Este equipamiento nos permitirá hacer un control más exhaustivo y sistemático de la calidad del agua, así como también seguir de cerca y responder rápidamente los casos o situaciones denunciadas o que generan dudas en la comunidad”, apuntó Carolina Manoni, la bromatóloga municipal a cargo del área.
“Tener los resultados a la brevedad es crucial para aplicar cualquier acción correctiva en beneficio de la salud de los consumidores”, agregó la funcionaria, quien explicó que hoy los tiempos se enlentizan porque hay que abrir expedientes y trasladar con escribano público las muestras para ser evaluadas en otros departamentos.
Además de la obra de construcción, que se inició en 2007, el laboratorio requirió una fuerte inversión en equipamiento. Cuenta con una mufla, dos estufas de cultivo, un microscopio, un triquinoscopio, un autoclave (esterilizador), baños termostatizados, balanzas, entre otros aparatos tecnológicos.
