Las posiciones de la Argentina y los acreedores se siguen acercando y el acuerdo está próximo, aunque sin margen de error para el Gobierno dado que la etapa final de la negociación hasta el 2 de junio tiene ya al país en situación de default.
Un alto funcionario con conocimiento de las negociaciones le dijo ayer a este diario que "se ha avanzado a un nivel de entendimiento con más de la mitad de los acreedores", aunque aún faltan pasos para poder aplicar las cláusulas de acción colectivas que sellen la reestructuración.
Con algunos bonistas se avanzó más que con otros: los más duros, hasta ahora, son aquellos que tienen en sus manos papeles como el Discount y el Par emitidos en los canjes de 2005 y 2010.
Enojados con lo que les propuso el ministro de Economía, Martín Guzmán, estos habían pedido incluso dialogar directamente con el presidente Alberto Fernández, pero esto les fue rechazado.
Se trata de dieciocho fondos –entre los que figuran Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital Partners LP y VR Capital Group Ltd-, los más duros y especulativos, con los que Guzmán tiene previsto avanzar este fin de semana.
Otra fuente oficial indicó que está previsto que Guzmán presente la semana que viene (podría ser el martes) la modificación de la oferta, realizada sobre la base del diálogo mantenido en estas últimas horas con los bonistas.
Lo que alentó al Gobierno en las últimas horas es que, tras la confirmación de que mejorará la oferta, se han acercado acreedores que hasta ahora se habían mostrado más reacios a un intercambio. Y no se descarta un acuerdo antes del 2 de junio.
Guzmán quiere negociar hasta el último día, más allá de haber alcanzado antes el nivel de adhesión necesario (en cada serie de bono) para cerrar la operación. Es porque más allá de la batalla financiera, el Gobierno tiene un objetivo político.
Si bien ha tenido que ceder y mejorar la oferta, Guzmán está ensimismado con obtener el máximo nivel de adhesión que pueda para que la gestión Fernández tenga un envión simbólico para la crisis sin precedentes que se avecina con la pospandemia.
Confiado, el Ejecutivo no pagó ayer el vencimiento de 503 millones de dólares por los bonos globales AA21, AA26 y AA46. La decisión política había sido confirmada al mercado en las primeras horas por el embajador argentino en Washington, Jorge Arguello.
"A la luz de la perspectiva de alcanzar un acuerdo con sus acreedores sobre nuevos términos para sus bonos, Argentina va a posponer este pago hasta que se alcance un entendimiento", señaló Argüello en una carta.
¿Se gatillarán los seguros contra default denominados Credit Default Swaps (CDS)? Expertos del banco corporativo CMF explicaron que esto no ocurrirá inmediatamente, dado que se tiene que reunir la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, por sus siglas en inglés) y declarar que el no pago de cupones constituye un hecho de default.
A pesar de ese evento, que puso al país en situación de "default selectivo", el mercado operó ayer favorable para Argentina: incluso con Wall Street en rojo, los bonos soberanos saltaron hasta 6,4% y el riesgo país bajó 0,8% hasta los 2.765 puntos.
Los bonos en dólares vienen con una racha muy positiva: en lo que va de mayo, el bono Discount acumula en un alza del 34,6%; el Par registra un avance del 22,7%; y el papel a cien años que emitió Luis Caputo sube 35,1%.
Como existe un acuerdo de negociar con buena fe, los acreedores no litigarán el lunes ante los tribunales neoyorquinos para pedir la aceleración de la deuda. Aunque, el Comité de Acreedores de Argentina (uno de los tres grupos de bonistas) objetó esta situación ayer.
"Este último incumplimiento, de no ser resuelto, y los problemas de sostenibilidad de la deuda argentina, impedirán el acceso al mercado internacional de capitales que Argentina necesita para la recuperación de su economía", dijo el ACC.
Fue un señalamiento tenso plausible de una negociación complicada si se considera que en el ACC está liderado por el financista mexicano David Martínez, dueño del fondo Fintech, de muy buena relación con Cristina Kirchner; también por Greylock, que el jueves blanqueó su acercamiento.
A los pocos minutos, el Grupo Ad Hoc de Acreedores (un tercer conjunto que incluye fondos como Ashmore, BlackRock y AllianceBernstein) dijo acoger "con satisfacción la expresión" de Guzmán de acercar posiciones, pero le solicitó que apure la nueva propuesta.