Todos esperamos la creación de nuevas fuentes de trabajo y la conservación de las mismas, que no se cierren empresas por la crisis y que por tanto no se pierdan empleos. Nos alegramos, obviamente, cuando nos enteramos que se abre una nueva fábrica y que se invierten muchos millones de dólares en Vaca Muerta, por ejemplo.
Pero me pregunto, ¿alguien piensa en los miles de excluidos que viven mayoritariamente en los asentamientos inestables que rodean nuestras ciudades, y que están a la vista de casi todos? Son nuestros semejantes, que por diversas circunstancias de la vida, no han tenido las mismas oportunidades de progresar que otros hemos tenido.
Me atrevo a decir que hoy, en esas villas miseria, conviven tres generaciones: el abuelo que probablemente tuvo un trabajo y lo perdió; el hijo que no pudo estudiar porque el padre había perdido su empleo; y ahora está el nieto, que tampoco puede estudiar y que, según su edad, a lo mejor ya está atrapado por la droga y otros vicios.
Recuerdo que muchos de ellos tiempo atrás recogían basura domiciliaria con sus carretelas tiradas por caballos: en las mismas muchas veces se podía ver a toda una familia. Se los llama eufemísticamente “recicladores urbanos” y se les ha entregado (¿vendido?) una moto con un carrito, pero siguen recogiendo basura. Salvo mejor propuesta, pienso que esos semejantes nuestros, que probablemente no sepan leer ni escribir, y que en el mejor de los casos, no deben haber completado la escolaridad primaria o secundaria, se les debe enseñar un oficio: hay decenas de oficios que, aún en los actuales tiempos de la nueva economía, la informática, la era digital, la robótica, automatización, inteligencia artificial, etc., siguen siendo necesarios: carpinteros, herreros, plomeros, electricistas, gasistas, mecánicos, talabarteros, albañiles, etc. etc. ¿Cuántos de nosotros hemos necesitado en algún momento el concurso de alguno de ellos y nos ha sido sumamente difícil encontrar a uno?
Si no hacemos nada por estos hermanos excluidos, entre otras cosas, 30% de pobreza estructural que hay en el país no va a ser posible erradicarla por muchos años.
Carlos Andrés Canullo - DNI: 8.144.469