Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
La post Vendimia política dejó en la semana un saludable entendimiento entre los principales partidos que promete derivar en la aprobación del Presupuesto para este año. Más allá de la discrepancia de la izquierda, el oficialismo, el radicalismo y los demócratas consiguieron destrabar la discusión por los recursos para la campaña política que empieza en pocos días a nivel provincial.
Fue el final de una fuerte discordia que se generó cuando el Ejecutivo decidió borrar parte de lo que en forma unánime habían votado los legisladores al sancionar la ley de creación de las PASO provinciales, a fines de 2013. Aquel acordado financiamiento estatal de las campañas quedó de lado cuando Francisco Pérez firmó en diciembre del año pasado un sorprendente decreto disponiendo todo lo contrario.
La relación entre los partidos se agravó cuando sobre la finalización de 2014 el Gobernador reglamentó la ley de las primarias abiertas ratificando que no habría financiamiento para las campañas. Esto derivó en un clima de suma tensión del oficialismo con la oposición, con las correspondientes presentaciones ante la Suprema Corte, planteos de inconstitucionalidad y un ardid del radicalismo, que le impuso al Presupuesto 2015, en su primer artículo, el otorgamiento de los recursos que escondió Pérez, llevando a otro congelamiento de la discusión de la pauta de gastos y recursos para el corriente año.
El reconocimiento de una evidente falta. Sin ninguna duda, en el gobierno provincial advirtieron que la postura de "pisar" los recursos para financiar las campañas conduciría inevitablemente a un desenlace judicial desfavorable.
Existía una clara violación de la ley que instrumentó las primarias abiertas para la provincia, que llevaba a los miembros del máximo tribunal de justicia de la provincia a una definición política indudable.
Es decir, se avanzaba, en respuesta a los planteos de inconstitucionalidad que hicieron todos los partidos de la oposición con un fallo condenatorio de la decisión que había tomado el gobierno de Francisco Pérez. Esto se constituiría en un muy mal paso del Gobierno en un año electoralmente complicado. En la Corte preferían evitar llegar a dicho pronunciamiento sobre una decisión gubernamental difícil de sostener.
La propuesta que llevó el Ejecutivo al ámbito de mediación de la Corte (6 por ciento de lo presupuestariamente destinado a difusión) no fue lo inicialmente esperado por las partes, pero dejó satisfechas a éstas, que prestaron su voto para aprobar en la Legislatura el proyecto de ley de adecuación de la legislación de las PASO a lo acordado en estos días.
En un escenario político y económico sumamente enredado para el justicialismo mendocino, solucionar este foco de conflicto alivia a su dirigencia. En ese sentido, fue muy llamativo que Adolfo Bermejo, el precandidato a gobernador que arranca con el apoyo de Pérez, Ciurca y la mayor parte del oficialismo, expresara a través de su oficina de prensa su beneplácito por la solución del conflicto y, muy especialmente, por el cumplimiento del Gobierno con lo que acordó la ley de las PASO. Cuentas claras antes de dar comienzo formalmente a la campaña electoral.
Por otra parte, los números provinciales pueden no asegurar fácilmente el cumplimiento de algunas obligaciones, según confían con palabras muy medidas algunos allegados que saben con bastante aproximación cómo están las arcas en el Gobierno. En ese marco, la prioridad del Ejecutivo es asegurar el pago a los contratados y no generar desmedidas demoras con los proveedores del Estado.
Para colmo, la tirante relación con la Casa Rosada como consecuencia del cierre de candidaturas, que tuvo su momento culminante con la decisión presidencial de prescindir de los servicios de Mazzón, no está asegurando un rápido acceso a la caja de la Nación ante cualquier emergencia.
La campaña que se inicia con desafíos para el oficialismo. La carrera hacia las primeras PASO mendocinas se largará en pocos días más y en el oficialismo tienen la gran apuesta de demostrar que la territorialidad del peronismo mendocino es capaz de traccionar para lograr el respaldo en las urnas. Esa fuerza territorial se sustenta principalmente en los intendentes y "caciques" departamentales en general, que fueron los que en gran medida cambiaron la voluntad de la dirigencia mayor y del propio Pérez de mantener las elecciones locales en forma simultánea con las nacionales.
Es una nueva chance y tal vez la última para muchos dirigentes, ya que pesa sobre sus espaldas el antecedente del pobrísimo resultado de las parlamentarias de 2013. Esos muchos dirigentes son conscientes de que hay expectante una fuerte corriente renovadora que saldrá a exigir protagonismo si el oficialismo vuelve a dar un paso en falso tanto en abril como en junio.
En estos momentos las dudas sobre la efectividad del desdoblamiento dispuesto a instancias de los intendentes son muy grandes, pero hay motivos para mantener viva la ilusión, según dicen quienes están cercanos a los que comienzan a fijar estrategias de campaña.
No descartan alguna señal del gobierno nacional en materia económica para desalentar protestas en el país y de paso sumar algunos votos de indecisos que por lo general cambian de humor cuando el bolsillo comienza a responder. Ganancias sigue centrando las expectativas en tal sentido, pero hay muchos que dudan de que la Presidenta acceda a una negociación al respecto por el solo hecho de tener que reconocer una distorsión impositiva reclamada a viva voz desde todos los sectores laborales.
En todo caso, opinan, sí podría surgir una decisión presidencial unilateral con algún anuncio masivo, como suele ofrecer mediante la cadena nacional frecuentemente la jefa del Ejecutivo.
Las chances de la mayor parte de la dirigencia actual del peronismo mendocino se juegan en este primer semestre del año, en las PASO de abril y fundamentalmente en las generales de junio, cuando los mendocinos decidan quién será el sucesor de Francisco Pérez.
A cara o cruz. Si el justicialismo logra retener la conducción de la Provincia tal vez pueda atenuar la ira kirchnerista por el manejo local que derivó en las tres listas que competirán en las PASO de abril. Pero nada haría cambiar la decisión cristinista de influir totalmente en la conformación de las listas de candidatos a legisladores nacionales para agosto en todo el país. lo que reduce a priori las ambiciones de Pérez y de Miranda de encabezar dichas nóminas, como surgió del acuerdo que tanto ruido hizo puertas adentro del oficialismo.
Salvo que en el momento de ese cierre, que debe ser un día antes de las elecciones generales mendocinas, quienes se sientan desplazados por la voluntad de Cristina Kirchner opten por competir con ella y el kirchnerismo valiéndose de las posibilidades que otorgan las PASO nacionales de agosto.
Mientras esta compleja realidad acosa al oficialismo provincial, en el radicalismo local miraban ayer con bastante tranquilidad lo que se cocinaba en la definitoria Convención de Gualeguaychú. ¿Sanz o Cobos? Da igual para Cornejo y los suyos. A ambos los necesitan. A Sanz por su liderazgo nacional y a Cobos por su carisma para fortalecer la campaña local con su presencia.