Y entonces…  - Por Ester Vida

Hemos aprehendido temas para resolver en la vida social, porque el hablar es parte de nuestro ser.

Y entonces…  - Por Ester Vida
Y entonces…  - Por Ester Vida

Nacimos a mitad del siglo XX...

Nos instruimos en la edad de oro de la Educación…

Tuvimos música creativa y de mayor vigencia. Se formaron los grupos que aún perduran, los de vinilo, y sus voces nos cantan a los recuerdos…

Ingresamos al mercado laboral por ser mano calificada y bien formada…

Entramos al siglo XXI en nuestra edad productiva, profesionales y trabajadores…

Hoy llevamos 19 años completos del nuevo siglo.

Somos pura historia, disfrutamos los recuerdos porque empleamos la memoria.

Usamos Whatsapp y Facebook, nos gusta disfrutar del café haciendo lectura exhaustiva en el diario, ese de papel. Hemos aprehendido temas para resolver en la vida social, porque el hablar es parte de nuestro ser; las esquinas son puntos de encuentros para el saludo de persona a persona.

Somos esa generación que compartimos lo que hablamos y recordamos.

Y entonces… cada era produce su forma única y peculiar sociocultural. Y en un leve análisis de cualquier porqué, aparece el mal de la época, la expresión de hombres y mujeres que conforman la sociedad del momento. La formación del individuo, en el hogar, en las escuelas y universidades o  en talleres creativos. Por eso cuando finalizó el milenio, cada habitante acrecentaba su patrimonio con incentivos profundos, maravillosos y enriquecedores de su cultura, de la capacidad de cimentar los sueños que sobrevivían en la fuerza de sus inquietudes, y que a veces son ignoradas ante los huecos planes educativos.

La abulia intelectual se ha instaurado en valores, que se acercan más al concepto socioeconómico de “precio” que a otros incentivos. Bueno sería, entonces preguntarnos si dejáramos la miseria de la ignorancia para enriquecer la educativa, y más aún manifestar la cultura.

No en esa frágil información que resultaba inefable como un simple parpadeo enigmático, de poesías arrugadas, llenas de utopías, que oscurecían el pensamiento natural de cada uno. En este raudo mirar de qué y cómo somos, aparece la pura creación, que no es efímera, sino que está pulida con los mejores versos de la creación.

Y entonces...es el momento de mostrar y decir, que así fuimos mujeres que logramos escribir, sin que esto fuera un privilegio, sino una opción, sin límite al propio talento.

Las mujeres autoras, ocupan varias mesas en las librerías, más que en otras décadas, un síntoma que condice con esa moderna idea de crecer, provocando períodos de claridad y buenos cambios.

El camino es abrazar el talento en un proceso estético, abrazar la escritura y dar libertad a las letras.

Y así se suceden los hechos, y así vemos pasar las historias, hacer frente a la realidad de una manera constructiva, encontrar más satisfacción en lo que se hace… .si algo es posible es construir la capacidad de amar.

Y entonces, me siento esa mujer que elige y comparte, como muchas peregrinas de los poemas, a los que rindes un culto del lenguaje, del amor a la palabra, y a los recuerdos de todo lo vivido y por vivir, con placer en el alma…

Y entonces…¡anímate!….a hacerte cargo de lo vivido, de la expresión... no hay lamentos… hay realidades.

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