Y el Tomba cantó las 40

Con un gol del “Morro” García en tiempo de descuento, Godoy Cruz derrotó a Colón de Santa Fe y alcanzó las 40 unidades.

Y el Tomba cantó las 40
Y el Tomba cantó las 40

¡Y el Tomba cantó los 40! En una noche para el infarto, Godoy Cruz le ganó con el último suspiro a Colón de Santa Fe y quedó a una unidad de Talleres de Córdoba. No jugó bien, es cierto, pero sus números realmente asustan: cuarta victoria al hilo en la Superliga y noveno (sobre diez partidos) triunfo en el Malvinas Argentinas.

En pequeños y esenciales detalles, el Tomba demuestra que es un equipo trabajado. Más que una sensación, es una confirmación que las dos semanas de parate tras la fecha FIFA le vinieron como anillo al dedo para pulir algunas cuestiones vinculadas a lo estratégico. Ha mejorado ostensiblemente en la pelota parada defensiva y ofensiva, los mediocampistas interiores saben cuándo salir a presionar, en qué momento esperar y saben hacer la pausa, los laterales no pasan por las dudas y tiene una de las mejores duplas ofensivas del fútbol argentino.

Colón también es un equipo interesante, bravo y con un estilo de juego. No por nada es protagonista en la Copa Sudamericana. Pero el Tomba en el Malvinas no sólo se hace fuerte por su condición de local, porque juega ante su gente y porque conoce cada uno de los rincones del campo de juego. Sus nueve triunfos en diez partidos en casa son la consecuencia de su forma de pararse en la cancha, de proponer siempre, de ir para adelante y de saber manejar los tiempos con inteligencia. Cuando el equipo pierde la pelota, hay una tremenda predisposición de todos por presionar hasta recuperarla. Es insoportable.

El mayor mérito de Diego Dabove ha sido convencer al plantel y sacarle el jugo a cada uno de ellos para que rindan por encima de lo que lo venían haciendo en la era Mauricio Larriera.

Al Sabalero lo fue erosionando lentamente. Como siempre, fue compacto para jugar en 40 metros: un bloque que se desdobla permanentemente en defensa-ataque. Y lo que no pudo conseguir con juego elaborado, lo alcanzó con el trabajo de la semana: la pelota parada. Virtud en el ejecutor (Pol Fernández) y en los receptores. Porque Garro desvió y Cardona estaba ahí para no perdonar el error del ecuatoriano Alexander Domínguez y asegurar con la punta del botín zurdo.

El gol lo llenó de confianza y lo puso a mandar en el desarrollo. Acto seguido, por centímetros Bastía no le comete penal a Angileri y en la siguiente Cardona podría haberse anotado con un doblete si ajustaba la mira tras el centro de Pol Fernández.

Pero Colón tiene lo suyo y en el complemento salió a buscar decidido el empate. Ordenado y compacto, el Tomba intentó bloquear los caminos y salir rápido de contra. Domínguez movió el banco y arriesgó: apeló a un 4-3-3 con Ruiz-Vera y Chancalay de punta. Y a pesar del todo fino con la pelota, el Sabalero comenzó a manejarla más y mejor. De hecho, Burián apareció un par de veces para salvar el empate. El Tomba sentía el desgaste y el cansancio hizo mella en algunos futbolistas como Serrano y Garro (sintió la inactividad). Entonces, no extrañó que Colón lo empatara con el zapatazo de Chancalay.

Por las imprecisiones y el cansancio del segundo tiempo, el empate no estaba mal. Pero Jalil Elías recuperó una pelota en el medio y abrió para Speedy González, slalom y asistencia para que el Morro la empujara. Delirio. Explosión. Tremendo. El Tomba cantó las cuarenta.

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