¿Y ahora? - Por Juan Azor

Argentina quedó envuelta en su propia niebla tras la derrota y tiene por delante un complejo desafío.

¿Y ahora? - Por Juan Azor
¿Y ahora? - Por Juan Azor

“Nos volvemos en primera ronda”; “¿Por qué sigue aguantando a Mascherano e Higuaín?”; “Juegan los amigos de Messi”... Las explosiones populares rara vez se equivocan, aunque cuando están teñidas de la pasión que le impregna el fútbol, a veces hay que parar la pelota y jugarla hacia los costados.

La durísima caída en el Wanda Metropolitano, frente a una España que parece haber encontrado el camino para seguir reinventando su juego colectivo después de la eliminación en primera ronda de Brasil 2014, enciende las alarmas. Y Rusia está a la vuelta de la esquina.

¿Hay que entrar en pánico? No parece para tanto, pero si para repensar la manera en que hay que pararse frente a rivales que hoy por hoy son superiores a la Argentina.

La idea de Jorge Sampaoli de “establecer una cultura de fútbol que sea respetable” parece quedar en segundo plano. Quizás haya tiempo para después de Rusia 2018 (siempre y cuando esta AFA improvisada y sin coherencia alguna sostenga el proyecto más allá de los resultados finales).

Ahora las urgencias pasan por definir que intérpretes podrán adaptarse mejor a las distintas alternativas que puede plantear una Copa del Mundo donde, quizás como hacía mucho no sucedía, los grandes candidatos llegan en alza: Brasil, Francia, Alemania y España. Todos tienen algo en común: una estructura sólida, conformada con una columna que rara vez sufre modificaciones. Cada uno de esos seleccionados entendió cuando era el momento de realizar el recambio. Y hoy tienen su recompensa.

¿Y nosotros? ¿Tenemos a los mejores? ¿Se pueden conjugar todos dentro de un mismo esquema? Sin dudas Sampaoli así lo cree y su apuesta pasa por rodear a Messi de la mejor manera. “¿El socio para Messi? Que él lo elija”, dijo hace unos días en conferencia de prensa, explicando que será el “10” quien encuentre a quien mejor lo puede interpretar dentro de la cancha. Sin embargo, aunque Manuel Lanzini dio algunas buenas impresiones, el DT no parece tener a mano grandes opciones para esa labor. La zona media está conformada (o al menos así la piensa Sampaoli) por un trío de volantes centrales, de los cuales apenas Banega (y no siempre) se destaca por su pase preciso. Mascherano (lejos de su mejor momento) y Biglia (sin respuestas frente a la velocidad del rival) pagan caro esa falta de recursos para ser los forjadores del primer pase. Suelen recibir el balón de espaldas al arco rival y eso compromete la acción. El primer gol de España es una clara muestra: Mascherano es anticipado por un rival y el equipo queda expuesto ante un rival de múltiples recursos con el balón en los pies. No hay movimientos aceitados; todo parece mecánico y demasiado forzado. Y se sabe que cuando uno fuerza algo...

Con Messi, los imprevistos más hermosos pueden aparecer por el lado argentino, pero no siempre alcanza para desequilibrar un juego de características como el de ayer.

Los nombres que acompañaran la ofensiva albiceleste tal vez sean el aspecto donde más dudas tiene el DT. La lista es larga y las características de cada uno son bien diferentes. Agüero, Higuaín (hoy sus detractores tendrán roles protagónicos en las mesas de cafés), Icardi e incluso Martínez (mal día para debutar con la mayor) revolotean en la cabeza de Sampaoli.

¿Y entonces? Sampaoli admite que reverá la lista que ya tenía casi confirmada. No parece mala idea. Quizás también sea tiempo de repensar la propuesta futbolística. Para la “cultura del fútbol respetable” ya habrá tiempo más adelante.

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