El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo hoy que llegó la hora de limpiar de corruptos a la petrolera estatal PDVSA, en la cual juramentó como su nuevo presidente y ministro de Petróleo al mayor general de la Guardia Nacional (policía militarizada), Manuel Quevedo.
"Ha llegado la hora de una gran limpieza en PDVSA, junto a la clase obrera y la Fuerza Armada. Tenemos experiencia, tenemos la organización y el plan estratégico socialista 2016-2025", señaló.
En un acto con trabajadores de la industria petrolera, Maduro dijo que "mafias" entregadas a los intereses de Estados Unidos manejaban a su antojo PDVSA al punto de casi llevarla a una paralización de su producción de crudo y de sus refinerías.
Al anunciar el comienzo de una nueva fase, pidió a los trabajadores petroleros aumentar la producción en al menos un millón de barriles diarios, incrementar la capacidad de refinación y garantizar el suministro de combustibles para cubrir la demanda del país.
"Estoy muy indignado, he acumulado indignación por dentro al descubrir estas cosas. Yo no voy a taparear (proteger) a nadie, el que se metió a corrupto tiene que pagar y devolver al país los recursos que se robó", señaló.
Maduro afirmó que la llegada de Quevedo a la presidencia de PDVSA permitirá combatir a las "mafias internas" en la principal industria, que es sostén de la economía venezolana y genera el 96 por ciento de los ingresos de divisas del país.
Quevedo, quien ocupó desde 2014 el Ministerio de Vivienda y Hábitat, no tiene experiencia en la industria petrolera y por designación de Maduro desplazó a dos hombres con carrera dentro de PDVSA, como eran Nelson Martínez y Eulogio Del Pino, presidente de PDVSA y ministro de
Petróleo.
El escándalo de corrupción estalló hace dos semanas por la detención de seis directivos de la empresa Citgo, la filial de PDVSA en Estados Unidos, acusados de firmar un acuerdo para refinanciar la deuda de PDVSA sin autorización del Ejecutivo.
Maduro afirmó que las "mafias" fueron controlando importante áreas petroleras en Venezuela y en el exterior, a fin de "robar" petróleo y sobrefacturar insumos importados.
"Tengo pruebas de esas mafias de negociantes, ladrones y vendepatria que no solo se dedicaron a robarle al país y a la industria, a maltratar a la clase obrera, sino que se creyeron dueños de la industria petrolera", indicó.
Señaló que desde hace meses ordenó una investigación y los organismos de inteligencia descubrieron un "desastre". Comentó que los "corruptos" traían barcos y los llenaban de crudo o productos y cobraban el dinero.
"Hemos descubierto lazos directos con la embajada de Estados Unidos para provocar un paro silencioso de la industria petrolera, para que bajara la producción y se pararan las refinerías con excusas bien montadas", aseguró.
Indicó que la reestructuración "profunda" busca que más nunca se repitan los "vicios" y sean sacados los "traidores a quienes se le dio la confianza". Además, pidió a los trabajadores convertir desde ahora a PDVSA en una "potencia ética, productiva y socialista".
Por su lado, Quevedo dijo que con su pedido Maduro interpretó el clamor de los trabajadores de PDVSA y por eso la "limpieza arranca con fuerza".
Maduro no lo mencionó, pero en el acto estuvo presente el nombre de Rafael Ramírez, quien presidió PDVSA por más de 10 años hasta 2014 y es actual embajador de Venezuela en la ONU.
Algunas versiones dijeron que la arremetida contra la directiva de Citgo iba dirigida contra Ramírez y los círculos de poder que dejó dentro de PDVSA.
Venezuela produce actualmente alrededor de dos millones de barriles de crudo diarios. Maduro se quejó de ello, pues los planes del fallecido mandatario Hugo Chávez eran que la producción actual estuviera en cinco millones de barriles.
Maduro anunció una "gran limpieza" de corruptos en la petrolera estatal PDVSA
El presidente venezolano dijo que combatirá a las "mafias internas" y para ésto designó al jefe de la policía militarizada, Manuel Quevedo.
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