"El asesinato de Roxana Toledo (37) ocurrido en la noche del jueves en San Rafael tuvo como móvil el robo (unos cinco mil pesos) que la mujer llevaba consigo y que los delincuentes se llevaron". Con esta aseveración hecha por uno de los pesquisas del caso, se descartó de lleno que el hecho tuviera que ver con un femicidio acaso mandado a perpetrar por el ex esposo de la víctima.
El hombre, que justamente cuando ocurrió el crimen había ingresado a la casa de su ex y cambiado las cerraduras, estuvo detenido unas horas, pero se comprobó que ese hecho no tenía nada que ver con la muerte de la mujer.
El ex marido -de apellido Porcel y que tenía una restricción de acercamiento a la casa de Toledo- recuperó su libertad.
La pesquisa
De momento, la pesquisa judicial comandada por la jueza Lidia Cófano se ha basado en los dichos de testigos que vieron el ataque, por más que los dos sujetos que la asaltaron tenían sus rostros cubiertos. Hay que recordar que la víctima llamó al 911 poco antes del desenlace fatal.
En esa conversación, de poco más de tres minutos, Toledo (que usaba el sistema manos libres) le indicaba al operador del CEO que la habían querido asaltar.
Así, trascendió que se está detrás de dos hermanos que cuentan con tupidos prontuarios pero que al cierre de esta edición no habían sido hallados.
La magistrada Cófano -quien actúa en calidad de subrogante- solicitó a los medios de prensa que no se publicaran fotos de los posibles sospechosos del crimen.
La conmoción que ha provocado este crimen hizo que Antonio Carrizo, el subsecretario de Seguridad de la provincia, se trasladara a San Rafael para seguir el caso de cerca.
Marcha
Entretanto, ayer a las 18 alrededor de mil personas se reunieron en el centro de San Rafael para clamar justicia por el crimen de la mujer, que era trabajadora de una cadena de panadería y madre de cuatro hijos.
La marcha pasó por la radio LV 4, luego llegó al kilómetro cero y desde allí la columna se dirigió hasta la Municipalidad.
La gran fila -que ocupaba toda una cuadra- estaba encabezada por la amiga que estaba con Toledo la noche del asesinato, como así también por los cuatro hijos de la víctima fatal. Del mismo modo, varios compañeros de trabajo de Roxana se sumaron a la manifestación vestidos con sus ropas de trabajo, muchos de ellos visiblemente consternados por el hecho.
Si bien la manifestación transcurrió en silencio, se escucharon algunas quejas a viva voz en contra de los derechos humanos y reclamando justicia y seguridad. Y carteles que decían "Queremos una explicación, señor intendente" y "Justicia por Roxana". La marcha fue convocada a través de las redes sociales, una vez que la gente de San Rafael se enteró de lo ocurrido.
El hecho
Toledo conducía una camioneta Mercedes Benz Sprinter el jueves a las 22 junto con una compañera de trabajo, con quien regresaba de llevar mercadería y buscar la recaudación de las sucursales de la panadería en General Alvear.
Ella y su compañera fueron abordadas por al menos dos sujetos armados y con el rostro cubierto, que bajaron de un auto cuando las mujeres se detuvieron en el semáforo de Alberdi y Balcarce.
Uno de los hombres quiso romper con la culata del arma el vidrio de la ventanilla del conductor de la camioneta, y al no lograrlo, disparó. La bala dio en el hombro izquierdo de Toledo y salió por su omóplato derecho.
La mujer se desvaneció sobre su compañera mientras los hombres escaparon con 5.000 pesos de la recaudación de la panadería.
"Cuando se frenaron en el semáforo de Balcarce y Alberdi, rompieron el vidrio de la camioneta y le dispararon a Toledo. La acompañante no sufrió lesiones pero quedó en estado de shock", fue la versión de Hugo Lucero, titular de la Policía Distrital Zona Sur.
Alertados por varias llamadas de vecinos llegaron hasta el lugar efectivos de Cuerpos Especiales. Toledo fue trasladada al hospital Schestakow pero llegó sin vida, ya que el proyectil le habría perforado la arteria aorta.
Luego los efectivos de la Policía de Investigaciones secuestraron un proyectil 9 mm que estaba en la camioneta.
