Es sabido que por cada excelente sistema operativo lanzado por Microsoft, viene una versión posterior mala. Sucedió con el paso de Windows XP a Vista y de Windows 7 a 8. Incluso se añadió la posibilidad de saltear este último con actualización gratuita. Esta vez, la compañía decidió "sepultar" a uno de las buenos: Windows 7 dejó de tener soporte oficial el 14 de enero, justo cuando posee una cuota del mercado superior al 25%.
¿Qué significa el anuncio de Microsoft? Los usuarios que todavía tienen instalado Windows 7 en sus computadoras y no hicieron el salto de tecnología al 10 pueden seguir usándolo con normalidad. Pero la empresa no brindará soporte técnico para problemas, actualizaciones de software y actualizaciones de seguridad o correcciones, lo que provoca mayor riesgo de exposición a bugs, virus y malware.
Si bien puede migrarse a Windows 10 y mantener funcional la PC antigua, desde Microsoft aconsejan no hacerlo debido a que las especificaciones técnicas no suelen adaptarse a las exigencias del sistema vigente desde 2015. De allí que se recomiende transferir archivos vía OneDrive, el servicio de almacenamiento en la nube de Windows que facilita la sincronización con el equipo nuevo.
El adiós a Windows 7 pone en aprietos a empresas que aún no hicieron el cambio. Solamente en estos casos, Microsoft optó por mantener y cobrar actualizaciones de seguridad extendidas hasta 2023 para equipos con Windows 7 Professional y Windows 7 Enterprise.
"Sabemos que muchos usuarios eligen no actualizar el sistema operativo, ya sea por costo, costumbre o porque sus otros paquetes informáticos no son compatibles con versiones recientes. Sin embargo, un sistema operativo obsoleto que no cuente con parches de seguridad es un riesgo de ciberseguridad", advirtieron desde Microsoft esta semana.
Pese a que el récord de vida le quedará a XP con sus 13 años, Windows 7 también generó una legión de adeptos. Su concepción fue arriesgada y hasta apresurada debido al fracaso de Windows Vista, un sistema que si bien tardó cinco años en llegar al mercado en busca de una fallida revolución, desapareció en menos de la mitad de tiempo. "La cosa de la que más me arrepiento", como supo admitir Steve Ballmer, ex CEO de Microsoft.
Windows 7 llegó en octubre de 2009 con un diseño menos rupturista que Vista, pero sí de expansión, ajustes y actualizaciones constantes, lo que le permitió mantenerse compatible con el paso del tiempo. Su interfaz fue crucial para volver a seducir a los usuarios: funciones más accesibles, una barra de tareas con iconos agrupados sin texto -al estilo aplicaciones-, personalización del equipo con temas completos y las características Aero Shake y Aero Snap -todavía usadas en el 10-, entre otras modificaciones.
Según información de StatCounter Global, dentro del espectro Windows, el 65% de las computadoras funciona con Windows 10 y el 27% con el 7. En Argentina, el panorama es similar: el 55% de las computadoras de escritorio tiene instalado Windows 10, mientras que el 36% utiliza el ahora extinto 7 (le sigue 8.1 con 5%).
Para los curiosos y nostálgicos, XP ocupa el cuarto puesto (2%), por encima de sus sucesores 8 y Vista, lo que demuestra su positiva y longeva aceptación.
Ya está disponible el nuevo y mejorado Edge
Aunque el nombre sea el mismo, Microsoft Edge es ahora un navegador completamente distinto que deja atrás EdgeHTML (una bifurcación de Trident) para usar Blink (una bifurcación de WebKit), el motor de renderizado que utiliza la mayoría de la gente para navegar por la Web. Está basado en Chromium, el proyecto de código abierto que sale en Chrome, el favorito en cuanto a velocidad (no así en consumo).
El nuevo Edge puede descargarse desde la web oficial de Microsoft. Lo positivo es que durante la instalación, se pueden importar todos los datos y marcadores previos, sea del navegador que sea.
Entre las promesas, todos los problemas de incompatibilidad desaparecen y ahora es posible instalar extensiones de Chrome en Edge. Hay un editor de PDF estable y mejorado, modo lectura, soporte de Netflix a 4K y una política de privacidad revisada.
