Tuvo un profesor de guitarra que le quitó las ganas de tocarla. “Era un creído de sí mismo y a la vez un resentido. Uno de esos bichos que se van a anidar a las provincias. A los 11 años, volviendo a mi casa de una clase suya, rompí la guitarra. Pero ya la música gustaba de mí”, dice Eduardo Guillermo Pantano Crook al recordar su infancia en Villa Gesell.
A los 50, ya enchapado como saxofonista y compositor, curtido por los vientos del rock y el funk, después de haber tocado con Miguel Abuelo, con Calamaro, con Los Redondos, con Rita Marley, después de haber formado los Funky Torinos y haber sacado un puñado de discos con iguales dosis de calle y exquisitez, Willy decanta: “Los músicos nuevos no tienen por qué aprender nada de las miserias nuestras”.
Hay, sin embargo, personajes que para él no se fabrican más: tipos como Skay, por ejemplo. O como Miguel Abuelo. “Miguel se murió creyendo que todo estaba por empezar”.
- ¿Y Solari?
- Ese señor yo ya no sé quién es.
Crook, que grabó con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota el disco inaugural “Gulp!” y el sólido “Oktubre”, desliza que el Indio está haciendo exactamente lo mismo que odiaba hacer en el pasado. “Todo lo que aprendí filosóficamente a su lado, lo está haciendo al revés”.
- ¿Qué es lo que te cambia?
- .....
La plata, parece ser la respuesta que flota en el viento. Y el hecho de no tener vida.
Pero no vamos a perder tiempo hablando de las miserias del rock sino de las iluminaciones. Porque -hay que saberlo- el señor Crook estuvo en la Marina y casi se lo tragó la carrera militar, hasta que logró virar el timón rumbo a Andalucía, donde empezó a soplar para comer.
Sí, con ese apellido de pirata irlandés, el joven Willy pasó un tiempo en el Liceo Naval.
- ¿Qué secuelas te quedaron?
- Desde entonces yo sé por qué libertad lucho. A mí te aseguro que no me vuelven a agarrar.
Lo que sí lo agarró luego de dejar las costas argentinas, allá por las calles europeas, fue el swing. "Es que la música es como un perrito al que vos le das un poco de bola, lo agarrás para jugar, te da vueltas, después puede que lo abandonés, pero cuando volvés ahí está, con cero resentimiento".
Cook, que quiere decir tránsfuga, ha intentado ser siempre transparente con ella.
“No me gusta la falsa humildad, creo que la música ha hecho de mí un buen instrumento. Lo mejor que me puede pasar es hacer despegar al público, atraerlo a un trance en el que yo, por supuesto, entro también”.
Hay que entender que esta presentación en Mendoza tiene para él un sabor de revancha. “Es que la última vez que fui hubo bardo. Digamos que la demora en ese show fue proporcional al crecimiento de la vejiga de todos. Y terminamos intercambiando saludos a la madre con el público. Pero esta vez voy a tocar, en este show sí que vamos a despegar”.
Pasó más de una década. Ahora, el capitán del funk y soul nacional llega secundado por algunos de sus viejos camaradas: Esteban Freytes (bajo) y Juanito Moro (batería).
Recordemos que, junto a The Funky Torinos, Willy Crook grabó un disco delicioso con el mismo nombre de la banda. Fue la obra con la que “un cabecita negra se reveló capaz de ejercer como embajador del buen gusto”, dice el músico que se crió en un hogar humilde y que debió renunciar al Liceo porque no podían comprar hilos de oro para coser en su uniforme.
Pero desde el '95, año en que grabó “Big Bombo Mamba”, Willy teje otra hebra dorada: “Trato de hacer música que yo escucharía. Pero llegué a la conclusión de que la gente que escucha tu música es más dueña de ella que vos. Cuando se apaga la luz, se enciende el G funk. Muchos me han dejado testimonios de que, efectivamente, mis creaciones acompañan lo mejor de su existencia. No puedo estar más de acuerdo. Con Patricio Rey pasaba lo mismo. Eso es mucho más valioso que un Grammy”.
Ahora está pensando en disco nuevo, al que piensa llamar “Troppo Vero”. “Todo -dice- es cuestión de llamar a los viejos amigos y ponerse a grabar”. Gente como Miguel Zavaleta, Daniel Melingo y Fernando Samalea.
-Ya que estamos, ¿cómo fue la grabación de "Fuego amigo"?
- Yo estaba bastante mal en esos tiempos. El único que me agarró la mano fue la Mona Jiménez. De hecho, grabé ese disco en los estudios de la Mona. Y tuve el honor de que tocara en él su percusionista, Bam Bam Miranda, una bestia. Ya que lo mencionamos voy a tocar el viernes algo de “Fuego”.
Autodidacta, hiperkinético, Crook asegura haber creado una alianza con sus maestros gracias a los videos gratis de la web. “Steve Vai o Satriani tocan algo superior, pero de lo cual podés cazar algo como para ejercitar. Achicar la brecha entre manos y cerebro, eso busqué para ganar en seguridad, subir la autoestima y, por sobre todo, volar con el espectador”.
La ficha
Willy Crook & The Funky Torinos
Día y hora: viernes, a las 22
Lugar: Espacio Cultural Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén). Sala Circular.
Entradas: anticipadas ($130), en Le Club (San Martín 950, ciudad) y Siempre Deportes (Serpa 392, Luján y Domingo F. Sarmiento 367, Maipú).
Abren la noche Jungle Fever y Ni Tan Cuáticos.