Estados Unidos espió a altos responsables del gobierno de Japón, reveló ayer la web especializada en filtraciones Wikileaks, poniendo a Tokio en una posición delicada de cara a su aliado americano, al que el gobierno conservador de Shinzo Abe se esforzó en acercarse.
El portal fundado por Julian Assange publicó la lista de “35 objetivos secretos de (la Agencia de Seguridad Nacional) NSA en Japón, entre ellos el gobierno japonés y empresas japonesas como Mitsubishi”, señaló Wikileaks. “Numerosos responsables del Banco Central” (BCJ), incluido el gobernador Haruhiko Kuroda, también fueron objeto de escuchas.
Al primer ministro, Shinzo Abe, no se le menciona, pero sí a altos responsables gubernamentales, como el ministro de Comercio, Yoichi Miyazawa.
El espionaje se remonta al primer y breve mandato de Abe, que comenzó en 2006. Abe regresó al poder a finales de 2012.
Esta acusación de vigilancia a un aliado cercano a los Estados Unidos por la NSA llega tras la revelación sobre el espionaje de EEUU a otros aliados como Alemania o Francia.
“Los documentos muestran la profundidad de la vigilancia al gobierno japonés y el hecho de que se recopilaron y analizaron las informaciones de numerosos ministerios y servicios gubernamentales”, afirma Wikileaks.
Demuestran “un conocimiento detallado de deliberaciones internas de Japón sobre temas como las importaciones de productos agrícolas y las discrepancias comerciales o las posiciones japonesas en la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio”, entre otros, apunta el portal de filtraciones.
Washington también recopiló información de “la correspondencia de Tokio con organizaciones internacionales como la Agencia Internacional de la Energía, memorandos sobre la estrategia del país en sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos y la Unión
Europea, así como el contenido de una reunión informativa confidencial del primer ministro”
Estas revelaciones llegan en un momento delicado, pues Abe pretende que el Parlamento apruebe pronto las leyes que permitirían desplegar a las Fuerzas de Autodefensa niponas -nombre oficial del ejército- para ayudar a un aliado, en primer lugar a Estados Unidos.
Esta reinterpretación de la constitución pacifista del país es muy contestada por la oposición y entre los japoneses.
Negociaciones en curso
“Es un contexto de intenso acercamiento con el aliado americano. La administración Abe ha invertido mucho en la relación desde su llegada al poder”, indicó Céline Pajon, investigadora en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI) especialista en Japón. “Y al mismo tiempo, la situación es muy delicada para Shinzo Abe a nivel nacional. Esta noticia provocará sin duda una reacción muy fuerte”, explicó Pajon.
“Si esto es cierto, Japón pedirá explicaciones a la parte americana, pero es poco probable que eso tenga un impacto en el fondo de las relaciones bilaterales”, templó por su parte Yoshinobu Yamamoto, profesor de política internacional en la universidad de Niigata.
“En estos documentos vemos que el gobierno japonés está preocupado por lo que debería y no debería decir a los Estados Unidos para evitar comprometer sus relaciones diplomáticas”, comentó el fundador de Wikileaks, Julian Assange. “Sin embargo, ahora sabemos que EEUU escuchaba todo y leía todo”, añadió.