El inglés Raymond Whelan, director de la empresa asociada de la FIFA Match Services y acusado de revender boletos del Mundial ilegalmente a través de una red internacional que facturaba millones de dólares, se entregó ayer a la Justicia.
Tras permanecer cuatro días prófugo, “Whelan se entregó esta tarde en el gabinete de una jueza del Tribunal de Justicia de Río”, declaró Marcos Kac, fiscal del Ministerio Público de Río de Janeiro que está a la cabeza del caso.
El ejecutivo de Match ya había sido detenido el lunes de la semana pasada por su eventual participación en la red de reventa y liberado en la madrugada del martes, pero seguía enfrentando cargos por facilitar la distribución de entradas.
El jueves se formalizó la acusación formal contra él y otras 11 personas y se determinó la prisión preventiva de todos ellos, menos de un abogado que colaboró con la investigación.
En cumplimiento de esa orden, la policía fue a buscarlo al lujoso hotel en Copacabana donde se alojaba pero no lo encontró, por lo que fue declarado “prófugo”.
El director de Match Services se presentó ante la jueza Rosita Maria de Oliveira Netto, del sexto tribunal de justicia penal de Río, quien está a cargo del proceso contra las 12 personas acusadas de pertenecer a la red internacional de reventa de entradas de la Copa.
Whelan era el único que estaba en libertad, además del abogado que colaboró con la investigación. Según la acusación, esa red revendía ilegalmente miles de boletos para el torneo y facturaba millones de dólares. La red operaría desde hace cuatro mundiales, en 2002, según la policía brasileña.
Los acusados enfrentan cargos por asociación ilícita, reventa, corrupción activa, lavado de dinero y evasión fiscal.
La empresa Match, que asegura que Whelan es inocente, señaló la semana pasada que “mantiene su confianza de que cualquier cargo en su contra será refutado”.