En el 2015 Facebook fue una de las herramientas fundamentales de Cambiemos para llegar al poder, pero hoy la realidad es distinta, el público digital migró a otros espacios y WhatsApp se convirtió en el servicio de mensajería predilecto de todas las personas que tienen un teléfono inteligente en su poder.
Este comportamiento no pasa desapercibido para el mundo de la política, que desde hace meses viraliza mensajes reales y falsos a través de este medio. En Mendoza, una de las primeras fotos falsas que generó revuelo fue la de Anabel Fernández Sagasti (Unidad Ciudadana) escoltada por Guillermo Amstutz, Celso Jaque, Jorge Tanús y Miguel Serralta. La imagen trascendió antes de las PASO provinciales y hacía referencia en tono irónico a la "renovación" de Unidad Ciudadana, con dirigentes peronista de larga trayectoria. Por su parte, en Cambia Mendoza trascendió un supuesto jingle del precandidato a la intendencia de Malargüe Fernando Glatigny al ritmo de "Leña para el carbón", pero que el equipo de campaña aseguró que nació como una broma en un grupo de WhatsApp.
A nivel nacional, la semana pasada se viralizó un video manipulado de Patricia Bullrich para ridiculizarla. La maniobra se conoció a las horas y hasta la ministra de seguridad reveló la "fake new" en su cuenta oficial. Pero el fuego es cruzado y el Frente de Todos también recibe dardos como el siguiente: "Si Cambiemos consigue 16 senadores de los 24 que hay en juego, Cristina sería desaforada el 11 de diciembre. Pensalo".
Impacto en los electores
El consultor, analista y activista de la comunicación política, Mario Riorda, aseguró que es difícil que WhatsApp ocupe centralidad si antes no hay una base sólida de voluntarios que actúen como expansores. "Antes hay un OK que habilita la interacción. Cuando el contacto es invasivo, el rechazo teórico estudiado comparativamente en México y Argentina está en torno al 85%. La tasa de efectividad ante el contacto invasivo es cercana a cero. El efecto persuasivo ilimitado desde redes y en particular desde el WhatsApp es irreal e imposible", indicó.
"Sí hay una fidelización de tribus o grupos de intereses ya constituidos que, aun sabiendo que muchos contenidos son falsos, igual los comparten para afianzar su creencia previa. Así, las acciones sistemáticas, profesionales y electorales sí aumentan significativamente el tráfico de contenidos hacia links que derivan tráfico tribal (de creyentes y afines previos) a webs y sitios digitales de contenido específico que compiten en argumentos e importancia con medios de comunicación masivos en esos grupos específicos", añadió.
Por su parte, el presidente de la Unión de Agencias Interactivas, Gustavo Buchbinder, dijo que por primera vez los teléfonos van a ser más importantes que los televisores. "Es muy posible que WhatsApp se sature y si se pasan a Telegram, esta red también se va a saturar. Van a aparecer fakes news y fakes advertising (falsas publicidades de candidatos). Es algo inevitable que va a generar caos", señaló.
"Este tipo de comportamiento va a repercutir mal en la gente porque no va a saber dónde está parada. Además no se puede contar la cantidad de avisos a los que estará expuesto el electorado", agregó.