WhatsApp, el nuevo campo de batalla político

Terreno minado y propicio para que la única regla que valga sea el denominado “vale todo”.

WhatsApp, el nuevo campo de batalla político
WhatsApp, el nuevo campo de batalla político

Mientras plataformas como Facebook luchan constantemente por restaurar una reputación que fue destruída en 2018, el desorden de la información y las fake news tienen una nueva víctima a la vista: WhatsApp y en segundo lugar Messenger.

El fenómeno comienza a extenderse a las llamadas redes cerradas o dicho de otro modo, aplicaciones de mensajería instantánea que tienen un gran crecimiento particularmente en países de desarrollo tales como Argentina y Brasil.


WhatsApp en Brasil
WhatsApp en Brasil

En este tipo de plataformas cualquier información es distribuída sin importar si es real o no. Lo saben los memes, lo saben los medios, lo saben los políticos.

En pleno apogeo de las elecciones en Brasil y ante la cantidad de ataques políticos que surgían en la plataforma, 24 medios decidieron unirse en un proyecto llamado “Comprova” que consistía en verificar la información que la gente enviaba por WhatsApp. Funcionó, pero sólo pudieron comprobar 147 mensajes de 2000 mensajes al día. Fue una ola imparable.

En todo el mundo, la naturaleza del problema ha cambiado. La desinformación ya no se trata de noticias completamente falsas, sino más bien de un goteo constante de contenido engañoso diseñado para profundizar las divisiones en la sociedad.

Días atrás, me llegó por diferentes amigos un mensaje de Cristina Kirchner en formato audio que decía lo siguiente: “Hola, cómo estás? Soy Cristina. Igual que a vos me preocupa lo que estamos viviendo…Hay que ponerle límites al Gobierno”

Me puse a pensar (con cara de preocupado) que este mensaje de guerra marca el comienzo de una batalla feroz que tendrá como eje a WhatsApp. En este terreno, los equipos de comunicación, marketing y estrategia no van a poder ni siquiera medir el impacto ya que WhatsApp no brinda estos datos en detalle, pero poco les importa, porque el poder de fuego es más grande que cualquier plataforma existente. Ni hablar de los chatbots, utilizando Inteligencia Artificial mediante mensajes privados en Facebook para hacer llegar mensajes totalmente enriquecidos con multimedia. Dos artillerías pesadas.

Todos los políticos argentinos, sean candidatos municipales, provinciales o nacionales, tienen que entender que en estas elecciones 2019 van a convivir con apps que tiene un gran poder de penetración en la audiencia ya que cruzan transversalmente a toda la población sea de la clase que sea, y esto genera un terreno propicio para campañas positivas y negativas con un alto impacto y pocas posibilidades de desactivación por parte de la víctima. Será golpe por golpe. ¿Están preparados sus equipos para eso? No.

Hoy los equipos solo piensan en crearse una cuenta en WhatsApp Business y decirle a las audiencias: “Hola, soy Juan, candidato a gobernador y podés escribirme y dejarme tu mensaje aquí”. Esto no funciona. Primero, porque el político tiene una agenda difícil previo a las elecciones y no va a poder satisfacer la demanda; y segundo porque los ciudadanos ya no creen en este tipo de contactos persona a persona. Descarten esto.

Hoy la gente cree a la gente, lo que dice su par, para luego valerse de los medios de comunicación y terminar de armar una idea sobre “x” candidato. Por eso, lo que hizo CFK estuvo perfectamente orquestado. Gracias a un contenido cuidadosamente pensado, llama tácitamente a compartir el audio a “ciudadanos que están en contra de la política de Macri” diseminando un mensaje a través de la gente con su voz como emisora, evitando el choque directo y desactivando una bomba vía militancia. La jugada es buena, el mensaje de guerra llegó, los resultados imposibles de medir e inimaginables para su equipo inclusive en las audiencias del círculo rojo contrincante.

¿Está preparada la sociedad argentina para tomar conciencia de lo que se viene? ¿Está preparado el Gobierno Nacional para controlar a WhatsApp y evitar una polarización mayor?

En Indonesia, para estas elecciones 2019, el gobierno instaló una denominada “sala de guerra” compuesta por 70 ingenieros y 22 periodistas de renombre para poder controlar las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp y Messenger con sus chatbots. Si todo se va de control en cuanto a desinformación, tienen la orden estricta de bloquear las aplicaciones. El odio a la iglesia, los activistas, y la militancia de distintos candidatos hacen temblar a la sala.

El Gobierno Nacional tiene que poner manos en el asunto, crear una alianza con los medios del país y partidos políticos para comenzar a chequear información que circulen por estos canales. Si no lo hace, creanme que si antes pensamos que todo estaba polarizado, lo que se viene es mucho peor.

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