La mediática Wanda Nara y su marido, el futbolista Mauro Icardi, decidieron recibir el año nuevo en los Emiratos Árabes y partieron a Doha, capital del estado de Catar, junto a sus cuatro hijos: Valentino (6), Constantino (4), Benedicto (3) -estos tres hijos de Wanda con el futbolista Maxi López- y Francesca, de once meses, hija de Wanda con Icardi.
Fiel a su estilo ostentoso y extravagante, la pareja no se privó de nada. Se hospedaron en el hotel The St. Regis, un cinco estrellas que incluye servicio de mayordomo privado las 24 horas del día.
Pasearon por la ciudad y por la playa, anduvieron en camello por el desierto vestidos con la indumentaria típica del lugar y con guía privado, no se perdieron ninguna de las atracciones turísticas del país ubicado en el Golfo Pérsico y considerado el mercado de lujo más pujante del mundo. Y, por supuesto, la "reina de las botineras" se pasó días enteros haciendo lo que mejor sabe hacer: compras.
Entre muchas otras cosas, la rubia se gastó más de 4 mil dólares en una valija Louis Vuitton personalizada con su nombre, una costosa chaqueta de cuero de Philipp Plein y unas zapatillas Nike modelo único que sumaron 66 mil dólares.
Y hasta la pequeña Francesca recibió de regalo unos zapatitos típicos de la zona que Wanda le compró a un puestero por 600 dólares. Luego de los festejos para recibir 2016, Wanda y su familia volvieron a Milán, donde Icardi debe retomar los entrenamientos de su equipo.
La Navidad la habían pasado en Buenos Aires, donde llegaron para el casamiento de Nora Colosimo, la mamá de Wanda, que a los 51 años decidió legalizar su relación de más de un año con el empresario Roberto Blanco. A la boda también fueron Zaira y su novio, el polista Jakob von Plessen de quien espera una hija.