A días de que se realice un nuevo almuerzo vendimial y horas después de que el Senado diera sanción definitiva a la ley que crea un fondo anticíclico para la vitivinicultura, el presidente de Bodegas de Argentina, Walter Bressia, opina sobre las medidas de intervención más adecuadas para el sector.
Asimismo, resalta que es necesario volver a generar un enamoramiento con el vino, para recuperar el consumo per cápita en el mercado interno.
- ¿Cuál es su opinión sobre la aprobación del fondo anticíclico?
- Nosotros trabajamos mucho y moderamos en esta situación porque consideramos que es una herramienta muy útil para el gobierno. Para el actual y el que venga. Contar con 800 millones de pesos por año para actuar sobre situaciones extremas, ya sea por faltante de vino o por exceso, no soluciona los problemas de la vitivinicultura, pero sí ayuda. Y sobre todo, lo bueno para destacar es que si bien hubo reuniones en el tratamiento en Diputados que fueron un poco difíciles, se llegó a un acuerdo, lo que demuestra una madurez política y democrática en la provincia.
- En cuanto a las herramientas que el gobierno aplicará este año, ¿considera que son las más adecuadas?
- No está definido. Se esperaba la aprobación de la ley y falta que la promulgue el gobernador para que, en conjunto con las cámaras, se defina el destino de esos fondos.
Consideramos muy positiva la decisión de otorgar bonos fiscales a las exportaciones. Eso prácticamente no se discute. Pero queremos proponer que se extienda a los vinos fraccionados (NdR: la ley lo fija sólo para las ventas en el mercado externo de granel). Y queda ver cuántos quintales se comprarían, de qué tipo de uva, si se van a comprar excedentes de vino para exportación. Hay varias ideas dando vueltas.
- Sobre los excedentes, hay sectores que sostienen que no es una situación crítica...
- Hay que tener en cuenta que la actividad necesita manejarse con un stock técnico de entre 4 y 5 meses. Ahora estamos un poco por encima y hay que ver el número final cuando se termine la elaboración, y cómo se mueven las exportaciones, que contribuyen a bajar el stock.
Siempre en esta situación vamos a tener las dos opiniones: quienes opinan que el excedente no es tal, que es una posición de algunas bodegas para bajar el precio del vino; y las bodegas que señalan que no hay mercado. El excedente existe, es real, de unos 300 millones de litros, y es en lo que estamos trabajando todas las cámaras con el gobierno, para tratar de sacar del mercado la mayor cantidad posible de vino para que no siga presionando sobre el precio.
- Se dice que la importación de vinos chilenos causó el sobre stock, ¿contribuyó?
- Definitivamente no es así. Si no se hubiese autorizado la importación de vino, hubiésemos tenido problemas sociales muy serios dentro de la actividad: despidos, plantas cerradas. Era un momento crítico porque había sectores que tenían el vino y no lo disponían esperando mejoras en el precio. Se autorizó el ingreso de 94 millones de litros, cuando el despacho mensual en Argentina oscila en los 100 millones. Y esto fueron 94 millones, que se hizo durante todo el año.
Gran parte de lo que nos está pasando obedeció al precio que alcanzaron los vinos en las góndolas, que se elevó porque la materia prima se encareció, ya que fueron dos cosechas de baja producción. Pero también por la retención de quienes tenían el vino y esperaban un precio superior. Ahí se empezó a generar esta caída en el consumo que ha derivado en que, en 3 años, pasamos de 21 litros a 18 per cápita.
- ¿De qué manera se puede revertir esto?
- Hoy hay una tendencia a una mejora en el consumo, dada por el precio precisamente. El vino vuelve a estar por debajo de las bebidas sustitutas y la gente empieza a comprar un poco más. Otra de las medidas es la promoción. Hay que volver a generar un enamoramiento del vino. La promoción va a ayudar. Los precios también. El tipo de envase ayuda mucho. Han empezado a aparecer las latas y son una alternativa muy buena, porque son más chicas, el valor es más accesible, se enfrían rápido y son de fácil apertura.
Perfil
Walter Bressia
Bodegas de Argentina
Desde hace 4 años, Walter Bressia es presidente de Bodegas de Argentina. También se desempeña como vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar).
Con 42 años de experiencia en el sector, fue por dos décadas enólogo y director de una reconocida bodega y luego, socio fundador de otra. Esto, hasta que en 2003, con su esposa y sus hijos, crearon un emprendimiento familiar: Bodegas Bressia.
Agasajo de Vendimia
El próximo sábado, a las 13, en Bodega Los Toneles, se realizará el tradicional agasajo de Bodegas de Argentina. Como resaltó el presidente de la entidad, Walter Bressia, el encuentro de empresarios y referentes del sector vitivinícola, funcionarios provinciales y nacionales, se realiza desde la primera Fiesta Nacional de la Vendimia, en 1936.
En ese momento era organizado por el Centro de Bodegueros de Mendoza y se conocía como el Almuerzo de las Fuerzas Vivas. Cuando en 2001, el centro se fusionó con la Asociación Vitivinícola Argentina y nació Bodegas de Argentina, la reunión cambió su nombre.
Aunque aún no han confirmado su presencia autoridades nacionales, algo que habitualmente ocurre a último momento, Bressia destacó que hay muchas expectativas por tratarse de un año electoral. Estiman que asistirán entre 700 y 800 personas. Las entradas se pueden adquirir hasta el viernes 8, en www.bodegasdeargentina.org o personalmente, de 9 a 18, en Rivadavia 592 de Ciudad.