Pasó casi un año desde que comenzaron a operar las aerolíneas low cost en el país y aunque todavía pueden encontrarse pasajes muy convenientes, tanto de colectivos como aéreos, las estructuras de costos de ambas empresas hicieron que volviera a ser conveniente resignar tiempo y apostar por viajes largos, pero económicos.
Así, por ejemplo, en las principales empresas de micros del país pueden encontrarse viajes a Buenos Aires, Neuquén o Bariloche, desde Mendoza por $ 499 en "semicama low cost", contra $ 899 que cuesta recorrer la misma distancia en avión. El ahorro en colectivo sería del 44%, aunque claro está que la duración sería mucho mayor.
De acuerdo con lo que publican las diferentes empresas en sus webs, la situación se repite en destinos como Chile, al que es posible acceder en colectivo por $ 700. En este caso las diferencias son más notorias, por la cercanía con la provincia, y porque la oferta aeronáutica se reduce. Viajar a Chile en avión, abonando la tarifa más baja posible, cuesta poco más de $ 2.400, según el calculador de tarifas de Sky (U$S 54.58, más tasas aeroportuarias locales).
Si bien la disponibilidad de tarifas low cost de ambos medios de transporte se han mantenido vigentes, lo que hizo que se agrandara la brecha de precios en favor del colectivo fue que mientras las súper promociones de los aviones ($1 por tramo, o $ 199) que se vieron en septiembre del año se cuadruplicaron , las de los pasajes de colectivos se mantuvieron.
De todas formas hay otros destinos, como Bariloche, que prácticamente no muestran diferencias entre el pasaje en colectivo ($ 499) y el valor mínimo a abonar por un boleto de avión ($ 510,13). En ambos casos, la oportunidad y la conveniencia la encontrará el pasajero, teniendo en cuenta su flexibilidad a la hora de elegir el día de partida y el de vuelta, así como la cantidad de equipaje que pueda llevar, ya que en el caso de optar por el avión deberá tener en cuenta que lo único permitido sin tener que pagar costos extra será el equipaje de mano.
De septiembre a julio
Además de las mencionadas tarifas de bajo costo, se observan disminuciones de precios en los boletos de colectivos comunes entre los valores de septiembre del año pasado, cuando se puso en marcha la eliminación de la banda mínima para los pasajes de colectivo y los de este mes. Esto se da especialmente en las tarifas de los micros que van a Viña del Mar y Santiago.
Si bien la respuesta puede estar en que la temporada de mayor afluencia de mendocinos hacia el vecino país se da en los meses de verano, los aumentos en el combustible y en los demás costos de las empresas de transporte no hicieron elevar la tarifa, sino que por el contrario, los precios bajaron 8% (de $ 1.200 a $ 1.100).
Si se analizan los precios de los pasajes a Buenos Aires ($ 2.300), Córdoba ($ 1.150) o Mar del Plata ($ 1.200), se observa que los valores se mantuvieron estables en los últimos siete meses. Estos destinos son demandados tanto en la temporada de verano como en la de invierno, por lo que resulta lógico ver incrementos durante los meses de invierno, algo que este año no sucedió.
Competir con el auto
Gustavo Gaona, vocero de la Cámara Empresaria de Buses de Larga Distancia (Celadi) aseguró que los precios de los pasajes de micro se han sostenido o han crecido por debajo de la inflación. "Es un esfuerzo que tuvieron que realizar los empresarios, resignando ganancias y modernización", comentó.
“Hemos sostenido mucho la tarifa. El pasajero tiene que poder acceder a precios competitivos por tratarse de un servicio público y las empresas han hecho esfuerzos grandes para ello”, explicó.
De acuerdo con Gaona, el escenario cambió mucho a partir de septiembre del año pasado, cuando se eliminaron las bandas mínimas para pasajes que se adquieran con anticipación. "Entre la oferta de las empresas de colectivos no se encuentran pasajes por $ 1, pero sí hay una serie de butacas con tarifas promocionales que tienen descuentos del 30% al 60% (4 o 6 butacas por colectivo) y que efectivamente están a disposición del público", agregó.
Anteriormente el precio era fijo y no se podía modificar, sin importar la anticipación con la que el cliente quisiera programar su viaje. A partir de la última modificación, las empresas comenzaron a promocionar con hasta seis meses de anticipación y esto funciona como una herramienta también de control para las empresas, ya que pueden medir la demanda en determinados destinos y garantizar que no haya unidades que viajen prácticamente vacías, o con ocupaciones muy por debajo de su capacidad.
En materia de costos, el vocero de Celadi explicó que el 38% de los mismos están compuestos por el combustible, pero a pesar de que este insumo se ha incrementado, los empresarios han absorbido las subas. Es que se trata de un punto a considerar también para los pasajeros que antes hubiera optado por trasladarse en su vehículo particular. La estabilidad de los pasajes, frente a la suba de los combustibles, tiende a equilibrar la balanza en favor de las empresas de transporte.
"De la totalidad de viajes de larga distancia (sobre todo interprovinciales), más de la mitad, alrededor del 57% se realizan en auto particular, el 43% restante (el porcentaje es variable) lo hace en transporte público (ómnibus, avión o tren, en menor medida). El rey del transporte sigue siendo el auto y a ese público es al que apostamos", señaló Gaona.
La competencia con el vehículo particular es más directa, según expresó el empresario, ya que la velocidad comercial es la misma y la decisión se toma a partir de los costos.
Impulso de las cuotas
De acuerdo a los empresarios del transporte de pasajeros, el plan "Ahora 12" permitió ampliar la demanda e impulsar la venta de pasajes con anticipación. A partir de esto, el cliente puede optar por un pasaje a bajo costo y una financiación a tasa 0 (muchas empresas absorbieron el costo financiero del pago en cuotas).
“Las tarifas low cost se han sostenido y están en los principales destinos. Además, ya se pueden sacar boletos del próximo verano”, señaló el vocero de Celadi.
Regulaciones desiguales
A pesar de las posibilidades que se abrieron a las empresas de micro desde la eliminación de la banda mínima, lo que les permitió ofrecer tarifas convenientes e incluso ahora inferiores a las de las aerocomerciales, para la Cámara Empresaria de Buses de Larga Distancia aun hay desigualdades a la hora de competir.
"No opinamos en contra del mercado aerocomercial. Por el contrario, es importante que la gente pueda viajar y que lo haga de forma económica, pero decimos que las reglas tienen que ser claras e iguales para todos", explicó Gustavo Gaona.
En este sentido, el representante de la Cámara se refirió a las modernas regulaciones que hacen que las aerolíneas puedan garantizar o fomentar la ocupación de un vuelo hasta el 75% o el 85% del mismo, es decir “consolidar cargas” sin afrontar penalidades económicas.
"Necesitamos cambios en las normas que nos permitan adaptarnos rápido a la demanda y mejorar la ocupación a bordo. Insistimos con normas que nos hagan más eficientes y que mejoren nuestros costos para poder mejorar precios y aumentar cargas. Esperamos que comience a darse una espiral positiva", apuntó el empresario.