Vuelve a la vida el club más antiguo y tradicional de Tupungato

Más de 50 familias trabajan para renovar las instalaciones del Social Tupungato. Sumarán deportes y en el verano la pileta.

Vuelve a la vida el club más antiguo y tradicional de Tupungato

Fueron el párroco José Fernández y el primer médico del pueblo -don Ernesto Piaggi- los que lideraron a aquel grupo de vecinos amantes del fútbol que peleó por su creación en 1943. Desde entonces, el Club Social y Deportivo Tupungato supo tener prolongadas épocas de gloria. Sin embargo, en el último tiempo “había perdido dinámica”.

Con idénticas aspiraciones sociales y deportivas que sus fundadores, siete décadas después, más de 50 familias tupungatinas se han puesto al frente de la recuperación de este espacio. Refaccionar las instalaciones, mejorar los servicios y sumar deportes y actividades para todas las edades es la manera con la que este grupo se propone inyectarle vida al club más antiguo del departamento.

Saben que deben reunir más de 350 mil pesos para la refuncionalización del predio y que la mejor tracción para el proyecto es la unión de voluntades. Por eso buscan ampliar la lista de socios y sumar a familias que quieran ser parte de este proceso de renovación.

“Dependemos de lo que nos deja el alquiler de nuestro salón a equipos de fútbol. Una masa societaria importante nos permitiría tener un ingreso estable para poder proyectar”, expuso Dante Olmedo, presidente del club.

Hasta el momento hay sólo dos actividades que pueden captar socios en la entidad: el fútbol y, sobre todo, las bochas. Con el mero anuncio de los futuros deportes, la lista de asociados se duplicó en pocas semanas. Los promotores de este cambio esperan que surjan aún más adhesiones hacia el verano, cuando inauguren la pileta que no se usaba desde 2010.

Trabajar en equipo

La falta de infraestructura deportiva en Tupungato destinada al entrenamiento y la contención familiar fue el motor de esta iniciativa. “Es una forma de trabajar por la sociedad. Somos un grupo de familias que queremos generar un espacio lindo donde estar... y la excusa es el deporte”, sostiene Marcelo Baigorria, presidente de la subcomisión de tenis, una de las protagonistas de la reactivación.

Las ideas del grupo están plasmadas en un megaproyecto de remodelación que Julián Marino, un estudiante de Arquitectura de la comunidad, tradujo en planos. Allí se pueden ver las dos canchas de tenis que ya están construyendo, la refuncionalización de las de paddle, la suma de pistas para palestra, la instalación de un bufet y la lavada de cara que darán al sector de la pileta.

“Queremos que la piscina esté a punto para noviembre de este año”, apuntó Baigorria. Las autoridades contaron que el futuro balneario incluirá churrasqueras, quinchos individuales y un cajón de arena para el esparcimiento de los más pequeños.

El actual salón, de considerable magnitud, también será sometido a un baño de rejuvenecimiento. “La idea es mejorar las instalaciones para sumar otros deportes federados”, apunta el presidente. Sucede que en la actualidad el edificio se utiliza sólo para fútbol y algo de boxeo; pero proyectan construir canchas de vóleibol y básquetbol, entre otras.

Debido a la falta de infraestructura destinada al deporte, el grupo ya percibe demanda de lugar para distintas disciplinas. “El polideportivo municipal está casi colapsado, por eso es importante reactivar estos sitios”, resaltan.

Además, la ventaja de este club es su fácil acceso. Se encuentra frente a la terminal de ómnibus y se alza como una isla verde en plena villa tupungatina. “Los padres pueden enviar a sus hijos caminando o en micro y estar tranquilos de que estarán protegidos dentro del predio”, sostiene Baigorria.

El Club Social Tupungato no sólo tiene una frondosa historia, sino que es el que ha cosechado mayor número de campeonatos locales.

“Nuestro sueño es recuperar el prestigio de ‘pertenecer’. En las primeras décadas y cuando no se televisaban los partidos, venir a esta cancha era un lujo para las familias tradicionales”, dice Olmedo, quien reconoce que en la zona no hay mucha “cultura de club”.

Obras en marcha

En este predio tan querido para el pueblo de Tupungato ya se respiran los cambios. Obreros trabajan en el relleno y el cierre perimetral de lo que serán las canchas de tenis. Además -desde que el germen de la renovación nació el año pasado con la nueva comisión directiva- han edificado la casa del canchero, mejorado la seguridad e incluso buscado empresas para sponsorear el lugar.

El grupo dedicado a la promoción del futuro proyecto está dispuesto a visitar a los interesados y comunicarles los servicios y los equipos de tarea en los que se pueden sumar. Además, el club tiene un sitio en Facebook donde se pueden realizar todas las consultas pertinentes.

Un poco de historia: el cura y el médico

Con hojas amarillas y letras tan prolijas como ilegibles, la primera acta del club -de 1943- permite conocer quiénes fueron los promotores de este espacio. “Con la idea de armar esto se juntó un grupo de personas, que en la primera reunión estuvieron dirigidas por Monseñor Fernández”, cuenta Olmedo. Este cura es muy recordado en el pueblo, entre otras virtudes, por su cercanía con la gente y su amor por el fútbol.

En la primera comisión, conformada días después, el cura quedó como vicepresidente del club y en el máximo cargo se instaló el primer doctor que llegó a Tupungato: Ernesto Piaggi. Junto a sus firmas se leen los nombres de las primeras familias que poblaron el departamento; la mayoría inmigrantes italianos, españoles y turcos.

“Alrededor del fútbol se formó todo lo que hay hoy en día”, señala Olmedo. La gente recuerda que la primera cancha estaba donde hoy se levanta la iglesia Nuestra Señora del Socorro. Después se trasladó a la calle Liniers y luego se compró el actual predio (de dos hectáreas) y se construyó la cancha.

En 1972, el presidente era el actual concejal Nito García y, por una gestión de él, se logró levantar el enorme salón deportivo, que al principio era el polideportivo del pueblo. Allí se realizaron numerosos eventos sociales y deportivos de Tupungato. Siempre fue un punto de reunión clave para la comunidad.

“Todo se hizo siempre con voluntad, mucho trabajo y gestión. Esa ha sido nuestra historia. Ahora queremos que vuelva la dinámica y la gente. ¿De qué sirve tener instalaciones nuevas, si no hay gente que las disfrute?”, dicen los actuales dirigentes.

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