Vuela bajito

Ni ante el débil “Halcón” de Varela pudo levantar el Tomba. Primero perdonó y luego terminó sufriendo. Sigue sin encontrar el rumbo.

Vuela bajito
Vuela bajito

Semana convulsionada. Poca expresión en cancha con derrotas. Problemas extrafutbolísticos. Declaraciones que dejaron huellas. Rumores...
La Bodega era un polvorín y necesitaba un poco de aire. Especialmente para darle oxígeno a Carlos Mayor, quien estaba en el ojo de la tormenta.

Y tener enfrente al “Halcón” de Varela representaba la gran chance para despegar, un rival débil que hace sus primeros pasos- a los tumbos- en el fútbol grande. Pero el Expreso voló bajito, dejando otra vez más dudas que certezas.


No hay dudas. Este elenco es ciclotímico por donde se lo mire, y encima su entrenador toma decisiones que agrandan las limitaciones.
El empate no le sirve para nada, está claro.

Aunque lo más preocupante es lo que mostró en varios pasajes del encuentro, donde casi termina perdiendo ante un rival limitado que estaba más para el cachetazo.

El punto positivo fue el juego que expuso en el primer tiempo, con movilidad, juego y claridad para generar situaciones claras de gol. Mostró un atisbo de recuperación futbolística, pero no logró plasmarlo hasta el final y en el resultado, que tiene un gusto a derrota total.

Cuando estaba para sentenciar la historia, el Tomba se convirtió en un equipo vulnerable y perdido en cancha. Carlos Mayor metió variantes que no funcionaron- sacó a López y Leandro Fernández, los mejores jugadores hasta ese instante- y apostó por un esquema que terminó agrandando a la visita.

Sí. Desde el mismo banco Bodeguero le dieron las señales que necesitaba Defensa y Justicia para intentar la resurrección. Que llegó hasta la igualdad, pero que podría haber terminado tranquilamente con victoria.

Sin delanteros en el banco, ubicó a Angileri- un movimiento improvisado del técnico- como atacante, una posición que no es la habitual, más allá de sus buenas condiciones ofensivas.

Fue todo desconcierto en la Bodega, con pocas respuestas en el terreno y con  determinaciones muy cuestionadas desde afuera.

Después de horas complicadas,  el examen en casa podía servir para apaciguar las aguas y poner paños fríos.

Nada de eso ocurrió. Al contrario. Los cuestionamientos están más a flor de piel.

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