Fabián Galdi - fgaldi@losandes.com.ar
El acortamiento de la distancia en cifras entre Gabriel Batistuta y Lionel Messi con respecto a quién es o será el máximo goleador histórico de la Selección reaviva el debate acerca de cuál es el valor en pugna más importante. ¿Tiene más peso lo numérico que el contexto o viceversa? ¿Tiene tanto valor un gol en un partido amistoso que otro clave en un torneo de alta relevancia como un Mundial o una Copa América? ¿La vara con la que se los mide debe ser igual o no?
Las diferencias entre Bati (56 tantos) y Leo (48) se achican en la medida que el mejor futbolista del mundo en estos tiempos sigue marcando en cualquier cancha donde juegue, pero también es cierto que éste cuenta hoy con más oportunidades que aquél puesto que el seleccionado nacional es contratado para presentarse en los cinco continentes al menos cerca del doble de veces que las representaciones albicelestes de los '80 y los '90. A las pruebas vale remitirse: #Batistuta jugó 78 partidos entre 1991 y 2002, mientras que #Messi ya lleva 104 desde 2005 en adelante.
Lo curioso es que en la época del goleador de Boca Juniors y la Fiorentina, Argentina contaba con los antecedentes cercanos de los logros en México'86 e Italia'90, además de sendos títulos continentales en Chile'91 y Ecuador'93. Sin embargo, la Selección recibía muchas menos ofertas para presentarse en el exterior que en la época actual, en la cual arrastra la pesada carga de no haber conseguido ninguna copa a partir de 1994 hasta hoy.
Sin dudas que no pueden compararse etapas anteriores con las presentes, puesto que el desarrollo del fútbol como espectáculo global fue creciendo de manera consistente en lo que va de este nuevo siglo. Una nueva industria alrededor de la pelota se generó alrededor de las transmisiones deportivas, en una palabra. De esta manera, los mercados futbolísticos crecientes en Japón, China, Corea del Sur, el Golfo Pérsico y Estados Unidos asoman como emergentes ya consolidados. Ahora mismo - inclusive - se lo comprueba con los dos juegos amistosos frente a Bolivia y a México, cuyas sedes están ubicadas en Houston y en Dallas, respectivamente.
Un caso semejante es el que aparece cuando Sergio Agüero llegó a los 32 tantos y así le dio alcance a Diego Maradona en cuanto al cuarto puesto de la misma clasificación entre goleadores albicelestes. Es más: Hernán Crespo (35) es una presa fácil de alcanzar para el delantero de Manchester City si es que se mide cuánto recorrido cuenta por delante en su carrera. Sin embargo, ¿hay una relación simétrica entre la gravitación de los goles del "Kun" y los conseguidos por el "Diez"? Ni siquiera vale hacer la comparación en cuanto al significado. Y ésto no va en desmedro del oriundo de Independiente de Avellaneda, sino en realzar el mérito del aporte maradoniano en instancias clave. Por ejemplo, la joya del 22/6/86 en el Estadio Azteca ante Inglaterra agota todo tipo de calificativo, si es que se quiere dejar de lado la polémica por "La Mano de Dios".
#Maradona y Messi, además, le agregan el plus de haberse convertido en jugadores de excepción sin discusión alguna, disputándose - a ojos de terceros - el primer lugar como el mejor futbolista de todos los tiempos. Apenas Pelé podría terciar en esa compulsa. Detrás de los tres genios, un escalón debajo aparecen Alfredo Di Stéfano, Jöhann Cruyff y Franz Beckenbauer. Tanto a Diego como a Leo su respectiva capacidad goleadora se le adosa a la visión de estratega en el armado y de la toma de decisión en el momento de una asistencia de gol. En este caso, basta evocar la de Diego a Claudio Caniggia en el 1-0 a Brasil en Italia'90 como la de Leo a Ángel Di María en el agónico 1-0 a Suiza en el Itaquerao durante la Copa del Mundo 2014.
Batistuta y Agüero, a su vez, dan en el estereotipo que el fútbol identifica como "animal de área". Con marcadas diferencias de estilo, los dos a su manera han sabido salir airosos de situaciones comprometidas de cara al arco rival. Su porcentaje de aciertos es llamativo por lo positivo, independientemente de los recursos y las cualidades demostradas. Del #Bati, por ejemplo, la potencia en el remate se combina con la flexibilidad en el salto y el cabezazo cruzado o de pique al suelo. En el #Kun, cuyo biotipo físico es claramente diferente, el arma que mejor utiliza es la del sentido de ubicación dentro del área, lo cual le permite tomarse una pequeña pausa y definir generalmente a un toque; un estilo semejante al del fenomenal Romario.
Si hubiera uno que elegir entre los 168 goles que los cuatro referentes citados le ofrendaron al seleccionado nacional, no cabe duda que el primer tanto de Maradona a los ingleses, en México'86, está en la cumbre del podio. Tal es así que durante 2002 se realizó una votación mundial a través de la web y el primer puesto fue para el llamado "#Gol del Siglo", cuando Diego - como si fuera un artista plástico - le dio el pincelazo final a su obra maestra luego de dejar atrás a Hoddle, Reid, Sansom, Butcher, Fenwick y finalmente superar al arquero Shilton en una acción que comenzó en campo propio y que duró alrededor de 10 segundos en consumarse.
Más allá de esta bisagra en la historia del fútbol, también en suelo mexicano, Maradona dejó la impronta de su sello con una definición casi sin ángulo y sumamente precisa para el 1-1 contra Italia - por entonces, campeón mundial vigente - en la fase de grupos, además de resolver con naturalidad para sendas conquistas frente a Bélgica en la semifinal. Sin embargo, el efecto del triunfo ante los ingleses se potenció con el poder simbólico al extremo y cualquier otra referencia queda sepultada bajo el influjo de tamaña victoria.
Para escoger tantos decisivos de Batistuta puede hacerse el foco en siete. En la Copa América 1991, uno a Brasil en el 3-2 y otro a Colombia en el 2-1 que permitió consagrarse campeón en Chile; en la Copa América 1993, los dos a México (2-1) en la final de Ecuador; en el repechaje a EEUU'94, el 1-0 a Australia; en Francia'98, el penal a Inglaterra (2-2 en los 90' y triunfo en la serie de penales); en Japón, el 1-0 a Nigeria, último de sus tantos.
Para remitirnos al "Kun", quien no marcó en mundiales, su aporte clave fueron los dos goles a Brasil en el 3-0 de semifinales en los juegos olímpicos Pekín 2008. Recientemente, su conquista ante Uruguay (1-0) en la Copa América 2015 permitió pasar de fase.
Y sobre Leo, paradojicamente, en mundiales fue el tanto agónico contra un rival de escasos antecedentes de jerarquía como Irán, en el 1-0 de Belo Horizonte en 2014. En otro plano, el "hat-trick" en el 4-3 a Brasil en Nueva Jersey (2012) más una espléndida definición en Doha (2011) también contra el pentacampeón mundial.
Igual, Messi pareciera estar guardándose. Que mejor que "El secreto de su zurda" pueda estrenarse en Rusia 2018...