Vos, tú y usted: los signos de la distinción hechos palabras

Los pronombres que usamos en castellano están cargados de significados que han viajado miles de años hasta llegar a nosotros.

Vos, tú y usted: los signos de la distinción hechos palabras
Vos, tú y usted: los signos de la distinción hechos palabras

"¡Qué hacés hermano! ¿Cómo estás vos?"

Una frase como la de arriba nos da la idea de que una persona se encuentra con un amigo pero ni por casualidad pensaríamos que se la dice un empleado a su jefe o un alumno a su profesor en su primer día de clases.

Y tampoco sería frecuente escuchar a los integrantes de una familia tratarse de tú, no al menos en Argentina, ni mucho menos escucharemos expresiones como “vuestra merced mi abuelo” o “vuestra merced mi nieto”. Sin embargo algunas veces se da aunque no lo notemos.

El uso que hacemos de los pronombres en el castellano no solo sirve como indicio para saber a qué interlocutor le hablamos, también señala la relación de poder que tenemos con esa persona o incluso nuestro origen geográfico ya que, por ejemplo, el vos es un sello distintivo de nuestra procedencia argenta.

Pero… ¿somos los únicos que “voseamos”? ¿Por qué nuestra forma de hablar es distinta a la de otros países de la región y de España? ¿Todavía perduran marcas de cómo se trataban hace siglos? Vamos a investigar un poco.

Todo comienza por el principio

El pronombre castellano “tú” que utilizamos para referirnos a la segunda persona del singular proviene del latín “tu”, que en épocas del Imperio Romano se usaba de forma generalizada para esa persona y no reparaba en cuestiones de poder o diferenciaciones sociales.

El “vos” se empleaba para la segunda persona del plural pero tardíamente se también se lo empleó como un signo de distinción a la hora de hablar, o sea que al usarlo comenzaban a mostrar cierta ‘alcurnia’ respecto de las demás personas.

Estos usos pasaron luego al español pero como se comenzó a generar cierta confusión entre el vos en plural y el de distinción, apareció la fórmula vos otros que remitía a una pluralidad de interlocutores. Este vos otros con el tiempo se estabilizó en el vosotros y el vos quedó reservado al singular y para los casos de distinción y solemnidad.

Un uso muy solemne

Como lo mencionamos antes, el denominado voseo reverencial hace su aparición allá por el siglo IV y con el paso del tiempo su uso se instituyó como sello de distinción. Así llegó a la Edad Media; contexto en el que “tú” quedó reservado al trato familiar, cotidiano e íntimo pero “vos” se aplicó a los vínculos cortesanos y a las situaciones protocolares que mostraran a través del lenguaje distinción y elevación de un sector social por encima de otro.

Traducido a la actualidad sería algo así como que si la gente de plata se tratara de vos y las personas humildes de tú, pero en la vida pública los ricos se escandalizaran si alguien de modestos recursos los tratara de vos frente a todos ya que ese pronombre era “exclusivo”.

Eso sí, los nobles en su vida privada se trataban de tú sin ningún tipo de reparo ni privación.

Un trato que se exporta

Cuando España llegó a América no solo trajo sus ansias de conquista, también exportó la lengua de Castilla y con ella toda la carga simbólica que venía implícita.

Así es como a fines del siglo XV y comienzos del XVI el voseo desembarcó en el nuevo mundo con ese sentido reverencial que tenía en la madre patria y el tuteo siguió reservado a la esfera de la familiaridad.

Como las bases del poder ibérico en el nuevo continente se asentaron en México y Perú, esos puntos fueron los centros de difusión de las “normas” culturales del nuevo imperio. Y desde allí los funcionarios al servicio del rey hicieron notar su alcurnia instaurando el vos para destacar la importancia que sus excelencias se merecían por encima de esclavos, mestizos o criollos.

Sin embargo en España comenzó a operar un cambio hacia fines del siglo XV y gran parte del XVI: el uso del vos se había extendido tanto en la sociedad que esa marca de diferenciación casi se había perdido por completo. Y ante semejante panorama igualitario se hizo imperiosa la necesidad de encontrar una nueva fórmula lingüística que marcara la elegancia y el origen de los hablantes.

De esta forma emergió el vuestra merced como sello de respeto para sustituir, lo cual llevó al vos a perder todo su valor en la península ibérica. Y este cambio también llegó a América, haciéndose fuerte en los centros neurálgicos del poder colonial y menguando su eficacia en los puntos más alejados.

Es así como en la periferia del imperio español el voseo no perdió su importancia al punto que se transformó en una fórmula de uso coloquial. Esto explica que en aquellas zonas marginales de los virreinatos el vos sea un sello de distinción y hoy sea moneda corriente en Argentina, Uruguay y Paraguay aunque también en algunas regiones de Chile, Colombia, Bolivia y Costa Rica.

Vuestra merced, vusted, usted

Habíamos dicho que vuestra merced se usó para reemplazar al gastado pronombre vos.

Pero esa modificación no quedó petrificada en el tiempo, por el contrario sobre la nueva fórmula reverencial se produjo un proceso de aféresis que generó poco a poco la fusión en distintas modalidades de vuestra y merced: vuasted, vuested y vusted (entre otras).

Y así fue como del vuested se llegó al pronombre usted que empleamos tan comúnmente en la actualidad.

Un cierre con origen común

Como ya lo dijimos, en español la segunda persona del singular es tú, tu en latín, σ? en griego, thou en inglés (antiguo), du en alemán y ty en polaco. Esto se debe a la raíz común con el protoindoeuropeo, lengua que se cree existió allá por el 3000 a.c. y de la cual derivan las idiomas de la antigüedad clásica europea, algunas asiáticas y de las que se desprenden en la actualidad el español, el inglés, el ruso, el alemán, el italiano, el polaco y muchos más.

Este artículo contó con los aportes de las docentes Elbia Di Fabio y María Julia Amadeo. También se usó como fuente de consulta "Breve diccionario etimologico de la lengua castellana", de Joan Corominas.

El podcast lo podés escuchar en Itunes si tenes Iphone o Ipad desde acá.

También lo podés encontrar en Spotify entrando desde aquí.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA