Otro copa más a su extensa vitrina. Estamos hablando de la Asociación Deportiva Anzorena. La “boutique” o la “catedral” del básquetbol mendocino.
Un club que sólo respira básquet. Otra opción no cabe. Y como sucedió a lo largo de la década del 2000, volvió a apostar por jugadores formados en su propio semillero y nuevamente tocó el cielo con las manos. Como sucedió en 2014 cuando cortó las redes y se quedó con el anillo de oro del Apertura 2014 en el Torito Rodríguez.
Sin embargo, este título tiene un sabor especial porque Anzorena apostó en la temporada 2014-2015 a jugar el TNA. Coqueteó con el juego grande de la Argentina. Los resultados deportivos no fueron positivos.
Sin embargo, en lo institucional el club evolucionó. Adquirió una experiencia única y actuó en consecuencia. Apostó por un proyecto deportivo propio mirando hacia adentro de su casa. Apareció David Suárez como DT. Metió mano en su semillero y los resultados están sobre la mesa, más allá del último Torneo Federal.
Hoy, Juan Luca Hernáez es uno de los líderes del equipo. Alejo Schestakow, muestra un profesionalismo absoluto. La evolución de Joaquín Moreno es notoria y admirable.
Arrancó en Murialdo, pero el desarrollo basquetbolístico de Pablo Furlanetto es magistral. Está en el mejor momento de su carrera. Imperdonable no mencionar a chicos como Nachito Garitaoandía, Franquito Lauro y Juan Pablo Pedemonte.
Todos chicos que aman la camiseta “malboro” y que pusieron la cara y se recibieron de hombres en la primera fase. Entre ellos, también se destacan Luquitas Reyes y Maxi Leyton (llegaron de Murialdo), pero la trasformación basquetbolística de ambos es magistral. Es más, “Chiriguita” Reyes fue nuevamente convocado para la preselección Nacional U17.
La magia y el desequilibrio del equipo, la aportó Rodrigo Funes. Un crack que tiene todas las condiciones para volver a jugar La Liga. Talento le sobra.
Imposible no reconocer a Jorge "Hacha" Sánchez, un hijo adoptivo del club. Con 39 años dijo adiós al básquet profesional y cortó sus últimas redes. Un ejemplo adentro y afuera de la cancha. Un consejo suyo o una palabra a cada juvenil o dirigente, tiene el mismo valor de un rebote o un tanto. Eso sembró el Hacha.
No hay dudas, como en la década del 2000, Anzorena recuperó sus raíces, volvió todo a la normalidad.