Volvieron a clases en una escuela alquilada

Después de 3 semanas, los alumnos de la Bombal retomaron el ciclo lectivo en un inmueble del Arzobispado, debido a los daños en su histórica escuela.

Volvieron a clases en una escuela alquilada

Y un día los alumnos de la escuela Domingo Bombal volvieron a tener clases. Luego de 3 semanas, reiterados reclamos y en un edificio provisorio que la DGE alquiló al Arzobispado de Mendoza, casi 500 alumnos regresaron durante ayer a las aulas. La nueva sede -en la que cursarán todo el año- se ubica al lado de la catedral de Loreto (José Federico Moreno y Lavalle), cruzando la plaza Sarmiento desde el edificio propio (muy dañado por las tormentas de abril).

La semana próxima en tanto retomarían las clases los 90 chicos de salitas de 4 y 5 años, también en otro edificio ubicado a 11 cuadras de la escuela y en el que por estos días trabajan adaptándolo.

"Los miércoles tenemos Gimnasia, pero hoy en la clase de Plástica nos avisaron que no íbamos a tener porque no hay lugar. No me gusta no tener un patio amplio y todos extrañamos la vieja escuela", destacó Ximena (10), quien regresó ayer a su curso de 5° año. "Lo que me gusta es que acá no hay cosas rayadas y está todo limpio, a diferencia de la vieja escuela", agregó viendo el vaso medio lleno.

En la refacción del histórico edificio de Lavalle y Montecaseros el Gobierno invertirá 3,5 millones de pesos y está previsto que las obras comiencen en agosto. Demandará entre 5 y 6 meses de trabajo, por lo que -prometen- estará listo para albergar a los estudiantes en el ciclo lectivo 2018 (ver aparte). "El hecho de haber vuelto a clases ya es un alivio. Todos tenemos que hacer un esfuerzo y acomodarnos, porque (este edificio) es más chico y no es lo mismo. Pero al menos ya estamos de vuelta", acotó la directora de la Bombal, Laura Fernández.

El regreso a clases

La sede provisoria de la Bombal comparte espacio con la secretaría parroquial de la iglesia, y hay un timbre especial para quienes busquen a algún trabajador de la escuela. El portón de salida para los chicos, en tanto, es el mismo de la Catedral y allí esperaban varios adultos a sus hijos y nietos cerca del mediodía de ayer.

"Hoy pudimos reiniciar las clases después de 15 días hábiles, y los chicos están bien. La DGE ha alquilado el lugar hasta diciembre, por lo que vamos a estar el resto del año acá", destacó la directora, quien resaltó que pese a estar separados por sólo una cuadra, la mudanza implicó todo un despliegue. "Hubo que bajar pupitres y sillas de la planta alta, cargarlas al camión, bajarlas acá y volver a subirlas a la planta alta", resumió.

La DGE abona al Arzobispado 80.000 pesos por el alquiler del edificio y el acuerdo es hasta el último mes del año. “Estamos contentos porque al menos no nos alejamos tanto del edificio ni de la plaza, que ya es como parte de la escuela. La DGE nos acompañó en todo momento y a los chicos se les dejaron 2 cuadernillos de actividades para que no pierdan clases. Necesitábamos que se activara el seguro para poder empezar con las clases acá”, agregó Fernández, quien resaltó que de a poco los chicos, padres y docentes se van adaptando.

“Es muy distinto todo, se siente raro. Hay algunas aulas con cursos compartidos. La verdad es que a mí me gusta todo de la escuela original. Por suerte nos dicen que vamos a volver pronto”, agregó por su parte Xime (10).

"Es muy distinto todo, se siente raro. Hay algunas aulas con cursos compartidos", comentó Ximena (10), alumna de 5°.

Entre algunos de los padres y familiares de los chicos también hay dudas y cierto malestar. “Traen a los chicos a un lugar que no está preparado como escuela, por más que tengan las mejores intenciones. Acá están todos arrimados los chicos, uno encima del otro, y es una falta de respeto para ellos”, se quejaron Juan Carlos y Ricardo, abuelos de dos alumnos.

“Hace un mes que está con problemas la escuela, después de las últimas lluvias. Pero las roturas y fallas vienen de hace años. Si se fueran reparando cuando se detectan no llegaríamos a esto. Hace 2 años está en riesgo de derrumbe la escuela y después del último temblor estuvo 4 días cerrada”, siguieron.

Los jardincitos todavía no

Los que todavía no pueden volver a clases son unos 90 chicos de 4 y 5 años que siguen sin salas. Desde la DGE resaltaron que están trabajando en la ambientación del SUM del Jardín 060, para dividirlo en 2 salas y que allí funcionen desde el lunes un par de aulas por la mañana y otro par por la tarde.

“La directora había propuesto alquilar una casa para que ahí funcionaran las salas. Pero eso era más difícil ya que había que adaptarla y ponerla en condiciones para que funcionara como jardín, e iba a tomar al menos 2 meses. Si bien la idea es seguir buscando, tampoco queremos que los chicos pierdan clases y por eso se propone esto como provisorio e inmediato”, indicó la directora de Educación Inicial de la DGE, Adriana Rubio.

El jardín en cuestión se ubica en la calle Chacabuco y José Federico Moreno, ha sido inaugurado recientemente y podrá albergar a los 90 niños. “Se buscó no muy lejos para que a los padres que tienen hijos en la escuela y en el jardín no les resulte incómodo. Es una escuela nueva, el SUM tiene calefacción y acceso al patio, y los baños están en condiciones”, siguió Rubio, quien pidió paciencia a los padres: “Se les ha solicitado que entiendan la situación, aunque también se les ha ofrecido cambiar de sala a sus hijos si así lo desean”.

Las refacciones estarán listas en 2018

Las fuertes lluvias de abril dejaron su huella en el edificio de la escuela Domingo Bombal. Algunos rincones y salones dijeron basta. “Se necesitan reparaciones varias. En el techo hay problemas con las canaletas y bajadas, y va a ser necesario rehacerlas en algunos sectores. El piso y los revestimientos también hay que hacerlos de nuevo, así como los sanitarios. Hace falta volver a pintar y cambiar puertas, y algunos detalles de la instalación eléctrica. También los trabajos incluyen las cañerías en baños de docentes y directivos”, explicó el subdirector de Mantenimiento y Reparación Escolar, Emilio Pastorino.

“No son arreglos muy grandes, pero sí detallados”, agregó. En los próximos días se hará el llamado a licitación y los trabajos -costarán 3,5 millones de pesos- comenzarían en agosto.

El plazo de la obra es entre 5 y 6 meses, por lo que la expectativa es que en el ciclo 2018 los alumnos puedan volver al edificio propio. “Lo positivo es que al no haber clases, las obras van a avanzar con mayor rapidez", cerró Pastorino.

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