Sumergidos en la pantalla de su móvil, e-book o tablet, siempre “en línea”, disponibles para contestar en forma simultánea múltiples mensajes, migrando de una imagen a la otra y atentos a cada nueva aplicación en el ciberespacio, los estudiantes exponen una paradoja: por un lado están hiperconectados y, por otro, tienen dificultades para conectarse en su formación y el aprendizaje.
No hay dudas, el celular distrae las clases pero para la educación del siglo XXI la revolución móvil/digital llegó para quedarse. A la cultura escolar monopólica de las últimas décadas le han surgido nuevos competidores. Esta realidad impone desafíos y, como consecuencia de ello, la educación debe transformar sus prácticas si pretende ser eficiente en la transmisión de conocimientos.
Esta realidad hace replantear las estrategias didácticas. Las clases magistrales, en las cuales el docente es el centro del proceso, no logran en la actualidad captar la atención de los alumnos. Este estilo tradicional debería alternarse con modelos más participativos de enseñanza, conforme al estilo comunicacional vigente en nuestros tiempos.
El método de casos (case Method) es un ejemplo de ello. El formato surge en la Universidad de Harvard, primero en la Escuela de Leyes y luego, en 1920, en la Escuela de Negocios. Christhoffer C. Langdell, decano de la Facultad de Derecho, sostenía que debía cambiarse el estilo de impartir clases, modificando la clase magistral por el diálogo socrático, es decir un proceso más dinámico e interactivo con los alumnos.
En la Escuela de Negocios, el método comenzó por aplicarse en la disciplina de Comercialización. Allí el profesor Copeland publicó el libro “Problems of marketing” con 175 casos de estudio.
La Asociación Argentina de Marketing (AAM) distingue anualmente con los premios Mercurio a las “mejores prácticas de marketing” en el país, aplicando este método en forma similar. Los casos presentados son evaluados por un jurado experto constituido por académicos, empresarios y especialistas.
De plantear los debates en clase, en ella los estudiantes representan actoralmente casos empresariales para simular, de este modo, la toma de decisiones. Así se estimula el espíritu crítico en los alumnos e incentiva la investigación en los temas a debatir.
Método del proceso de incidencias
Los alumnos, a partir de un hecho real, analizan un caso. Primero, en forma individual y luego, en un debate plenario, identifican las causas del problema y las potenciales soluciones. Luego se reúnen en grupo para intercambiar sus posiciones, exponen en el aula y finalmente el profesor presenta la resolución del tema empresarial tal como fue en la realidad.
La oferta educativa virtual crece
En la actualidad, la oferta educativa virtual en nuestro país es proporcionada, aproximadamente, por 48 de las 103 instituciones del sistema universitario nacional, frente a las 25 instituciones que ofertaban carreras a distancia en 2000. Es decir, el número prácticamente se ha duplicado.
Se trata de una metodología basada en nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC), en la cual la transmisión de contenidos se realiza a través de internet. El aula virtual remplaza al tradicional; el intercambio alumno-docente se realiza a través de aplicaciones específicas: la videoconferencia, los foros temáticos, las imágenes, el correo electrónico, o el chat, entre otras modalidades.
La demanda docente
La tarea de definir una agenda para la formación docente debe centrarse en ejes puntuales: la capacitación en el uso de las nuevas herramientas (TIC), la actualización permanente de los contenidos y el armado de equipos de trabajo para proponer mejoras y garantizar la construcción de saberes colectivos.
En una encuesta realizada recientemente por la Unesco, para el período 2010/2011, sobre el uso de las TIC en educación se observó que 31 de los 38 países en América Latina y el Caribe adoptan políticas formales para incluir estas herramientas en la agenda académica.
¿Cuál es entonces la importancia de que se produzca este cambio en los docentes? Comprender que los estudiantes son individuos dinámicos, con diferentes intereses y múltiples canales de información para su aprendizaje, que deben ser motivados en una modalidad de comunicación que el docente desconoce o le resulta extraña. Precisamente éste será entonces el gran desafío ya que, de otra manera, la permanencia en el sistema educativo resultará cada vez más difícil.
La mirada estudiantil
En cada comienzo de cuatrimestre suelo indagar a los alumnos con respecto a las expectativas de la materia. La gran mayoría señala: "Que lo pueda aplicar en la vida real..." o "que lo pueda aplicar al trabajo...". Esta demanda se centra en la necesidad de que la educación les proporcione capacidades y saberes para la inserción en el mundo laboral.
En una encuesta publicada recientemente en la revista Mercado (junio 2014) sobre el uso de las herramientas virtuales en la enseñanza, sobre la base de 363 docentes, alumnos y graduados, surge que en líneas generales 65% opina que los dispositivos on-line optimizan el proceso de aprendizaje.
Desde la óptica estudiantil, internet tiene sus ventajas. Mayra D., alumna de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), sostiene: “... los beneficios radican en el acceso instantáneo a un gran cúmulo de información y la actualización permanente de los contenidos.
Siempre se puede acceder a una versión más reciente; quedará en cada uno de nosotros la responsabilidad de discernir qué contenidos sirven y cuáles no...”. La información y el conocimiento son en la actualidad una de las reservas más valiosas del mundo contemporáneo.
Es innegable la importancia del “conocimiento” en la generación de la riqueza de un país. El desafío estará dado entonces por lograr que el acceso al ciberespacio digital se torne más equitativo, permita generar una mayor movilidad social y contribuya positivamente a la transformación de la vida de las personas.
En este sentido, la educación cumple un especial protagonismo. Para ello, las instituciones deberán procurarse un marco organizativo y técnico para poder adecuarse a los nuevos paradigmas.
* Licenciada en Administración de Empresas - Posgrado de especialización en Políticas Educativas, Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). Prof. universitaria.