Siempre, en algún momento de la existencia, se vuelve al primer amor.
En la vida como en el fútbol mismo, donde la pelota rueda y hace que el destino inevitablemente se cruce con algo que a uno lo moviliza.
Hoy la redonda le tiene preparada una cita muy especial a Sebastián Méndez. Una visita que seguramente guardará para siempre.
El entrenador tombino pisará el Fortín y se sentará en un banco de suplentes conocido, el cual fue testigo de innumerables “batallas” que vivió como jugador.
Seguramente la cabeza del Gallego se llenará de gratos y duros recuerdos, y el cuerpo experimentará sensaciones indescriptibles. El día que el viejo lo llevó por primera vez al club, sus pasos iniciales en las inferiores, la firma del primer contrato, el esperado debut en el equipo profesional allá por 1994 con 17 años ( frente a Deportivo Español), las alegrías y los títulos.
Sí. Porque el actual DT Bodeguero se dio el gusto de dar seis vueltas olímpicas con Vélez, tres campeonatos locales (Apertura 95, Clausura 96 y 98) y tres copas internacionales (Interamericana 95, Supercopa 96, Recopa Sudamericana 97). “Uno guarda en el interior lo mejor del club, porque se consiguieron cosas importantes y fue el lugar donde me formaron como persona y jugador”, cuenta el adiestrador nacido en Villa Luro, cerca del Amalfitani.
Ya con Banfield le tocó verse las caras bajo el buzo de DT, pero no hay dudas de que en esta ocasión será distinta la historia. ¿Por qué? Es que ya está más maduro como entrenador y retornará a casa con un Tomba líder y candidato al título. Un condimento más a esta gran novela entre Méndez y la “V”.
Está más que claro. Pese a las sensaciones que rondarán desde que pise el club, el único deseo es conseguir los tres puntos para seguir en lo más alto del certamen. “Como entrenador son otras cosas las que pasan por la cabeza. Ya la etapa de jugador está enterrada. Mi único objetivo es que el equipo juegue un buen partido y logre la victoria”.
El Expreso va por otra estación que lo acerque al sueño esperado. Con un Gallego al frente que querrá pisar fuerte en su viejo hogar.