Después del paso en falso en el debut ante Bélgica y la recuperación frente a la República Dominicana, Argentina se presentó en Florencia para disputar el compromiso más duro de la primera fase: Italia.
El combinado local llegó a la tercera fecha del Grupo A sin haber cedido ni un set en los encuentros previos contra Japón y los Diablos Rojos, por los que un nuevo triunfo garantizaba su clasificación hacia la siguiente instancia.
El comienzo prometedor del combinado albiceleste sorprendió al local. Con un sacrificado y contundente 25 a 22, los de Julio Velasco sacaron la primera ventaja. Sin embargo, la reacción de la Azzurra llegó en el segundo parcial con un claro 25 a 15 que emparejó el duelo.
Lo llamativo fue lo que sucedió en el tercer set, ya que el árbitro se convirtió en un protagonista estelar del evento con sus polémicos fallos. La paridad de ambos equipos se opacó por las decisiones del juez que beneficiaron a Italia, para que los europeos adquieran la manga con un 25 a 23.
Desanimados por la impotencia del caso, los argentinos jamás se rindieron en el duro choque que se vivió bajo la intensa presión del público que colmó el Nelson Mandela. La angustiosa e injusta caída en el cuarto por 28 a 26 dejó una buena sensación para el futuro.
A pesar de sumar su segunda derrota, los sudamericanos todavía tienen posibilidades de seguir en el torneo, dado que sus próximos enfrentamientos serán frente a Japón y Eslovenia, los dos participantes más débiles de la zona.