Trajes hazmat para la tripulación, mascarillas en la cabina, controles de temperatura en los aeropuertos son entre otras, las medidas que ya se comienzan a aplicar en las pocas líneas que reanudaron sus vuelos tras la hibernación por la pandemia.
Cómo han planificado las aerolíneas internacionales para poder reactivar sus vuelos, resulta razonable y a la vez, un desafío por tratar de equilibrar entre los protocolos de seguridad y el desafío de convencer a los pasajeros de abordar el espacio cerrado de una aeronave durante las horas de viaje.
Entre las principales medidas se destaca la eliminación de revistas a bordo, reducido o suspendido el servicio de bebidas y comidas, y en el momento del descenso de avión, los pasajeros son agrupados y ordenados conservando la distancia.
A su vez, por la escasa demanda se han dispuestos menos vuelos directos y más aquellos con escalas.
Algunas líneas además de estas medidas pusieron el acento en otras para evitar contagios. ¿Cuáles son?
La línea holandesa KLM pide una declaración jurada de salud a los pasajeros que viajan desde zonas de riesgo de COVID-19, y puede negarse a llevar a quienes considere con síntomas.
Air France eliminó el privilegio de abordar primero de la clase ejecutiva y completa el pasaje desde la parte trasera del avión hacia adelante para evitar aglomeraciones en los pasillos. También impuso la toma de temperatura obligatoria antes de cada despegue, y si un pasajero tiene más de 38ºC (unos 100ºF) se le negará el acceso a la cabina, algo que hasta el momento no ha sucedido.
En el aeropuerto de Canberra, Australia, las autoridades utilizan cámaras térmicas para monitorear la temperatura de los viajeros cuando pasan por seguridad. Air Canada lo hace también, con termómetros infrarrojos que evitan el contacto entre personas.
Ryanair prohibió las filas de espera para usar el baño y pide que los pasajeros levanten la mano cuando quieran hacerlo.
China Southern y otras empresas no ubican pasajeros en el asiento intermedio entre el de ventanilla y el de pasillo para mantener la distancia social.
Xiamen Air reserva sus últimas tres filas de asientos para pasajeros enfermos. El personal de abordo de Qatar Airways lleva equipo de protección personal contra peligros biológicos (traje hazmat).
Y Kaelis entrega equipos de protección personal que contiene una máscara, guantes, desinfectante de manos, toallitas con alcohol y un folleto informativo.
A su vez, algunos analizan la posibilidad de solicitar pasaportes de inmunidad a los viajeros que pruebe que estuvo infectado con el SARS-CoV-2 y se recuperó. Y también, en otras aerolíneas, se incorporó un separador acrílico para que entre los pasajeros cumplancon cierta distancia durante el viaje.
Paralelamente, los empresarios de las aerolíneas comienzan a sentir las bajas en las ventas de pasajes. Por lo que, si bien aseguraron que se mantiene el aislamiento, también confesaron que no saben hasta cuándo podrán sostener esta situación.
“Las compañías no pueden permitirse los costos de dejar esos asientos vacíos", explicó el artículo The Wall Street Journal (WSJ).
"Air New Zealand, la línea de bandera de Nueva Zelanda, limitó la ocupación de asientos a menos del 50% en un turbohélice y al 65% en un A320. Pero los vuelos necesitan un promedio del 77% de ocupación para cubrir los costos de operación, según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que estimó que las tarifas tendrían que aumentar en un 50% para compensar el costo de dejar tanto espacio vacío en un A320".
El director ejecutivo de Southwest, Gary Kelly, confió que en la aerolínea, cuando un avión llega al límite en cantidad de personas agregan otro vuelo. "Queremos al menos esos ingresos", dijo.
Y agregó: “Pero limitar un vuelo al 60% de la capacidad no es una solución viable en el mediano o el largo plazo”.
United Airlines anunció por su parte, que "comenzará a avisar con anticipación a los pasajeros si tienen una reserva en un vuelo lleno, para que puedan cambiar sus planes".
Por último los costos para las empresas de aerolíneas se agravan por el cierre de fronteras por lo que se estima que ya se están planificando nuevas rutas con tiempos diferidos.
En Argentina, sólo arriban vuelos con pasajeros repatriados manteniéndose la prohibición por decreto.