Martín Vizcarra asumió ayer la presidencia del Perú, tras la aceptación de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski por el Congreso, y propuso un "pacto social para luchar contra la corrupción", refundar institucionalmente el país "sin que ningún poder del Estado avasalle a otro", y aseguró, sin formar parte de ningún partido político, que en 10 días propondrá un gabinete de ministros "completamente nuevo".
“La justicia deberá actuar con independencia, responsabilidad y celeridad, pero al mismo tiempo lo sucedido debe marcar el punto final de una política de odio y confrontación que sólo ha perjudicado al país”, afirmó el mandatario luego de asumir el cargo.
En su discurso ante el Congreso, Vizcarra afrontó directamente la cuestión de la corrupción generalizada y las prácticas deshonestas que marcaron el final de la presidencia de su predecesor, así como la enemistad y la pugna entre los poderes del Estado.
Así, pidió que su gobierno, que comenzó ayer, marque un "punto final" a esa época y que arranque una "refundación institucional del país donde la democracia y el respeto por el país sean banderas".
El hasta ayer primer vicepresidente y embajador del Perú en Canadá arribó a Lima, proveniente de Toronto, alrededor del mediodía de ayer. De allí fue a la Cancillería y luego directamente al Congreso para su asunción.
Vizcarra juró como nuevo presidente de Perú, cargo que deberá ejercer hasta 28 de julio de 2021, en la culminación de la sucesión constitucional que se produjo en su país tras la dimisión de Kuczynski en medio de una grave crisis política.
Kuczynski dimitió presionado por el Congreso, ante las evidencias, en video y audio, de los intentos de sus aliados políticos, y al menos un funcionario y un ministro, por comprar el voto de un legislador opositor para impedir su destitución por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht.
Además, era inminente que el Congreso lo destituyera por "incapacidad moral", derivada de sus pretensiones de ocultar nexos con la hoy famosa constructora brasileña.
Además, las denuncias de corrupción vinculadas a Odebrecht, acosan a ex presidentes de distinta extracción política: Alejandro Toledo, refugiado en Estados Unidos, Alan García, preso en Perú, y Ollanta Humala, pero también a Keiko Fujimori, líder de la principal bancada opositora a Kuczynski, Fuerza Popular.
En su discurso de 20 minutos en la asunción del cargo, Vizcarra resumió sus objetivos en cuatro puntos: luchar contra la corrupción, lograr la estabilidad institucional, fijar "un horizonte estable de crecimiento sostenido y equitativo y trabajar en el desarrollo para una mejor calidad de vida.
“A los más jóvenes les digo: hemos pasado por problemas aún más grandes. No pierdan la fe. Permítanos la oportunidad de demostrar que el Perú es más grande que sus problemas”, afirmó el mandatario.
Desprestigio de políticos
El nuevo presidente, cuya experiencia política se limita a ministro de Transporte y gobernador de su departamento de origen, Moquegua, asumió el mando en medio de un ambiente de fuerte crispación política y de un grave desprestigio de la clase dirigente por las continuas denuncias de corrupción, la tendencia a la pelea permanente y la ineficacia en la solución de problemas.
Por su parte, Estados Unidos saludó al nuevo presidente y confirmó que Donald Trump mantiene su asistencia a la Cumbre de las Américas en Lima, pese a las turbulencias del Ejecutivo peruano.
Precisamente, un tribunal peruano evaluará hoy un pedido de un fiscal para que se ordene el impedimento de salida del país de Kuczynski, investigado por sus vínculos con la constructora Odebrecht.