Hace poco más de dos semanas, un grupo de vecinos del barrio Trapiche de Godoy Cruz envió una nota al intendente Tadeo García Zalazar, donde informaron una situación de "acoso y hostigamiento" que vienen sufriendo algunas familias.
En la carta denuncian una especie de "dominio barrial", señalando a grupos que, junto a sus bandas y con total impunidad, "organizan asados en la calle, gritan a toda hora, insultan y se pelean entre ellos; también amenazan, discuten y musicalizan a volúmenes altísimos cuando lo desean sin el mínimo reparo de los habitantes de las casas vecinas".
Más adelante los firmantes le proponen al intendente que si se “desplaza” hasta la zona podrá ver cómo “acequias, cordones, paredes, postes de luz, carteles de calle, casillas de gas, árboles y hasta tanques de agua se encuentran acicalados con simbología tumbera y los colores del equipo del que son barrabravas”.
En el escrito agregaron que la pintura con que "afearon" buena parte del barrio, fue entregada por el municipio hace unos años.
Por eso Los Andes visitó este conglomerado, construido por la década del '70 donde se ha multiplicado gente "laburante".
Aunque hoy, y desde hace años, los vecinos se sienten violentados por grupos antisociales que ponen en peligro no sólo la tranquilidad de un barrio, sino la propia vida.
Amenazas y droga
En diálogo con este diario aseguraron que hubo, no una, sino varias "amenazas de muerte" hechas a los gritos como para que todos se muestren preocupados. También reconocieron que "esa gente deja mensajes mafiosos en las casas, como botellas o cal sobre los jardines".
Sin embargo, el comentario más grave fue cuando señalaron a un vecino (de la calle Bufano) que "vende droga en la calle y a plena luz del día", delito que, según ellos, ya fue denunciado ante la oficina fiscal correspondiente.
El panorama se suma el accionar de otras personas que obligan a pagar "protección" ante supuestos malvivientes y ladrones que pudieran venir de los alrededores.
De acuerdo a los habitantes del Trapiche, que prefirieron no revelar sus nombres ni mostrar sus rostros por temor a represalias, esta situación fue puesta en conocimiento en reiteradas oportunidades de la Policía (por jurisdicción en la comisaría Séptima), el Ministerio de Seguridad y la oficina fiscal correspondiente. Sin embargo, aseguran que en la actualidad la situación "alcanzó grados de virulencia nunca vistos".
Tal vez por eso en fecha reciente fueron visitados por gente del Ministerio de Seguridad que realizaron una encuesta ambiental, sumando la presencia de móviles policiales que en diferentes horarios recorren lentamente las calles del barrio.
