Su debut automovilístico se produjo en julio de 1995. Corrió en la ‘‘Copa de Damas’’, categoría femenina a nivel nacional. Viviana Manzano, a los 27 años, solo tiene como carta de presentación 9 carreras, todas dentro de la monomarca Nissan.
A la ganadora del Premio Huarpe de 1997 y a su padre los separa el pertenecer a dos generaciones y los une (más allá del apellido) una misma pasión: los ‘‘fierros’’. Carlos, el padre, ‘‘arrancó’’ a fines de la década del ’60, con un Renault Dauphine, mientras que Viviana, su hija, lo hizo con un Nissan después de ser espectadora en boxes.
A Carlos el automovilismo lo llevó a ocupar lugares importantes a nivel nacional, después de hacer ‘‘escuela’’ entre los locales. En un apretado racconto se pueden recordar sus actuaciones con Renault 12, Fiat Iava 1.100 y 1.300. También fue animador en el Turismo de Carretera y hubo un tiempo donde su nombre estuvo emparentado con los Datsun primero y los Nissan después, en este caso con el auto que corriera Ernesto ‘‘Tito’’ Bessone.
Su hija en tanto, que debutó en el ‘‘Jorge Angel Pena’’ en San Martín, tuvo su continuidad en Santa Rosa (La Pampa), Rosario (en dos oportunidades), Río Cuarto (Córdoba), Roca, Trelew, Posadas y Paraná. Estos fueron los otros puntos geográficos por donde se mostró junto a las pilotos de la Copa, acompañando al TC 2000 y entre variados puestos, sumó su primer podio a nivel nacional.
Compartiendo la temporada con Alejandra Bessone, Silvia Genjo, Andrea Di Palma y Sonia Weyreuter, Viviana marcha quinta en el campeonato para escalar, podios mediante, a la cuarta plaza de la general. Sobre su futuro la piloto mendocina, que también atiende una tienda de regalos, destacó: “El objetivo es aprender lo más que pueda y de esa manera justificar mis aspiraciones al campeonato. También estamos estudiando con el resto de las chicas de cambiar de auto, ya que estos están en los tres años de competencia y prácticamente han cumplido su ciclo y cuando consideremos con mi padre el momento justo, trataré de acceder a la categoría de Turismo Nacional para correr con los hombres”.
En 1998, no fue una de las mejores temporadas para la mendocina Viviana Manzano que a mediados de junio se casó on el piloto santafesino Rogelio Mitri, porque en la monomarca para damas “Copa Corsa”, en octubre en el autódromo Municipal de Río Cuarto, al cumplirse la 6ta fecha del campeonato cuando el Chevrolet estaba funcionando como nunca, surgió lo imprevisto. Fue protagonista de un vuelco espectacular . Las expectativas generadas en el equipo de Manzano, luego de haberse clasificado en segundo lugar, quedaron frustradas.