"A nadie importa si yo cuido mi flor; yo la protejo contra el viento, la riego un poco y la llevo al sol… y con su fruto intoxicado estoy", cantaba Cristian "Pity" Álvarez, el líder de la banda de rock Viejas Locas. La vieja "filosofía" de cultivo de marihuana para autoconsumo ha tenido un crecimiento exponencial en Mendoza, sobre todo el último año. De hecho, en los primeros cuatro meses del año la Policía ya ha incautado la mitad de plantas de Cannabis que en todo 2018. La tenencia no está permitida pero el problema se agrava cuando se pasa a la venta de esa droga.
Desde hace años un colectivo social reclama la despenalización del consumo de Cannabis en el país, con marchas que se han multiplicado y con grupos cada vez más nutridos. Pero el cultivo de esta droga en la provincia tiene otro costado, que busca un rédito económico. Porque, lejos del cultivo para consumo personal, que de todos formas está penado, en los últimos 12 meses se han desbaratado viveros de marihuana con fines de comercialización.
"En los últimos allanamientos se ha visto un incremento en el cultivo, más que todo para consumo personal: de dos a cinco plantas en varios domicilios, sobre todo en Gran Mendoza. Pero en las zonas más alejadas y semirurales, donde tienen patios y espacios más grandes, se encuentran más cantidad de plantas", admite el jefe de la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico, Marcelo Rivera.
Pero agrega: "Se está viendo que hay muchas personas que tratan de buscar algún rédito económico con estas plantas. Cuando cultivan más, venden frascos de cogollos, que es la parte superior florida de la planta donde se concentra la mayor cantidad de Tetrahidrocannabinol (THC), en frascos de medio kilo o un kilo. Un frasco de cogollos cuesta entre 350 y 500 pesos. De los cogollos van armando sus cigarritos".
A diferencia de los "quioscos" de drogas, donde se venden las sustancias ya fraccionadas, en los viveros de Cannabis para el comisario Rivera, "la venta en frascos tiene un aspecto más artesanal". "En algunos lugares venden el cogollo por unidad en un papel envuelto, que son unos 3 o 5 gramos. Para el frasco necesitás más plata y ya no es el porrito que vas y compras. El precio varía según el lugar, el marketing, la cara del cliente", explica quien tiene a su cargo a los policías antinarcóticos de la provincia.
Las condiciones meteorológicas y de suelo de Mendoza favorecen el cultivo de esa planta herbácea con hojas impares de bordes aserrados que es anual, es decir que nace y muere al cabo de 12 meses. En ese lapso pueden cosecharse sus flores. Un consumidor luego secará esos cogollos y armará "porros" que luego fumará o venderá, de acuerdo a cada caso.
La marihuana es alucinógena y provoca percepciones sensoriales distorsionadas. Además genera alejamiento de la realidad, adormecimiento y trastornos físicos y psicológicos.
Según las estadísticas de la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico, en 2017 comenzó a notarse el incremento de secuestros de plantas de Cannabis. Ese año se incautaron 1.084 plantines de distintos tamaños. En 2018 los decomisos continuaron en aumento y los uniformados de Narcocriminalidad llegaron a secuestrar 1.127 plantas de marihuana.
En lo que va del año, cuando sólo han transcurrido cuatro meses, la Policía ha secuestrado 561 plantas de Cannabis, es decir, la mitad que el año anterior. Y aún restan ocho meses para finalizar el año.
En cuanto al peso de las plantas confiscadas, también hay un incremento: en 2017 los ejemplares decomisados pesaron 279 kilos, al año siguiente 415 kilos y este año las plantas pesadas arrojaron un total de 377 kilogramos. Cuando se trata de secuestros en viveros, se corta la planta de raíz y se la pesa completa.
Respecto a los cogollos, las estadísticas oficiales señalan que hasta abril de 2019 se incautaron 10 kilos de cogollos de marihuana, un kilo más que en todo el año pasado.
Hay otro factor que puede explicar el aumento de cultivos ilegales domiciliarios: el faltante de sustancias debido a los controles que se ejercen en el Norte argentino, de donde viene la mayor cantidad de las drogas.
“Antes era llamativo encontrar una planta adentro de una casa en un allanamiento. Ahora no. Hay faltante porque hay un control fuerte en el Norte y está costando que ingrese. Eso hace que el pequeño consumidor, el adicto, opte por asumir menos riesgos y prefiera tener su cultivo. Porque si te capturan quedas detenido, o si te metés a una villa te pueden asaltar o vender cualquier cosa”, detalla Rivera.
“Mi vecino tiene plantas”
En los últimos días hubo una serie de secuestros de cultivos domiciliarios. Los policías dieron con las plantas de Cannabis tras una persecución o a través de denuncias de vecinos. En la madrugada de ayer los efectivos llegaron a una casa de calle Besares al 640 de Guaymallén porque estaban robando: no sólo detuvieron a los sospechosos sino que hallaron más de dos kilos en ramas de marihuana que estaban secándose en una habitación.
El jueves pasado, tras una persecución, la Policía decomisó dos plantas de marihuana que eran cultivadas en un departamento del barrio Sarmiento en Godoy Cruz. El pasado 10 de abril, un hombre cortó unas 40 plantas de marihuana al notar que la Policía había llegado a su casa del barrio Circuito Par, en Guaymallén, y las tiró al patio del vecino. De todas formas, la marihuana fue secuestrada y el "jardinero", detenido al día siguiente.
“Es común que se den estos hallazgos en una persecución o cuando llaman a la Policía porque hay ruidos o alguien ha ingresado al fondo. Cuando los efectivos suben a los techos y empiezan a mirar a veces encuentran plantas. Ahí se activa el sistema, nos llaman a nosotros y, si la persona no las entrega, directamente se hace el allanamiento y se secuestra”, explica Marcelo Rivera.
Otras veces, cuando las plantas superan los dos metros de altura "delatan" a quien las cultiva o son los vecinos los que denuncian sobre la existencia del vivero. "Generalmente ven las plantas por el fondo y sienten el olor. Muchas veces son lugares de consumo: gente que se junta con amigos a consumir de sus plantitas, o consumen en la vereda. Todo eso va motivando que a los vecinos les llame la atención; está asociado al ambiente, la música, la juntadera", señala el comisario antinarcóticos.
La Ley de Estupefaciente 23.737, establece en su artículo 5 que "será reprimido con prisión de cuatro a quince años" quien "siembre, cultive o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes". La misma pena es para quien " Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes", "comercie con estupefacientes o materias primas para su producción" y "comercie con plantas o sus semillas".
Además, en su artículo 14 la norma establece que "será reprimido con prisión de uno a seis años el que tuviere en su poder estupefacientes". Pero aclara: "la pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal".
No hay una cantidad permitida para tenencia
“La gente cree que está permitido tener una cierta cantidad de marihuana pero en realidad no hay una cantidad permitida, no está despenalizada la tenencia para consumo personal. Si bien hay todo un movimiento social para tratar de despenalizar la tenencia de sustancias estupefacientes para consumo personal, todavía no es legal”, aclara Marcelo Rivera, jefe de la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico.
Y añade: “El bien jurídico protegido de la Ley de Estupefacientes es la salud pública. Entonces si estás consumiendo, por ejemplo, en la plaza estás afectando con el humo la salud pública de terceras personas”.
Pero actualmente la Justicia es más contemplativa con quienes consumen o son sorprendidos con poca cantidad encima, siempre que se pruebe que no estaban vendiendo las drogas. “En el caso de los consumidores de marihuana, actualmente cuando es poca la cantidad se los identifica y se secuestra la sustancia porque no hay una cantidad que puedan tener en su poder. Y si bien no se le crea el antecedente como era antes, queda judicializado en un expediente pero no recibe ninguna pena como era antes”, detalla Rivera.
Y concluye: “Antes al que encontraban con dos cigarrillos se lo procesaba. Ahora está la visión del adicto como un enfermo. A partir del fallo Arriola (de agosto de 2009) no se le atribuye la infracción de la Ley 23.737 al consumidor”.
Sobre cremas y aceites
"Un derivado de la planta de Cannabis es el aceite de hachís pero, según Anmat, no hay nadie en Mendoza autorizado para la importación de aceite de Cannabis. Lo que entra llega desde Chile pero no está autorizado", aclara el director de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Mendoza.
Marcelo Rivera explica que en algunos sectores de la Ciudad se venden cremas que se ofrecen como elaboradas con aceite de Cannabis. "Se está haciendo un estudio y aún no se puede determinar qué cantidad de aceite de Cannabis tiene ese pote de crema, si es que tiene. También hay que determinar si el cuerpo puede absolver algo de ese aceite en crema. Por eso los vendedores no han sido procesados", aclara.
Y agrega: “Los vendían a 120 pesos el pote y ellos lo adquirían a 25 pesos en una importadora, que fue allanada e incautamos cerca de 300 potes de cremas”.