En mi condición de mendocino que ha cumplido 97 años de vida, conservo en la memoria recuerdos del pasado que perduran. Uno de ellos tiene que ver con la lectura de Los Andes, que empecé a frecuentar cuando estaba en sexto grado de la escuela primaria y por sugerencia de mi padre. Tenía 12 o 13 años y desde entonces mantengo la costumbre de leer el matutino de los Calle. Han pasado cerca de 85 años. Mi primera inclinación fue por la sección Deportes, pero después su lectura era en forma general, inclinación que me fue de suma utilidad para mi profesión de publicista, que ejercí durante muchas décadas.
Con el paso del tiempo me fueron interesando los editoriales del rotativo y las notas sobre educación, salud, política y la información internacional.
Aprovecho a recordar que antiguamente una de las secciones más leídas eran las columnas de Sociales, donde se daba cuenta de los casamientos de la semana, las personas enfermas, los viajeros, los cumpleaños, aniversarios y todo tipo de acontecimientos producidos en la sociedad local
En esos tiempos el diario estaba compuesto por un solo cuerpo, no tenía suplementos y las pocas fotos que se publicaban eran en blanco y negro.
De tanto en tanto surgían nuevos periódicos que buscaban competir con Los Andes atraídos por su éxito, pero desaparecían al poco tiempo, salvo La Libertad, de la familia Cuervo, que se sostuvo por más de 40 años como matutino y un período en que se editó como vespertino hasta que cesó a mediados del siglo XX.
Por aquellos años se despertó mi vocación por la actividad publicitaria, profesión que abracé con responsabilidad y entusiasmo. Como no había escuelas ni institutos donde aprender la actividad publicitaria, conseguí libros de la especialidad, editados en EEUU, que hice traducir. También obtuve obras de un importante publicitario español y además me ayudó mucho el asesoramiento que me brindó la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad, con sede en Buenos Aires.
Tras un par de años de estudio y prácticas en Radio de Cuyo, fundé Bac Publicidad el 17 de agosto de 1943, lo que me permitió solicitar una cuenta corriente en diario Los Andes para trabajar en toda la provincia de Mendoza.
Pero en este punto quiero contar que la gestión al principio me resultó bastante difícil porque el entonces jefe de Publicidad del matutino me negó en un principio esa posibilidad.
Preocupado por el rechazo solicité una entrevista con ese ejecutivo del diario, quien me manifestó que la negativa a abrir una cuenta corriente se debía a que yo "era un competencia para el diario". Mi reacción fue explicarle cuál era la misión y servicio de una agencia, cumpliendo la función de colaborador y vendedor de los medios, respetando la tarifa oficial y asesorando al anunciante. La publicidad, decía yo por entonces, debía ser considerada una inversión y nunca un gasto. Aclarado el malentendido, fue entonces que Bac Publicidad mantuvo su cuenta corriente por espacio de 60 años en el ya tradicional diario sin ningún inconveniente, pagando puntualmente y aprovechando los descuentos del pronto pago.
Esa trayectoria permitió que la nuestra fuera la primera agencia de publicidad de Mendoza y muy considera en el interior del país.
Otra cosa de la que me enorgullezco es de la amistad que me brindó el director de entonces del diario, don Felipe Calle, con quien compartí muchas tardes charlando y tomando un whisky, mientras él además fumaba un habano.
Por mi gestión, Felipe ingresó al Club de Leones de Mendoza, donde yo era directivo. Debo señalar que el amable directivo atendía a todas las personas que le solicitaban una entrevista y después de escucharlas les resolvía todo lo que estaba a su alcance. Debo recordar en estas líneas a su esposa, doña Rosita Correa, y su sobrino, Guillermo Calle, quien oficiaba como su secretario.
En aquellos años Felipe confiaba plenamente en el administrador del diario, Francisco Martín Puentes, quien luego, por su responsabilidad y experiencia, fue contratado como administrador del diario Clarín.
Otro aporte del diario era (y lo es) la Beca Doctor Adolfo Calle, beneficio que posibilitaba al ganador o ganadora del concurso recibir apoyo económico para realizar sus estudios secundarios.
Bac Publicidad también aportaba un beneficio bajo las mismas condiciones, abonando el costo del ciclo de cinco años a otro estudiante.
En el orden comercial debo decir que Los Andes publicaba páginas alusivas a los días de la industria, la minería, el comercio y demás aniversarios.
Como fiel lector del matutino, observo con simpatía que la dirección periodística nunca dejó de renovarse para adaptarse a los tiempos cambiantes. En la actualidad ha dispuesto muy atractivos cambios en la diagramación y la inclusión de notas sobre temas periodísticos de actualidad e interés para los lectores.
Este nuevo aniversario de Los Andes me permite renovar mis cordiales relaciones con la empresa, relaciones que ya han cumplido 75 años y que en la actualidad alcanzan también a la publicación de notas que he escrito sobre distintos temas de la vida social, política y económica de Mendoza. Columnas de reflexión y de recuerdos que me han permitido informar a las nuevas generaciones de cómo era la vida en el siglo pasado.