Si alguien se preguntaba por qué Gallardo venía insistiendo tanto en sumar a Tabaré Viudez, la respuesta la dio el propio uruguayo en apenas diez minutos. Nada menos que sus primeros diez minutos en River, nada menos que en una semifinal de Copa Libertadores de América. No es fácil imaginar un bautismo mejor.
La secuencia es de película. Después de mucho esperar su llegada (Gallardo lo había pedido en el mercado de pases anterior, pero el jugador no pudo convencer a los dirigentes del Kasimpasa de Turquía para que lo soltaran) y de tanto aguardar por la salida de Teo Gutiérrez (para liberar el cupo de extranjeros), que finalmente se logró cuando el colombiano firmó su contrato con el Sporting de Portugal, Viudez pudo debutar en River.
Fue en Asunción, cuando a los 23 minutos del segundo tiempo ingresó por Pity Martínez. Siete minutos antes Guaraní había convertido el 1-0, el gol que hizo dudar a todo el mundo River. Menos a Gallardo, cuya primera reacción fue poner a Mayada por Lucho González y luego, a Viudez.
Y Tabaré Uruguay Viudez Mora (tal su nombre completo, como para que nadie dude de su nacionalidad) apenas tres minutos después de pisar el césped habilitó a Mora por izquierda, Rodrigo metió el centro y el cabezazo de Alario exigió al arquero Aguilar en la mejor llegada de River hasta ese momento.
Seis minutos más tarde lo dejó solo a Cavenaghi y otra vez ganó el arquero paraguayo. Y a los 33', el momento cumbre de la noche, el que terminó con todas las especulaciones que podía abrir el resultado. Esta vez Viudez puso cara a cara con el arquero a Lucas Alario, quien definió por arriba de Aguilar y convirtió su primer gol en River.
Así, en poco más de 22 minutos, el uruguayo que tanto quería Gallardo se transformó en héroe. El delantero de 25 años por el que el entrenador tanto insistió desde que fue compañero y luego técnico en Nacional de Montevideo, porque le vio algo que no sobra en el fútbol: rapidez, picardía, picante....
Es el mismo Tabaré Viudez que se inició en Defensor Sporting, que luego tuvo un paso fugaz por el Milan de Italia, otro por el Necaxa mexicano cedido a préstamo del América, hasta que llegó a Nacional, donde fue campeón y se cruzó con Marcelo Gallardo.
El mismo que lleva un mes entrenándose con River, el que hizo la pretemporada, todo esperando que se le abra la puerta (el cupo de extranjeros) que en forma paradójica se dio por la salida de Teo Gutiérrez.
Hasta que una noche de Copa, de semifinal, de esperanza de volver a una definición de Libertadores tras 19 años, cuando el partido con Guaraní se complicaba más de lo imaginado, Gallardo lo mandó a la cancha para sorpresa de muchos. Sin partidos con River encima.
Sin muchos más antecedentes para el hincha que la insistencia de su DT. Y Viudez entró como si jugara en el patio de su casa de Montevideo. Jugó poco más de veinte minutos, pero a los diez ya había metido tres pelotas de gol. La tercera, para que Alario sellara la clasificación a la final. Nada menos. Un estreno de película para otro uruguayo que quiere hacer historia.