Más de 6,2 millones de litros de vino elaborados fuera del país ingresaron en setiembre. Según datos del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), más del 99,9% fueron a granel y sólo 48.100 fraccionados, lo cual confirma que, concretadas las operaciones de compraventa de volúmenes en el mercado local, la industria ya empezó a dar señales de que la importación sigue siendo una herramienta comercial. Además, en comparación con setiembre de 2016, cuando la industria importó apenas 60.800 litros, significa que la compra se multiplicó casi 100 veces.
En coincidencia con dos cosechas cuantitativamente por debajo del promedio histórico que hicieron repuntar los precios internos, éste se encamina a ser otro año de tendencia importadora. Cabe recordar que, en 2016, el pico fue diciembre con 3,8 millones de litros de vino tinto, pero el fenómeno se disparó en octubre.
Actualmente, el registro de orígenes confirma el liderazgo de Chile, con el 94,7% del volumen total que ingresaron las bodegas argentinas desde enero. Le sigue, lejos, España (4,7%), y el resto se reparte entre Sudáfrica, Australia e Italia.
A criterio del presidente del INV, Carlos Tizio, resultaba “esperable que siguiera bajando, frente a las existencias y stocks técnicos actuales. Lo importante es que, a diferencia de lo que ocurría antes, se puede discriminar el granel y fraccionado, gran parte del cual va a hoteles y vinotecas de lujo”.
Asimismo, el funcionario, para quien lo ocurrido el último mes es difícil de comparar con el ciclo anterior, “el hecho de declarar variedades al 31 de julio es información importante para poder tomar decisiones acertadas como la reconversión. Antes parecía una masa de vino genérico”.
Cuestión de precios
Algunas fuentes de la industria aseveran que la situación es distinta a la de 2016, y que tanto los precios internos como los de los oferentes extranjeros no justifican cruzar la frontera en busca de volúmenes. Lo cierto es que en los meses recientes hubo altibajos: pasado un primer trimestre fuerte, la importación empezó a caer hasta la liberación en junio, y desde entonces viene en ascenso.
Más allá del difícil momento que atraviesan las exportaciones, el mercado interno, golpeado por un consumo per cápita amesetado desde hace tiempo, parece no dejar de ser el principal motor.
Contra los $ 15 por litro local y los $ 11 ofertados por grupos chilenos en 2016, a esta altura del año el tinto genérico de traslado fluctúa entre los $ 11 y $ 12 según la zona productiva de Mendoza.
Entre los varietales, las operaciones (en setiembre) arrancaron en $ 19 en zona Este para rozar los $ 97 un malbec del Valle de Uco, donde influye la calidad y otros parámetros. En general, las transacciones no superaron los 500 mil litros, y muchas con pago diferido.
Aún así, no son pocos los que aseveran en la industria que, en un contexto de precios internacionales dinámicos, al menos por ahora no conviene importar y que puede tratarse de contratos rezagados. Pero los números lo niegan a la espera de octubre, históricamente el mes de mayor retención de volúmenes por el riesgo de heladas.
“Salvo que haya necesidad en el segmento varietal, para el vino común los precios ya no cierran. Además, los stocks están en 5 meses y medio y no hay una retención que justifique faltante como fue lógico con una cosecha 2016 que fue mala”, consideró Marcelo Federici, gerente financiero de Fecovita, para quien “a veces es más caro incumplir y hay que asumir pérdidas en pos de mantener el mercado”.
Para Federici, “si bien empieza a notarse cierta especulación en cuanto al nivel de daños provocados por la helada, lo cierto es que el que no vende en noviembre ya no llega con los plazos de pago a financiarse para la cosecha”.
Aunque sin puntualizar el comportamiento de los bebedores de vino, un análisis de la consultora Kantar Worldpanel muestra que el consumo masivo en hogares argentinos creció 4% interanual en setiembre, y se consolida como el mejor mes del año, con una “evolución transversal en niveles socioeconómicos".
Al analizar el tercer trimestre del año (julio-setiembre) para Kantar también es positivo (1%) con lo cual el consumo masivo revierte su tendencia luego de siete períodos consecutivos de contracción. “Esperábamos hace varios meses este cambio de tendencia; que finalmente llega producto de mejores expectativas económicas, desaceleración de precios e importantes acciones por parte de los supermercados y marcas”, enfatizó Juan Manuel Primbas, Director de la consultora.