Vitivinícolas temen una disminución en el impuesto a la cerveza

El Gobierno nacional analiza reducir el tributo interno al principal competidor del vino del 14% al 10% y desde Mendoza tratarán de evitarlo

Vitivinícolas temen una disminución en el impuesto a la cerveza
Vitivinícolas temen una disminución en el impuesto a la cerveza

Por estos días las Cámaras vitivinícolas se muestran preocupadas por el temor de que la cerveza industrializada reciba el mismo trato que el vino en lo que respecta a impuestos internos y en lugar de pagar una tasa efectiva del 14%, como se acordó a fines de año con la reforma tributaria, el impuesto baje al 10%. Esta decisión quedaría plasmada por medio de un decreto del Gobierno nacional antes de marzo.

A pesar de que no hay nada oficial, la realidad es que allegados el Ejecutivo mencionaron en off a este medio que quedaría sin efecto el impuesto acordado en el Congreso a través de la reforma tributaria.

Recordemos que hasta el año pasado la cerveza industrializada pagaba una tasa del 8% en impuesto interno. Sin embargo, el artículo 111° de la reforma modificó la ley de impuestos internos y estableció un incremento del 14% para esa bebida, lo que implicó una tasa efectiva del 16,3 %, mientras que las versiones artesanales quedaron gravadas con el 8%.

Esta situación puso en jaque a la industria cervecera y representó un alivio para el sector vitivinícola. Cabe recordar que los vinos, junto con los espumantes, quedaron exceptuados de impuestos internos luego de diversas reuniones y lobby que debió hacer el sector en Buenos Aires.

"Estamos hablando de una economía regional contra una multinacional. No hay comparación". Walter Bressia - Bodegas de Argentina 

Es que hasta noviembre la reforma llegaría al Congreso con un impuesto del 10% para el vino y del 17% a los espumantes. Sin embargo, el Gobierno de Mendoza, junto a su par de San Juan, lograron ganar la batalla y ambos productos quedaron exceptuados, dando un paso adelante y ganando ventajas competitivas frente a la cerveza.

No obstante, el sector monopólico de la cerveza no bajó los brazos y ahora busca impulsar modificaciones por decreto. Según indicó una fuente del sector, la intención es que el golpe del impuesto interno sea gradual y la tasa nominal baje del 14% al 10%. Por lo tanto, la alícuota efectiva pasaría del 16,3% a 11,1%.

Un representante del sector vitivinícola indicó en off a Los Andes que en una primera instancia la intención de los cerveceros era eliminar el impuesto nuevo y volver al 8% original, para así tener un trato similar al que tuvo el vino. Sin embargo, el Ejecutivo rechazó este pedido y respondió con la contrapropuesta recién expresada, que esperan que se haga efectiva por medio de un decreto.

Bajo este panorama es que la industria del vino está en alerta. Si finalmente se reduce el impuesto interno a la cerveza, el vino perderá las ventajas competitivas logradas recientemente.

Acciones a favor del vino

Durante 2017 la única bebida que ganó mercado fue la cerveza. Según un informe que publicó Clarín, los fabricantes de esa industria registraron una mejora en sus volúmenes de venta del 19%, mientras que los vinos finos cayeron 16%, los comunes 14% y los frizantes 16%. 

En base a ello, la primera respuesta que aparece a la hora de analizar los números por los representantes del sector vitivinícola es que la cerveza le ganó la pulseada al vino sobre todo en los segmentos de precio más bajos; impulsada por el poder para realizar marketing y publicidad.

Si se diera marcha atrás con la suba de impuestos internos a la cerveza, la competitividad de esta bebida seguiría en aumento y el vino quedaría cada vez más relegado de las mesas de los argentinos.

"Los impuestos se trataron en el Congreso. Si dieran marcha atrás, sería incongruente". Carlos Fiochetta - Gerente de Coviar 

Es por ello que el sector, en comitiva en Coviar, está analizando enviar un comunicado a Dujovne. “Nosotros queremos hacer llegar nuestra opinión. No se puede tomar al vino con el mismo trato que la cerveza. Estamos hablando de una economía regional contra una multinacional; una industria con valor agregado contra una que no aporta; una que brinda mano de obra intensiva con otra que no. No hay punto de comparación. Esperamos que la medida no prospere”, mencionó Walter Bressia, presidente de Bodegas de Argentina.

En línea fueron las declaraciones de Carlos Fiochetta, gerente de Coviar, quien aclaró que aún no está definido cuándo enviarán el comunicado. Por lo pronto, se mostró optimista. "Entendemos que la posición arancelaria del vino y la cerveza fue tratada y consensuada por todas las fuerzas políticas en el Congreso. Si se diera marcha atrás sería incongruente", apuntó.

Concordó con ello Sergio Villanueva, quien dijo que “la cerveza hace lobby porque es un sector monopolizado, con fuerza”, pero consideró que el Gobierno nacional debe diferenciar a ambos sectores. “A nivel mundial la cerveza industrializada tiene impuestos que el vino no paga, con el objetivo de equilibrar y ayudar a la producción agrícola”, indicó.

Ventajas competitivas en riesgo

En una columna escrita reciente para este medio, Alfredo Aciar, jefe de Gabinete del MEIE, indicó que la reforma tributaria podría representar una oportunidad para la industria del vino, sobre todo para los vinos genéricos de la base de la pirámide, los cuales fueron los principales perjudicados y sustituidos por la cerveza.

Según detalló Aciar en base a informes, "el incremento del impuesto interno en la cerveza se trasladaría casi en su totalidad al precio que paga el consumidor final por esta bebida, impactando en un aumento del 6% y esto a su vez, se replicaría en la cantidad de cerveza demandada".

Coincidió con ello Sergio Villanueva, quien dijo que la demanda de cerveza en gran parte está relacionada a su precio. "Si el sector debe modificar sus valores es posible que el consumo de la industrializada se vaya al vino y principalmente al de bajo precio que fue el afectado por los aumentos de precios en góndolas", completó.

Aciar concluye en su columna que con el cambio estructural otorgado por la nueva legislación, el vino podría incrementar sus ventas en unos 45 millones de litros anuales, lo que representaría un incremento de los despachos al consumo interno cercano al 10%. 

En línea con ello fueron las declaraciones de Bressia quien indicó que es un inconveniente para el sector cuando el precio del vino está por encima del de la cerveza.

“Este año hemos tenido hasta 10 pesos de diferencia entre una caja de vino y una botella de cerveza industrializada. Esto nos deja claramente fuera de mercado, pero si la cerveza aumenta su valor y nosotros no tanto, es posible que las ventas repunten”, remarcó.

Por su parte, Fiochetta agregó que, si se da marcha atrás con el impuesto a la cerveza, se reforzará su ventaja de competitividad y su capacidad en góndola, por precio, rentabilidad y publicidad, por lo que quedaría con mejores condiciones que el vino. “Es importante que el Gobierno tome en consideración todo esto y proteja a esta economía regional”, opinó.

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