La producción de uva en la provincia viene en caída. Si bien, el evento Niño que el año pasado trajo consigo la peor cosecha de los últimos 56 años es un hecho específico correspondiente a la ultima temporada, datos del Observatorio indican que desde 2013 en Mendoza caen los rendimientos promedio de las principales variedades.
Así lo indica un reporte del Observatorio Vitivinícola Argentino, en el que si se analizan las principales variedades (malbec, cereza, criolla grande y bonarda) este muestra que la producción en volumen está en franco descenso.
Para ejemplificar, en la provincia el rendimiento promedio por hectárea de malbec, pasó de 99 quintales por hectárea (qq/ha) a 64 qq/ha en 2016, mientras que en 2015 había logrado 89 qq/ha.
Similar es el caso de lo que sucede con la cereza, que tiene una superficie de más de 16 mil hectáreas en la provincia, pasó de 162 qq/ha en 2013 a 122 qq/ha en 2015 a 60 qq/ha en 2016.
Las causas de la caída
Referentes de la industria aseguran que la caída de los rendimientos en la provincia, es multicausal, con factores internos y externos.
En este sentido, Alejandro Marianetti, jefe del Departamento de Estudios Vitícolas del INV, estimó que “si bien no es el único factor, la baja rentabilidad de los productores ha influido en que no se realicen los manejos necesarios, por lo tanto, los viñedos han quedado más expuestos a enfermedades, entre otras cosas”.
El responsable del área de viticultura del INV, sostuvo que no en todos los viñedos los rendimientos han caído, “en el contexto general, uno estaría frente a una disminución”.
“En Mendoza también han existido eventos climáticos que han afectado y si uno ve una serie más larga, puede detectar, que en el último tiempo se ha incrementado la frecuencia de ciertos eventos, como son las olas de calor, los vientos, lluvia y granizo, que llegan con mayor periodicidad y fuerza”.
En este sentido, Aníbal Catania, del EEA INTA Mendoza, sostuvo que “principalmente esta caída en los rendimientos se debe a un factor climático que ha alterado el desarrollo de la planta”.
Con una visión más de mercado, Cristóbal Sola, quien está a cargo de Vivero Mercier dijo que “a partir de producir uvas sin mercado, muchos viñedos han perdido su competitividad y por ende rentabilidad, o porque los viñedos se encuentran fuera del sistema agroecológico óptimo para la vid, o porque los viñedos han envejecido de manera irrecuperable, porque la genética original, no es apta para responder a las nuevas demandas del mercado, o porque los costos de uno o más factores de la producción se han vuelto insostenibles”.
Es que los eventos climáticos de los últimos cuatro años y los bajos precios pagados al productor han generado un caldo de cultivo para que el volumen producido sea menor.
“Una situación económica desfavorable para uvas comunes, que data de temporadas anteriores, provoca que estas variedades hayan recibido menos cantidad y calidad de labores culturales lo que se traduce en una progresiva disminución de rendimiento”, dijo Laura Alturria, profesora de la Facultad de Ciencias Agrarias de UNCuyo .
En tanto, Maximiliano Batistella, director de la Estación Experimental Agropecuaria San Juan del INTA, estimó que “no hay que minimizar el efecto de la Lobesia botrana en los viñedos. No solamente se tienen problemas por el daño que ocasiona la plaga en forma directa. Sino que también hay que sopesar el daño asociado por inóculo, ya que ayuda a que otras enfermedades ataquen al racimo”.
Hay que tener en cuenta que este año se intentó combatir la plaga pero se necesitan unos $ 300 millones para poder trabajar correctamente, algo que no se logró.
Para Bastistella, los eventos climáticos que ha tenido Mendoza en el último ciclo son responsables de las caídas en los rendimientos promedios de de la provincia.
En San Juan se mantienen
La caída de los rendimientos en la provincia de San Juan no es tan pronunciada como en la de Mendoza, al tiempo, que en algunas variedades podemos decir que se mantiene.
Para Maximiliano Batistella, esto sucede en principio por que en San Juan, Lobesia, plaga que sí ha golpeado muy fuerte en nuestra provincia y ha dejado complicadas, en la compaña anterior, a más de 130.000 hectáreas.
“En el promedio histórico, San Juan siempre ha tenido mejores rendimientos que Mendoza, por una cuestión climática. Pero si tenemos en cuenta que la principal variedad de la provincia, es cereza, con un rendimiento de unos 170 a 200 quintales, mientras que la potencialidad de un cultivo en San Juan con esta variedad, en edad productiva, puede ser unos 450 quintales por hectárea en cereza, entonces, es relativo”, sostuvo Batistella, quien entiende que los factores externos han sido determinantes.