Pese a que las recomendaciones de aumentar el consumo diario de frutas y verduras son casi moneda corriente, muchos lo más cerca que pueden llegar a tenerlas es al pasar frente a la verdulería. Es que el tipo de dieta que se lleva actualmente las excluye cada vez más para dar espacio a productos que no sólo no tienen un buen aporte, sino que, además, terminan por afectar la salud. La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2009 del Ministerio de Salud pudo determinar que 35,7% de la población come al menos una fruta por día mientras que 37,6% no ingiere verduras, principales fuentes de micronutrientes. Esto, a largo plazo, tiene sus consecuencias.
El término micronutrientes engloba a las vitaminas y minerales, sustancias indispensables para el funcionamiento del organismo. Pese a esto, la Organización Mundial de la Salud estima que 30% de la población tiene déficit de micronutrientes y la mayoría lo desconoce, ya que hasta que se profundiza este mal hábito alimentario, no se presentan síntomas.
"El déficit de micronutrientes es muy difícil de evaluar desde el punto de vista médico ya que se manifiesta en ciertas enfermedades, pero cuando ya está avanzado", explica Daniel De Girolami, médico nutricionista especialista en Valoración Nutricional y Composición Corporal. Sin embargo explicó que en algunos casos, "las carencias subclínicas se reflejan en síntomas como anemia en el caso del hierro o, en el caso del complejo B, alteraciones neurológicas mínimas como pérdida de memoria o de concentración". De todas formas, estos síntomas pueden tener otras causas, de ahí la dificultad para el diagnóstico.
Diagnóstico on line
Un laboratorio farmacéutico ha desarrollado un test que puede consultarse on line en www.centrum.com.ar y que en 8 minutos permite realizar un diagnóstico. Con él se puede conocer con aproximación si se está recibiendo el aporte adecuado de vitaminas y minerales inmediatamente después de responder algunas preguntas sobre lo que uno consume diariamente, dividido en 9 grupos de alimentos.
El resultado puede compararse luego con las ingestas diarias recomendadas para cada vitamina o mineral según el sexo o la edad declarada. Además, también puede volverse atrás y corregir la ingesta declarada para estimar cómo repercutiría el cambio.
"La idea es que la persona pueda corregir su alimentación pero si por alguna causa no pudiera hacerlo, deberá apelar a algún suplemento vitamínico", aseguró De Girolami. De todas formas, explicó que puede darse el caso que los valores den correctamente pero se padezca alguna enfermedad que altere la absorción.
Desequilibrios
Según el médico, se observa que en la alimentación de los argentinos hay una alta prevalencia de harinas, grasa y sal y pocas frutas y verduras. En este sentido habla de ?monotonía alimentaria' que determina un fenómeno: sobrepeso y obesidad sin micronutrientes. "Hay poca ingesta de lácteos y menos aún de vegetales, frutas, legumbres y pescado", dice De Girolami en relación a los alimentos que son fuente de gran cantidad de vitaminas y minerales.
Por su parte Alberto Cormillot, médico y director del Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición, destacó que "todas las vitaminas y minerales tienen funciones muy específicas sobre el organismo y deben estar presentes en la alimentación diaria para evitar deficiencias. No hay un alimento mágico que los contenga a todos; sólo la combinación adecuada de los grupos de alimentos permite cubrir los requerimientos de todos los nutrientes esenciales para la vida".
