Omar Scollo es uno de los vecinos del barrio Los Carolinos, levantado hace 25 años en la entrada norte de Vista Flores. La suya es una de las 80 familias que vienen sufriendo desde hace años la contaminación de las napas freáticas de la zona, que deben desagotar los pozos sépticos de sus viviendas casi todas las semanas y que tuvieron que acostumbrarse a que las aguas servidas circulen por las acequias del barrio.
Tal situación explica la alegría que ayer sentía Omar. Sus expectativas se basan en que la planta cloacal modelo, que ayer inauguraron sobre el callejón El Melado, funcione como prometieron las autoridades locales y provinciales y preste un servicio eficiente a los vecinos, a la vez que otorgue una respuesta concreta de saneamiento al grave problema de contaminación que los pozos sépticos han generado en el subsuelo de este distrito valletano.
Con un esperado corte de cintas y varias bombas de estruendo, ayer quedó inaugurado el Sistema Integral de Saneamiento de Vista Flores. Ya hay 1.165 conexiones domiciliarias listas para derivar hacia esta planta sus residuos cloacales. Sin embargo, la estructura ha sido pensada para responder al crecimiento poblacional de la zona y podrá trabajar con unas 4.000 conexiones.
La administración del servicio estará a cargo de la Cooperativa de Vista Flores, una entidad comunitaria que viene gestionando exitosamente la dotación de agua potable desde los inicios del distrito. Su actual presidente, Gabriel Rivas, dijo que aún no está definida la tarifa, pero aclaró que “será mucho más económica que lo que gastan hoy los vecinos en desagotar los pozos”.
En los primeros meses y hasta que la organización esté más aceitada, el sistema será gestionado entre la empresa constructora (Esteban Ojeda), la comuna y la cooperativa. “Los obreros han recibido capacitación y vamos a recibir un subsidio de la Provincia”, expuso el cooperativista.
Una obra demorada
Esta planta -que los vecinos solicitan desde la década del ‘80- es única en su estilo y capacidad en Mendoza. Funciona a través de un moderno sistema de oxigenación asistida y tecnología de avanzada, gracias al cual el proceso de degradación de los residuos cloacales no despedirá olores.
Este punto fue fundamental para obtener el consenso comunitario, ya que -en parte- la obra fue postergada tantos años porque los pobladores de los sitios elegidos como destino cuestionaban su construcción. Por ello, la primera en ser convencida -y casi “en secreto”, como reconoció el propio Martín Aveiro- fue la propietaria y vecina del terreno de 7 mil metros donde se levantaron las piletas, Silvana Di Berardino.
La mujer visitó otras plantas en el país para comprobar que no despiden olores ni son antiestéticas. Pero lo que terminó de convencerla es que -gracias al convenio firmado con Irrigación- podrá reutilizar para el riego de su finca el agua clarificada que resulte del sistema. “Yo confío en que este modelo funciona y seré la primera en quejarme si no es así”, apuntó ayer.
“Esta es la primera planta compacta de Mendoza, que en una superficie reducida de terreno desarrolla todo el tratamiento y después vuelca el agua recuperada en 5 hectáreas para la producción agrícola”, explicó el gobernador Francisco Pérez en su discurso y resaltó que plantas de este tipo se dan en grandes conglomerados urbanos, como en San Pablo, Brasil, o en la zona top del Delta, en Buenos Aires.
La inversión que ha realizado la Provincia con la red y planta de tratamiento de Vista Flores arrancó con 7 millones de pesos en 2008 y ha superado los 20 millones en la actualidad. “Hay muchos sentimientos encontrados con esta obra porque nos costó mucho llevarla adelante y terminarla”, reconoció emocionado Aveiro, quien es oriundo del distrito y comenzó las gestiones cuando era director de Deportes de la provincia. “Tuvimos que militarla casa por casa, golpeando puertas, y luego avanzar con el terreno casi en encubierto”, manifestó.
“Era una gran necesidad por la cuestión ambiental, para que disminuya un poco el riesgo que sufren las napas. El hecho de que eliminen los pozos es todo un logro, ya no daban a basto. Los vecinos debían juntarse de a dos para poder costear su desagote”, expuso Roxana Carmona del barrio Los Cerezos.
Estética y sin malos olores
Esta planta es única en su tipo en la provincia; solo hay una similar -pero a menor escala- en Potrerillos. Su estructura trabaja con oxigenación asistida, lo cual asegura procesos de degradación aeróbicos que evitan los desagradables olores propios de las plantas cloacales.
Los efluentes que vienen por la red desembocan en un colector y de allí pasan a una cámara cubierta para ser bombeados hasta las piletas aireadoras. El piso de éstas está sembrado con difusores de aire, como si se tratase de una pecera.
De allí, los residuos cloacales pasan a otras piletas donde se separan los sedimentos sólidos del líquido. El barro se dirige a los reservorios finales (para ser secado y reutilizado en lombricultura, relleno sanitario o abono) y el agua a otras piletas, donde se mezcla con cloro para su desinfección final. Dicen los técnicos que sale apta para uso en riego agrícola o forestal.
En el diseño de la red -que se extiende desde Vista Flores hasta la planta de tratamiento de líquidos cloacales que se construye en el paraje de La Primavera- se ha privilegiado el trazado haciendo coincidir el sentido del escurrimiento con las pendientes de terreno natural, considerando las profundidades de acequias, hijuelas, canales y redes subterráneas existentes. Las pendientes y diámetros de las cañerías cumplen con las exigencias mínimas necesarias para una óptima evacuación.