La visita sorpresa a China del líder norcoreano Kim Jong Un despertó ayer las esperanzas en las posibles conversaciones internacionales para poner fin al conflicto nuclear con Corea del Norte.
Kim viajó en secreto a Pekín para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en un visible intento por conseguir su apoyo de cara a las conversaciones que mantendrá próximamente con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y con el surcoreano Moon Jae In.
Dispuesto a negociar
Durante el encuentro con Xi, Kim manifestó el compromiso con "la desnuclearización en la península" y se mostró "dispuesto a dialogar con Estados Unidos y a celebrar encuentros con otros países", señaló la agencia Xinhua.
La desnuclearización podría lograrse "si Corea del Sur y Estados Unidos responden a nuestros esfuerzos con buena voluntad, crean una atmósfera de paz y estabilidad, mientras a la vez se adoptan pasos en dirección a la paz", dijo el líder norcoreano.
China informó sobre las conversaciones tanto a EEUU como a Corea del Sur, y su respuesta no se hizo esperar.
“Durante años todo el mundo dijo que no había ni una pequeña posibilidad para la paz y la desnuclearización de la península coreana. Ahora hay una buena oportunidad de que Kim Jong Un haga lo correcto para su pueblo y para la humanidad”, tuiteó ayer Trump.
“¡Espero ansioso nuestra reunión!”, añadió el estadounidense, que aun así insistió en que “mientras tanto y desafortunadamente, se mantendrán las máximas sanciones y presión a cualquier coste”.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ya había señalado antes que la visita de Kim a China es una evidencia de que "la campaña de máxima presión de EEUU está creando la atmósfera apropiada para las conversaciones con Corea del Norte".
El Gobierno surcoreano, por su parte, "confía en que la visita de Kim a China contribuya a la desnuclearización y la construcción de la paz en la península coreana", informó la agencia surcoreana Yonhayp.
Pekín envió a Seúl a un importante representante de Exteriores, Yan Jiechi, para informar sobre la reunión.
Por su parte, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo que su país quiere un “informe detallado” de China sobre las conversaciones. “Creo que estamos en una situación en la que el lado norcoreano está tratando de hablar”, añadió, reiterando la importancia de la desnuclearización de Corea del Norte.
Japón quiere además que durante las conversaciones Washington no sólo aborde los misiles intercontinentales, que pueden alcanzar territorio estadounidense, sino también los misiles de corto y medio alcance, que amenazan a Japón, dijo Abe ante una comisión parlamentaria.
La visita a Pekín es el primer viaje conocido de Kim fuera de Corea del Norte desde la muerte de su padre, Kim Jong Il en 2011, y la primera vez que se reúne con Xi. Durante su "visita no oficial", Kim y su esposa Ri Sol Ju asistieron a un banquete de bienvenida en el Gran Palacio del Pueblo con Xi y su esposa Peng Liyuan, según Xinhua.
Las tensiones en la península coreana estaban "evolucionando rápidamente". Xi valoró los "importantes esfuerzos" realizados por Corea del Norte y reiteró el objetivo de Pekín de que se eliminen las armas nucleares y de que el problema se solucione "mediante diálogo y consultas". Además, llamó a "todas las partes" a mejorar las relaciones intercoreanas y a dar pasos para posibilitar la paz.
El presidente chino calificó el encuentro como “sincero y amistoso”, lo que en el lenguaje diplomático puede considerarse un indicio de que existen diferencias. La evolución de la tradicional amistad entre ambos países es “la única decisión correcta” posible, señaló el presidente chino.